El cerebro, ese intrincado y único órgano rector del cuerpo humano, no deja de dar sorpresas. Un reciente estudio revela que uno de cada cuatro pacientes que no responden debido a una lesión cerebral severa muestra signos sostenidos de conciencia oculta cuando se les realiza una electroencefalografía o resonancia magnética funcional.
La investigación deja abierta la posibilidad de que estos pacientes, pese a la gravedad de su lesión cerebral, estén todavía conscientes y que incluso sean conscientes de su entorno más de lo que se pensaba anteriormente. El descubrimiento podría marcar enormes diferencias en la forma en que se gestiona la atención a los pacientes clasificados en coma, en estado vegetativo o en estado mínimamente consciente. Es posible que estos términos no cuenten la historia completa.
La «conciencia oculta» se ha denominado oficialmente «disociación cognitivo-motora», porque las habilidades cognitivas no están conectadas con las habilidades motoras o de movimiento. Los investigadores llevan varios años investigándola. En el estudio en referencia se encontraron signos de conciencia mediante resonancia magnética funcional y electroencefalografía en 60 de 241 pacientes examinados, después de recibir instrucciones de los expertos que les indicaban: «Imagina que abres y cierras la mano».
La neuróloga Yelena Bodien, del Hospital General de Massachusetts, señala que algunos pacientes con lesiones cerebrales graves no parecen procesar su mundo exterio. Sin embargo, cuando se evalúan con técnicas avanzadas se pueden detectar actividad cerebral que sugiere lo contrario. Estos resultados plantean cuestiones éticas, clínicas y científicas críticas sobre cómo aprovechar esa capacidad cognitiva invisible para establecer un sistema de comunicación y gestionar una mejor recuperación.
Conciencia oculta en pacientes con lesión cerebral
Si bien estudios anteriores han mostrado resultados similares, la investigación codirigida por expertos del Mass General Brigham encontró que los escáneres de cerebros pueden detectar la ‘conciencia oculta’ en algunos pacientes con lesión cerebral que no responden. La investigación involucró la muestra más grande probada hasta ahora. Se incluyeron seis sitios diferentes (EE UU, el Reino Unido y Europa) con datos recopilados durante 15 años.
Los 241 pacientes estaban en coma, vegetativos o en estado mínimamente consciente (cuando los pacientes pueden seguir objetos con sus ojos pero no pueden responder a órdenes ni a estímulos. La disociación cognitivo-motora o conciencia oculta parece clínicamente similar a un «síndrome de encierro» completo, el observado en pacientes que conscientes, pero sólo pueden comunicarse moviendo los ojos. En la disociación cognitivo-motora, los pacientes no pueden moverse en absoluto en respuesta a órdenes. Pero generan actividad de ondas cerebrales, lo que sugiere que tienen cierto nivel de conciencia.
En algunos sitios reclutaron participantes de la unidad de cuidados intensivos pocos días después de haber sufrido una lesión cerebral grave. A menudo por un trauma como un accidente automovilístico, un derrame cerebral o un paro cardíaco. En otros incluyeron participantes que habían transcurrido meses o años desde su lesión o enfermedad y vivían en centros de enfermería o en sus hogares.
Cambios en la relación paciente-familia
Además de estudiar a los 241 participantes que no respondieron a instrucciones simples, la investigación incluyó otros 112 participantes que sí respondieron a instrucciones simples junto a la cama. Se esperaba que este grupo tuviera un buen desempeño en las pruebas de resonancia magnética funcional y electroencefalografía. No obstante, en el 62% de esos participantes no se detectaron respuestas cerebrales que sugirieran que estaban siguiendo instrucciones de manera encubierta.
El solo hecho de saber que alguien es cognitivamente consciente y más capaz de lo que parece puede alterar sustancialmente su atención clínica. Las familias nos han dicho que una vez que el resultado positivo de una prueba que revela disociación cognitivo-motora se comparte con el equipo clínico del paciente puede cambiar la forma en que el equipo interactúa con su ser querido.
De repente, el equipo está prestando más atención a los signos conductuales sutiles que podrían estar bajo control volitivo, hablar con el paciente o reproducir música en la habitación. Por otro lado, no detectar la disociación motora cognitiva puede tener consecuencias graves. Incluida la retirada prematura del soporte vital. Así como la pérdida de signos de conciencia y la falta de rehabilitación intensiva.
Una limitación del estudio fue que las pruebas no estaban estandarizadas. Cada uno de los sitios del estudio evaluó a los pacientes a su manera, creando variabilidad en los datos. Además, muchos participantes se inscribieron porque sus familiares se enteraron del estudio y se pusieron en contacto con los investigadores. Este tipo de reclutamiento limita la capacidad de los investigadores para determinar la prevalencia global de la disociación motora cognitiva.
Otros avances
Los investigadores añadieron que los hallazgos pueden impulsar la investigación de intervenciones específicas para fomentar una comunicación eficaz. Incluidas las interfaces cerebro-computadora.
Otro equipo de investigadores de Mass General Brigham investiga las interfaces cerebro-computadora. Una intervención que podría tener aplicaciones para pacientes que no pueden comunicarse de manera efectiva.
Otro estudio publicado en New England Journal of Medicine informó que un hombre con ELA y problemas graves del habla utilizaba un implante BCI en investigación para convertir su intento de hablar en texto en una pantalla.