Durante miles de años, paleontólogos y arqueólogos, han mostrado en sus investigaciones distintos detalles de la organización de las primeras sociedades humanas. Entre ellas la división del trabajo y su vinculación con el género. A los hombres se les atribuyeron las labores de cacería y a las mujeres, las de recolección de frutos. Recientes hallazgos introducen algunos cambios, que incluyen a las féminas en la caza de animales.
Investigadores de la Universidad de California en Davis, encontraron en sus trabajos de excavación restos humanos que datan de unos 9.000 años en los Andes del alto Perú, en Sudamérica.
La historia es fascinante y es recogida por la revista Science Advances. Los científicos explicaron que estos restos se corresponden a los de una joven de unos 17 a 19 años. La mujer estaba enterrada con un surtido juego de herramientas de caza mayor en el yacimiento de Wilamaya Patjxa, en el altiplano peruano.
Se trata de un «descubrimiento arqueológico que desafía la hipótesis del hombre-cazador«, señala el estudio. Las excavaciones en ese sitio montañoso revelan un entierro humano de hace unos 9.000 años, acompañado de variados instrumentos de caza. Entre los útiles se encontraron puntas de proyectiles de piedra para abatir animales de gran tamaño. También un cuchillo y hojuelas para retirar los órganos internos, así como herramientas para raspar y curtir pieles.
Los expertos indican que «los objetos que acompañan a las personas al morir y son enterrados junto a éstas, tienden a ser sus pertenencias. Los utensilios que estuvieron presentes en vida».
¿La mujer de la prehistoria se dedicaba a la caza?
Los análisis osteológicos, proteómicos e isotópicos afirman que era una mujer joven y contaba con instrumentos de caza, dijo James Watson, de la Universidad de Arizona. El género fue confirmado más tarde, por el análisis de proteínas dentales realizado por los investigadores de la Universidad de California en Davis, Tammy Buonasera y Glendon Parker.
Refiere el estudio, que con la ayuda de pobladores aymara de la comunidad Mulla Fasiri (Perú), se iniciaron en 2018, las excavaciones para comprender el proceso de adaptación de las primeras poblaciones humanas en los Andes. En ese sentido, las excavaciones cubrieron 36,5 m2, lo que resultó en el descubrimiento de más de 20.000 artefactos. Principalmente restos de piedra descascarada, y 15 fosas, cinco de ellas con enterramientos humanos.
Este sorprendente hallazgo es considerado el yacimiento de cazadores más antiguo del continente americano. Los científicos se preguntaron si la mujer de Wilamaya formaba parte de un colectivo de cazadoras, o simplemente conformaba una excepción única a la regla.
De esta forma, observaron los registros publicados relativos a diferentes yacimientos del Pleistoceno tardío y del Holoceno temprano en América del Norte y del Sur. Identificaron 429 individuos de 107 enterramientos diferentes.
Presencia femenina en esa actividad reservada a los hombres
En las investigaciones además, se encontraron que 27 individuos se hallaron asociados con herramientas de caza mayor, de los cuales 11 eran mujeres y 15 eran hombres.
«La muestra fue suficiente para concluir con garantías que la participación de la mujer en la caza mayor temprana probablemente no fue algo trivial«, explican los autores. «Ahora está claro que la división sexual del trabajo fue fundamentalmente diferente. Probablemente más equitativa, en el profundo pasado de cazadores-recolectores de nuestra especie» añade a titulo personal el profesor de antropología de la universidad de California Davis, Randy Haas, también autor principal del estudio
Asimismo, el análisis estadístico muestra que entre el 30% y el 50% de los cazadores de estas poblaciones eran mujeres. Esta apreciación contrasta con otros estudios más recientes, sobre las primeras sociedades agrícolas en las que la participación de la mujer en la caza era inferior, por debajo del 30%, comentó Haas.
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