Si el universo está lleno de incógnitas, todavía la Tierra sorprende con atajos desconocidos. Los orígenes del planeta y el poblamiento del globo motivan al debate y la confrontación de ideas. Un grupo de investigadores en Nuevo México, Estados Unidos, encontró valiosos hallazgos de evidencia humana en América, miles de años antes de lo pensado.
Huellas fosilizadas descubiertas en esa región del oeste de ese país, indican que los primeros humanos caminaban por América del Norte hace unos 23.000 años. Unos 7.000 años antes de lo que se creía.
Las huellas se encontraron en el lecho de un lago seco en el Parque Nacional White Sands, y fueron descubiertas en 2009 por un administrador del parque. Los científicos del Servicio Geológico analizaron las semillas pegadas en las huellas para determinar su edad aproximada. Las fechas varían en edad y confirman la presencia humana durante al menos dos milenios, y las huellas más antiguas datan de hace unos 23.000 años
La mayoría de los científicos cree que la migración antigua se produjo a través de un puente terrestre ahora sumergido que conectaba Asia con Alaska. Con base en diversas pruebas, incluidas herramientas de piedra, huesos fósiles y análisis genéticos. Mientras tanto, otros investigadores han ofrecido una variedad de fechas posibles para la llegada de los humanos a las Américas. Desde hace 13.000 hasta 26.000 años o más.
Kathleen Springer del Servicio Geológico de EE UU se refirió a los hallazgos. «Nuestras fechas en las semillas están muy agrupadas y mantienen el orden estratigráfico por encima y por debajo de múltiples horizontes de huella. Este fue un resultado notable». Esto corresponde a la altura del último ciclo glacial, durante algo conocido como el Último Máximo Glacial.
La evidencia humana en América, una larga huella
Estos investigadores se dedicaron a estudiar las huellas que dan la evidencia humana en América. Huellas que cuentan una historia interesante de cómo era la vida en ese momento. Principalmente las de adolescentes y niños que fueron las encontradas, a decir por el tamaño de las pisadas.
También huellas de mamut, perezosos terrestres gigantes, lobos terribles y aves están presentes en el sitio. “Es importante porque todos los caminos que hemos encontrado allí muestran una interacción de humanos en el paisaje junto con animales extintos como mamuts y perezosos gigantes. Podemos ver la coexistencia entre humanos y animales en el sitio como un todo. Y al poder fechar con precisión estas huellas, estamos construyendo una imagen más amplia del paisaje», dijo Sally Reynolds, académica en Paleoecología de Homínidos en la Universidad de Bournemouth.
El estudio actual proporciona una línea de base más sólida para cuando los humanos definitivamente estaban en América del Norte, aunque podrían haber llegado incluso antes, dicen los autores. Las huellas fósiles son una evidencia más indiscutible y directa que los «artefactos culturales, huesos modificados u otros fósiles más convencionales», escribieron.
Antes se pensaba que los humanos ingresaron a América mucho más tarde, después del derretimiento de las capas de hielo de América del Norte, lo que abrió las rutas de migración. Sin embargo, las huellas muestran una migración más temprana de humanos a las Américas.
“Ha habido mucho debate durante muchos años sobre el primer poblamiento de las Américas con varios sitios tempranos identificados. Pocos arqueólogos ven evidencia confiable de sitios con más de 16.000 años. Las pistas de White Sands proporcionan una fecha mucho más temprana», comentó Vance Holliday de la Universidad de Arizona.
La guinda del pastel
Dan Odess del Servicio de Parques Nacionales comentó sobre la evidencia humana en América. “White Sands proporciona la primera evidencia inequívoca de la presencia humana en las Américas durante el Último Máximo Glacial. No todos los sitios arqueológicos contienen evidencia tan inequívoca».
Entretanto, Matthew Bennett de la Universidad de Bournemouth, quien ayudó a dirigir el estudio, dijo: “Las huellas dejadas en White Sands dan una imagen de lo que estaba sucediendo. Adolescentes interactuando con niños más pequeños y adultos. Podemos pensar en nuestros antepasados como bastante funcionales, cazando y sobreviviendo. Pero lo que vemos aquí también es una actividad de juego y de diferentes edades que se unen. Una verdadera visión de estas primeras personas «.
La arqueología tradicional se basa en el descubrimiento de huesos y herramientas, pero a menudo puede ser difícil de interpretar. Las huellas humanas proporcionan evidencia inequívoca de presencia y también de comportamiento. El profesor Bennett señaló que «la guinda del pastel aquí es que podemos fechar estos rastros con precisión utilizando lechos de semillas de zanja».