A 19 meses de que se anunciara la pandemia por el SARS-CoV-2 comienzan a surgir investigaciones que evalúan la gestión de los gobiernos de la crisis sanitaria. Una recientes estudia el impacto de la enfermedad en los estados de Estados Unidos y arroja resultados desfavorables cuando los políticos, en lugar de los profesionales de la salud, tomaron las decisiones más importantes.
El estudio de la Universidad de Binghamton en Nueva York y publicado en la revista médica American Journal of Preventive Medicine, revela que las medidas de salud pública fueron más estrictas en los estados liderados por los demócratas. Además, las medidas de salud pública más estrictas se asociaron con un crecimiento más lento de los casos de la COVID-19.
La investigación calculó el Índice de Política de Salud Pública para determinar la fuerza de la respuesta política al COVID-19 a nivel estatal. Vincularon el PPI con la tasa de propagación de la enfermedad y tuvieron en cuenta el posible recuento de casos y controles específicos de cada estado para la densidad de población estatal, la pobreza y el número de médicos. También valoraron las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, el tabaquismo, la obesidad, la edad, la composición racial y la urbanización de residencia.
Estados con medidas más estrictas registraron menos contagios
Los investigadores analizaron el período entre marzo y noviembre de 2020, es decir, en los mayores picos de la pandemia. Determinaron que los estados con gobernadores demócratas tenían un PPI que era 10 puntos más alto en promedio, que los estados con gobernadores republicanos. La diferencia correspondió a una tasa de propagación del virus de aproximadamente un 8% más baja.
Las estimaciones indican que, en promedio, los estados con gobernadores republicanos tenían restricciones públicas más débiles. Además, hubo una variación significativa dentro de ambos grupos de estados. Posiblemente atribuible a las diferencias en la situación epidemiológica y las características ideológicas de los electorados estatales.
Es el caso de Nueva York, una ciudad fuertemente afectada al comienzo de la pandemia, pero si no hubiesen implementado restricciones severas habría tenido un pico más alto en los meses posteriores. Sin embargo, estados como Maryland, Vermont y Massachusetts son la excepción. A pesar de tener gobernadores republicanos tuvieron medidas más estrictas. Cercanas a las que emplearon los estados demócratas. La investigación resalta la eficacia de las órdenes de quedarse en casa, el uso de las mascarillas y otras restricciones
Las medidas de salud pública deben dejarse en manos de profesionales
Los autores señalan que una de las mayores lecciones del estudio es que las decisiones sobre las medidas de salud pública deben dejarse en manos de los profesionales de la salud. No de los políticos. «Una mejor salud pública requiere un enfoque menos partidista en la elaboración de políticas de salud pública», explica la coautora del estudio Olga Shvetsova. Actualmente, la investigadora se desempeña como profesora de ciencias políticas en la Universidad de Binghamton.
Para los autores, comprender la relación entre la política y las medidas de salud pública puede preparar mejor a los ciudadanos. Especialmente para lo que pueden esperar de sus gobiernos en una futura crisis similar a la de la COVID-19. El estudio, además, subraya cómo se han «politizado», las restricciones preventivas.
Estudios anteriores con conclusiones similares
Un estudio anterior publicado en la misma revista, también indagó sobre la relación de las restricciones más flexibles en los estados republicanos de EE UU con casos más altos de la COVID-19. Y es que los gobernadores republicanos fueron los primeros en levantar las restricciones y les costó tomar otras medidas posteriormente.
Además, estos estados son los más reacios a la aplicación de vacunas contra el coronavirus. Algo que, por supuesto, también influye en el aumento de casos de la variante Delta.