Nueva York es una ciudad cosmopolita por excelencia, de contrastes, glamour, cultura, fashion, y gustos extremos. También de excesos. Desde hace unos dos años, en bares y restaurantes de NY, están incorporando un servicio a sus visitantes: kits de salvamento para las sobredosis. La propuesta, que dejaría perplejos a muchos, es considerada por los locales de ocio cono una manera de “mantener seguros” a sus clientes.
Anteriormente estos expendios de comidas y bebidas solo tenían un botiquín de primeros auxilios escondido detrás del mostrador. Ahora, adicionan esta herramienta que salva vidas en tales circunstancias. En la medida en que la sociedad se hace más permisiva en cuanto a “entretenimientos” que afectan la salud, crecen las posibilidades que en los sitios públicos ocurran incidentes no deseados.
Los kits de prevención de sobredosis incluyen medidas proactivas y reactivas, como las tiras de fentanilo y la naloxona, un fármaco que revierte las sobredosis. Bares y restaurantes de los cinco condados de Nueva York están siendo dotados de esos equipos, informó Eater, una cadena de restaurantes con locales en EE UU, Canadá e Inglaterra.
Explica en su portal que esas “herramientas de reducción de daños” se ofrecen sin costo a los clientes. En medio de un número creciente de sobredosis en baños y lugares públicos. “Queremos mantener segura nuestra comunidad. Y no vamos a fingir ingenuamente que el consumo de drogas recreativas no ocurre en el vecindario”, dijo Chelsey Ann, directora de eventos y asociaciones en el restaurante Las’ Lap del Lower East Side Caribbean.
Kits para sobredosis en NY
No todos los dueños de negocios comparten el mismo criterio de proveerse de esos kits para sobredosis. Algunos temen que las fuerzas del orden público piensen que sus locales aprueban el consumo de drogas. Pero Darryl Phillips, director ejecutivo de ASAP Foundation, una organización sin fines de lucro que dona kits de reducción de daños, dijo que cada vez más entornos ven el valor de tenerlos disponibles.
Las llamadas herramientas de reducción de daños pueden ser un cajón de sastre salvavidas. Hay tiras reactivas que pueden detectar la presencia de fentanilo en drogas como la cocaína cuando se sumergen en una muestra de mezcla líquida. En caso de sobredosis, se usa naloxona, una reversión de opioides inyectables, o su versión de marca en aerosol nasal, Narcan. Sitios como Ridgewood’s Today, por ejemplo, han organizado curso de capacitación sobre cómo administrar la naloxona correctamente.
La idea detrás de los kits, dicen los dueños de los restaurantes, no es tolerar el uso de drogas ni pretende juzgar el comportamiento humano. Se trata de reconocer la realidad del uso de drogas en la ciudad de Nueva York. Y el papel positivo que pueden tener los lugares de hospitalidad que protegen a sus comunidades. Particularmente en sitios donde el uso de drogas es rampante.
Más de 100.000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas en el período de 12 meses que finalizó en abril de 2021, según datos publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
The New York Times indicó que el récord de fallecidos está relacionado con armas y vehículos. Muchas muertes por sobredosis pueden estar asociadas con el fentanilo, el opioide sintético que, aunque es legal, puede ser letal. Especialmente porque el fentanilo puede mezclarse clandestinamente con otras drogas.
No es prevención, es atención
Restaurantes de hamburguesas como Smashed NYC, Las’ Lap, influencer -bar Short Stories, el japonés Shinsen y la popular pizzería Scarr’s, tienen esos kits para sobredosis.
Algunos funcionarios del gobierno de la ciudad de Nueva York esperan que estos establecimientos se incorporen a la reducción de daños. Para Ariel Palitz, directora de la Oficina de Vida Nocturna de NY, señala que atender esa situación es una prioridad en su agenda.
“Es realmente importante mencionar que el consumo de drogas realmente prevalece en todo tipo de escenarios en la vida diurna y nocturna de las personas. En todo tipo de profesiones y demografía. Siempre tenemos cuidado de no enmarcar la vida nocturna como la fuente de la responsabilidad del consumo de drogas. Pero también vemos a la comunidad de vida nocturna como un lugar donde las personas pueden cuidarse entre sí”, apuntó Palitz.