En Pakistán están desarrollando un plan piloto que permitirá utilizar las langostas del desierto, que tanto daño han hecho a sus cultivos y pastizales, y convertirlo en alimentos para pollos.
El brote de esa plaga ha devastado territorios importantes, en al menos siete países de África Oriental en los últimos meses. Siguiendo el curso de los vientos, el enjambre se ha movilizado y tomado posesión del este de Pakistán, en proporciones no vistas en casi 30 años. Estos enjambres suelen recorrer unos 150 kilómetros diarios.
Aunque los procesos de fumigación fueron activados resultaron insuficientes ante su voracidad. Ahora, en un acuerdo común entre el gobierno y la empresa privada tratan de encontrar una salida provechosa a esta plaga rica en proteínas.
Una primera prueba se realizó en febrero, en el distrito de Okara, en el centro del país y donde los cultivos no utilizan pesticidas. Se les pagó a los aldeanos por recolectar langostas. El uso de esos químicos habría hecho que los insectos no fueran aptos para el consumo.
«Primero tuvimos que enseñar a los lugareños a atrapar las langostas. Las redes son inútiles contra ellas«, dijo Muhammad Khurshid, del Ministerio de Alimentos y coordinador de la iniciativa.
Explicó que se les atrapa durante la noche, una por una, cuando los enjambres, aprovechando las temperaturas más frías, descansan en los árboles y las plantas.
Por cada kilo de langosta, los granjeros reciben 20 rupias de Pakistán (12 centavos de dólar). Para ellos es además una especie de revancha ya que las langostas devoraron sus plantaciones.
Langostas del desierto en alimentos para pollos
El empeño de los granjeros en ese plan piloto, los llevó a colectar 20 toneladas de langostas, agotando por el momento el presupuesto del proyecto. Las langostas, desmenuzadas y secas, se agregaron a la alimentación de aves de corral por parte de la mayor empresa productora de alimento para animales de ese país, el Hi-tech Feeds Group.
La nueva mezcla ha sido probada en 500 pollos. «No ha habido problemas. Las langostas del desierto, ricas en proteínas, tienen un buen potencial para su uso en la alimentación de aves de corral«, indicó Muhammad Athar, gerente general del grupo.
Aunque el proyecto piloto no es una solución a la devastación de los cultivos, puede proporcionar a los agricultores una fuente alternativa de ingresos. Y al mismo tiempo aliviar a las autoridades que luchan por distribuir pesticidas contra las langostas.
En junio, el primer ministro, Imran Khan, aprobó un plan para expandir el proyecto, ya que Pakistán tuvo el peor ataque de langostas en 30 años. Según la ONU, las fuertes lluvias y los ciclones han provocado una multiplicación «sin precedentes» de enjambres el año pasado en la península Arábiga.
La crisis es tan grave que el gobierno ha declarado el fenómeno como una emergencia nacional y ha pedido ayuda a la comunidad internacional. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación advirtió que Pakistán podría sufrir pérdidas de alrededor de 5.000 millones de dólares si se afecta el 25% de sus cultivos.
La reducción de los cultivos también podría elevar los precios y agravar la inseguridad alimentaria de un país donde alrededor de un 20% de la población está desnutrida, y casi la mitad de los niños menores de cinco años experimentan retrasos de crecimiento.
Imágenes satelitales y drones
Los científicos del mundo están buscando fórmulas para encontrar tratamientos a la COVID-19. Pero también investigadores internacionales han aunado fuerzas con la FAO para crear nuevos instrumentos para mantenerse un paso por delante de las langostas nómadas.
“Ninguno de los países afectados de África oriental se sitúa entre las principales zonas habituales de infestaciones de langostas. Por lo tanto, estos carecían de los sistemas o instrumentos disponibles”, dijo Keith Cressman, oficial superior de previsión contra la langosta de la FAO.
“Ahora estamos acelerando la creación de versiones fáciles de utilizar de esos instrumentos para países como Kenya, Somalia y Sudán del Sur”, refirió.
Las tecnologías abarcan desde instrumentos para la recopilación de datos con los que se vigila la presencia de langostas, hasta sistemas de imágenes por satélite que ayudan a pronosticar los lugares a los que se desplazarán las plagas. Kenya pronto se convertirá en el primer país en probar los drones de la FAO para la vigilancia de la langosta.
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