Se incrementan las propuestas para reformar el modo en que los Estados gravan el alcohol. En EE UU, como en la mayoría de los países de la Unión Europea, una cerveza es más barata que el agua o el refresco
El Estados Unidos, Nuevo México es conocido por las tasas más altas de mortalidad relacionadas con el alcohol, y desde hace años legisladores, profesionales de la salud y hasta los políticos luchan con superar esa debilidad de la sociedad. En el inicio del período legislativo 2025, los parlamentarios están dispuestos a frenar la escalada del consumo de alcohol con nuevos impuestos. Enfrentan el bloqueo incisivo y reiterado de la industria licorera.
La Legislatura de Nuevo México afina dos propuestas para reformar el modo en que el estado grava el alcohol. Un esfuerzo más amplio para reducir las muertes relacionadas con el alcohol (cáncer, enfermedades hepáticas y cardiovasculares) y otros daños causados por su consumo de «bebidas espirituosas».
Una de las propuestas implementaría una tasa impositiva única para el alcohol del 3%. La otra ajustaría el impuesto especial al alcohol en esa región según la inflación y, además agregaría una «tasa de inversión en salud pública» temporal de 20 centavos sobre cada bebida estándar.
Ambos planteamientos serán presentados durante la sesión de 60 días que comienza en enero, con la finalidad de reducir la tasa de ingesta de alcohol y canalizar más ingresos fiscales hacia los servicios de prevención y recuperación del abuso de alcohol. Proyectos de ley similares no lograron ganar fuerza durante la sesión de 2024.
En Nuevo México, la tasa de mortalidad relacionada con el alcohol aumentó de 70 muertes por cada 100.000 personas a 102,8 muertes entre 2017 y 2021, según cifras de NMhealth. Desafortunadamente, la escalada se ha disparado más en años recientes. Detalla que ha habido más de 2.000 muertes asociadas con el alcohol en ese estado cada año desde 2021.
Intentan en Nuevo México bajar consumo de alcohol
En 2022 el 40% de las muertes en el condado de McKinley estaban relacionadas con el alcohol. En el condado de Bernalillo, era el 20,4% y en San Miguel el 19%. Los hispanos representaron el 40% de las muertes, seguidos de los blancos y los indios americanos de Alaska. Entre los hombres, las muertes relacionadas con el alcohol fueron mayores en aquellos con edades entre 55 y 64 años. Entre las mujeres, las que tenían entre 35 y 44 años”.
El representante estatal Derrick Lente, demócrata de Sandia Pueblo, afirmó a Santa Fe New Mexican que “la motivación para analizar este tema se ha hecho esperar”. Precisó que los impuestos especiales sobre el alcohol de Nuevo México no han cambiado desde 1993.
La propuesta de una tasa única de impuesto al alcohol es impulsada por las representantes demócratas Micaela Lara Cadena de Mesilla y Cristina Parajón de Albuquerque. “Tenemos un impuesto fijo y regresivo”, con $1,60 por litro de licor, 45 centavos por botella de vino y 41 centavos por galón de cerveza”, dijo Cadena a los miembros del comité de política fiscal.
Adicionó que “los defensores de bajar el alto consumo de alcohol en Nuevo México y sus terribles consecuencias, reconocen que las tasas han aumentado. Y las medidas regulatorias y restrictivas se han quedado obsoletas y necesitan algún tipo de aumento”.
Este es el segundo año consecutivo en que los legisladores de Nuevo México han intentado aprobar un impuesto al alcohol. Una propuesta anterior de un impuesto de 25 centavos por bebida se redujo a 5 centavos y luego se eliminó por completo. Cadena tiene la esperanza de que este año sea diferente y ganará la vida.
La cerveza es más barata que refresco o el agua
La lucha no será sencilla. La industria del alcohol tiene años de experiencia en desestimar y echar a un lado proyectos de ley a los que se opone. Esta actuación se ha repetido en todo el país, desde Nebraska hasta Oregón, con grupos de la industria invirtiendo cientos de miles de dólares en campañas para presionar contra nuevos impuestos.
Sin embargo, los defensores de la salud pública están decididos a no dejarse vencer en esa ocasión. Piden aumentar los impuestos al consumo de alcohol en Nuevo México. Ejerciendo una influencia nunca vista, reseña el sitio en internet Quarz. Su mensaje de que «ningún nivel de alcohol es seguro» tiene a la industria de estas bebidas estadounidense de 260 mil millones de dólares en alerta máxima.
Los fabricantes argumentan que una postura tan absolutista pasa por alto tanto los matices científicos como siglos de tradición cultural. Sin embargo, a pesar de que los defensores de este impuesto ganan terreno, el éxito que ha tenido durante mucho tiempo la industria en bloquear los aumentos de impuestos ha creado un entorno de costos cada vez más favorable.
La mayoría de los impuestos al alcohol son de tasa fija que no se han ajustado a la inflación en décadas, recoge el portal. En Massachusetts, donde los funcionarios aumentaron el importe por última vez durante el gobierno de Carter, los impuestos al alcohol han perdido el 74% de su valor desde 1980.
“Cada año que hay inflación, la industria del alcohol obtiene una reducción automática de impuestos”, dijo Carson Benowitz-Fredericks, director de investigación de Alcohol Justice, una organización de vigilancia. “Si vas a una tienda de la esquina hoy, la forma más barata de líquido no va a ser el refresco, la leche o el agua, sino la cerveza”.
Un consumo, dos realidades
Durante la pandemia se produjeron muchos cambios en el comportamiento social. En EE UU, por ejemplo, se desencadenó lo que el ex director de control de bebidas alcohólicas de Colorado, Patrick Maroney, llamó «un gran cambio en la ley sobre bebidas alcohólicas».
Señaló que entonces los estados se apresuraron a permitir que los restaurantes ofrecieran cócteles para llevar y entregas a domicilio. Muchas de estas medidas temporales ahora son permanentes. La industria argumenta que está contra las cuerdas a medida que cambian los patrones de consumo. Esta facilidad podría disparar el consumo de alcohol en muchos estados y Nuevo México no sería la excepción.
Sin embargo, a la par, se está observando la disminución del consumo de alcohol entre las generaciones más jóvenes. Esto podría dar argumentos a los defensores de los impuestos. Datos recientes muestran que la generación Z bebe un 20% menos que los millennials a su edad. Mientras que el 23% dice que está recurriendo al consumo de cerveza, vino o licores sin alcohol. La industria está respondiendo con nuevas tecnologías que permiten promociones y marketing sofisticados, ¿para revertirlas?
Ante la caída de las ventas, las nuevas advertencias sanitarias de la OMS y la creciente presión por impuestos más altos, los líderes empresariales ven ecos preocupantes del pasado.
Batalla amenazada pero no perdida
Rebecca Stamey-White, que ha ejercido el derecho del alcohol desde 2010, asegura que “la industria del alcohol tiene un poco de miedo de que la dirección de las cosas vaya hacia una mayor prohibición” del consumo de alcohol en Nuevo México y en otros estados.
Los legisladores inician el nuevo período de sesiones confiados y optimistas en que impondrán ajustes a los impuestos al alcohol. ¿Se tropezarán nuevamente con los poderes económicos?
La mayor parte de los impuestos al alcohol se destinan al fondo general del Tesoro de Estados Unidos. Lo que convierte a la Oficina de Impuestos y Comercio del Alcohol y el Tabaco en la tercera agencia de recaudación de impuestos más importante del gobierno federal. Con más de 18.000 millones de dólares en 2023.