Las medidas de confinamiento y restricciones de movilidad, para tratar de frenar la propagación de la COVID-19, han tenido efectos devastadores en la economía global. Sin embargo, para el oro, la situación es distinta y más bien se revaloriza. Su precio ha mostrado avances significativos en medio de la crisis, incluyendo fuertes alzas puntuales. Además, tiene perspectivas de crecimiento sostenido a largo plazo.
El más reciente informe del Banco Mundial, que prevé una fuerte contracción para este año, también proporciona un análisis detallado del mercado para los principales grupos de productos básicos, entre ellos la energía y los metales preciosos. El estudio revela un fuerte contraste entre la barrena de los precios del petróleo y el ascenso de las cotizaciones del oro.
Cuando lo que brilla es oro
El oro está en camino de su mayor ganancia semanal desde principios de abril, con un aumento del 2,8%. El alza ocurre en medio de las preocupaciones renovadas por el impacto de la pandemia de COVID-19 y los débiles datos económicos de los Estados Unidos.
Este avance no es puntual. De hecho, el oro ha experimentado un aumento de 5,4% en el primer trimestre de 2020. Además, el Banco Mundial estima que este cotizado metal experimentará una revalorización de 14,9% durante el presente año.
La subida del oro se explica, en parte, a su uso como valor de refugio. Por ello, no es de extrañar que la crisis generada por la pandemia haya llevado a los inversores a buscar su seguridad. Si bien hubo una breve caída, se debió a la grave falta de liquidez muchos grandes fondos, que tuvieron que vender casi todos sus activos, entre ellos el oro. Esto causó un retroceso en el precio del metal, pero en pocas semanas se recuperó.
Por otro lado, las interrupciones en las minas de producción, especialmente en Sudáfrica y en el Sur Estados Unidos -a consecuencia de la pandemia- incrementaron aún más los precios. Sin embargo, este es un factor que pesará menos, a medida que se reduzcan o eliminen las restricciones.
El oro se revaloriza
También ha habido factores que han provocado alzas puntuales del oro. La publicación de datos poco alentadores, impulsan la búsqueda de refugio y disparan las cotizaciones del metal.
Eso explica el notable repunte de esta semana. El Banco Mundial pronosticó una contracción global del 5,2 % a raíz de la pandemia. La Reserva Federal proyectó una disminución del 6,5% en la economía de los Estados Unidos.
Otros 1,5 millones de solicitudes de desempleo en los Estados Unidos hicieron que los mercados cayeran en picada el jueves. Este panorama acabó con el optimismo que los inversores tenían a principios de mes.
Este golpe de malas noticias envió oro hasta 1.744 dólares por onza, pero luego volvió a caer a US $ 1.724 en horas previas a la negociación del viernes.
A pesar de la reciente volatilidad de los precios, el metal amarillo es el único recurso que se espera que suba en 2020, según el informe del Banco Mundial.
Otros metales bajan
La perspectiva alentadora para un oro que se revaloriza, no se cumplirá en otros metales, según el Banco Mundial. «Se prevé que los precios disminuyan un 16 por ciento en 2020 antes de mostrar un aumento modesto en 2021. Este pronóstico se basa en una recuperación de la demanda china, que representa alrededor del 50% del consumo de metales básicos», se lee en el referido informe.
La Plata y el Platino tienen aplicaciones industriales. Por esta razón, sus precios se han visto afectados negativamente como consecuencia de la interrupción en buena parte de la actividad productiva a nivel mundial. Más de la mitad de la demanda de ambos metales se destina a uso industrial.
La plata experimentó un crecimiento de precios relacionado con la incertidumbre al inicio de la semana, moviéndose por encima de los 18,15 dólares por onza. Pero la demanda de refugio seguro no pudo mantener el metal en 18,10 dólares y retrocedió a mediados de semana.
El Banco Mundial prevé que se recuperen moderadamente los precios de la plata llegando a aumentar un 3,6% en 2020.
Los precios del Platino disminuyeron un 0,6% en el primer trimestre, aunque cayeron más de un 20% en marzo, al derrumbarse la demanda mundial de automóviles. La principal aplicación industrial del platino es como materia prima en la fabricación de catalizadores para los motores de los vehículos, que contribuyen a reducir las emisiones nocivas.
Signos de recesión
El alza del oro y la caída de otros metales constituyen un reflejo de la percepción de los mercados acerca de la fuerte recesión que se vislumbra como co secuencia de la crisis sanitaria.
Cuando baja el precio del petróleo, así como los de la plata y el platino, puede ser una señal de que se avecina una recesión. Dado que la demanda de materias se genera principalmente en sectores como la construcción, el transporte y la industria, cae en tiempos de contracción y hace que los precios retrocedan.
En cambio, el oro, que es visto como un activo refugio por excelencia, ve incrementada su demanda cuando la percepción de riesgo aumenta. Por lo tanto, cuando el oro se revaloriza, hay indicios de que la economía no va por buen camino. Este parece ser el caso.
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