De los 180 proyectos de vacunas contra la COVID-19 que se adelantan en el mundo, 9 están en la tercera y última fase de testeos. Según fuentes comunitarias, los países de la Unión Europea podrán tener acceso en noviembre a la primera vacuna contra el coronavirus. La que perfila la empresa británica AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.
De mostrar resultados alentadores, Bruselas estima que en tres meses salga al mercado la vacuna de AstraZeneca. Antes debe corroborarse que el proyecto genera anticuerpos suficientes para combatir la enfermedad sin causar efectos secundarios de relevancia. A partir de entonces, la iniciativa recibirá aprobación de las autoridades sanitarias correspondientes para comenzar a ser inoculada en la población.
La Unión Europea tiene un contrato con la farmacéutica multinacional que le garantiza el acceso a 300 millones de dosis. La idea es que el tratamiento se reparta entre los Estados miembros. Todos los países se han adherido a la compra de esta vacuna de AstraZeneca o con el objetivo de que las veintisiete naciones tengan acceso a la vez y al mismo precio. A España le corresponderían 42 millones de dosis.
«Lo importante es que es un esfuerzo colectivo y todos tendrán un acceso equitativo», indicaron las fuentes.
La vacuna Astrazeneca antes de fin de año
La Comisión Europea negocia, en nombre de la UE, con otros cinco laboratorios para cerrar contratos similares. Y así tener a su disposición un amplio abanico de vacunas, intentando minimizar el riesgo de adquirir otras que no sean eficaces.
Transcurridas las fases de las investigaciones y sus protocolos, corresponderá a los Estados decidir quien recibe el tratamiento. Aunque consideran que un primer paso sería vacunar a un 30% de la población.
En la UE también exploran la posibilidad de indemnizaciones a los fabricantes por eventuales efectos secundarios de las vacunas. En Bruselas señalaron a Europapress que los estándares de fabricación se mantienen en este caso. El único escenario, «poco probable», es que, haya algún «defecto oculto» que la Agencia Europea del Medicamento no detecte. Y que al mismo tiempo, pueda acarrear la indemnización de un estado miembro a la compañía.
En Estados Unidos, la etapa final
El desarrollo de la posible vacuna anti-COVID-19 se ha expandido a un ensayo clínico de fase III en Estados Unidos. Para evaluar la seguridad, la eficacia y la inmunogenicidad de la posible vacuna para la prevención del virus.
El ensayo está financiado por la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado de EE UU (BARDA) y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID). Así como de parte de los Institutos Nacionales de Salud de ese país. Está dirigido por AstraZeneca y la Red de Prevención de COVID-19 (CoVPN), apoyada por NIAID participará en la prueba.
Mene Pangalos, vicepresidente ejecutivo de I + D de productos biofarmacéuticos, se refirió a las investigaciones. “Estamos orgullosos de colaborar con el NIAID para acelerar el desarrollo de la vacuna potencial. Si los ensayos clínicos demuestran que la vacuna protege contra la enfermedad COVID-19 y está aprobada para su uso, trabajaremos arduamente para que esté disponible en todo el mundo de una manera justa y equitativa lo más rápido posible «.
Los centros de ensayo en EE UU están reclutando hasta 30.000 adultos de 18 años o más de diversos grupos raciales, étnicos y geográficos que están sanos. También a aquellos que tienen condiciones médicas subyacentes estables. Incluidos quienes convivan con el VIH, y que tienen un mayor riesgo de infección por Virus SARS-CoV-2.
Los centros de reclutamiento fuera de EE UU están en Perú y Chile.
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