Organismos de escala mundial y otros de menor dimensión coinciden en volver la mirada hacia el medioambiente, como garante de la vida en el planeta. Ecologistas en Acción, Greenpeace y el instituto IMDEA Agua advierten que la recuperación económica no debe dejar por fuera la biodiversidad, el cambio climático y la sostenibilidad.
Consideran que no se puede cometer el error de dejar de lado el medioambiente en el proceso de reactivación económica. Los grandes retos ecológicos, incluyendo la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad, siguen ahí “tenemos una crisis dentro de otra crisis y no se puede considerar una sin la otra”.
Paco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción, señaló a Efe que la disyuntiva es clara en el abordaje de la actual situación: «Podemos optar por seguir haciendo las cosas como hasta ahora. Incluso, podemos empeorarlas con una reactivación económica que nos lleve al desastre ambiental. Lo aconsejable sería aprovechar el parón para dar una vuelta de timón hacia la sostenibilidad”.
¿A qué ciudad queremos volver tras el confinamiento? Por una ciudad mejor: ¡confinemos los coches, recuperemos la ciudad! Nos sumamos a esta campaña impulsada por @ecologistes y otras cien organizaciones sociales👉🏾 https://t.co/OCIHpn6uHj. #RecuperemLaCiutat pic.twitter.com/TShWflviNc
— Ecologistas en Acción (@ecologistas) May 13, 2020
El cambio de rumbo propuesto incluiría la aplicación de medidas de protección ambiental como no regresar a una movilidad en las urbes basada en el transporte privado de motor. «Relajar las restricciones para que la actividad económica resurja como sea es algo totalmente suicida», dice.
Respecto a los problemas generados por la contaminación en las ciudades, Segura insiste en que la calidad del aire es el principal problema de sanidad ambiental del mundo. «Hay que hacer bastante más y no desandar los pasos dados. Sencillamente no tenemos tiempo», anotó.
Recuperación justa y ecológica
La directora adjunta de programas de Greenpeace, María José Caballero, exige que la reconstrucción económica incluya el medio ambiente. Propone una transición justa y ecológica que «permita acabar con el gravísimo problema del cambio climático y generar puestos de trabajo».
Afirma que si algo ha enseñado la pandemia es que cuando hay voluntad política y se pone manos a la obra es posible cambiar un país o el mundo. No obstante aclara que la lucha contra la emergencia climática y la protección de la naturaleza «no tiene por qué exigir esfuerzos demenciales ni enfrentarnos a situaciones dolorosas».
«Se utiliza de excusa la crisis sanitaria y económica provocada por el #COVIDー19 para avanzar en el progreso, aunque las reformas propuestas no supondrán mejora social alguna», @PilarMarcos alerta de que podríamos estar entrando en la vieja normalidad 👇https://t.co/ylriz4Fw96
— Greenpeace España (@greenpeace_esp) May 15, 2020
El coordinador del Departamento de Economía del Agua del IMDEA Agua y asesor de varios organismos internacionales, Gonzalo Delacámara, afirma que la crisis sanitaria se asemeja a la crisis climática: «Las dos son fenómenos globales y nos hacen vivir una ficción, pensar que nos afecta a todos, lo cual es cierto, pero no a todos igual. No hay que olvidar los criterios de equidad social».
Abordar en conjunto las soluciones
Los expertos también piden coordinación internacional en el tratamiento de la economía y el ambiente. Delacámara refiere que «al hablar de amenazas globales no se debe incurrir en el error de pensar en soluciones locales».
En ese sentido, Caballero añade que no es suficiente que España aborde estos problemas, sino que es imprescindible que lo haga en un marco de necesaria colaboración y multilateralismo.
Gonzalo Delacámara participó en el Maratón Digital por el Clima, con el objetivo de visibilizar la emergencia climática organizado por @CEDREAC #RetoClimatico_YoMeSumo Disponible aquí: https://t.co/XJZJaqWFsO
— Instituto IMDEA Agua (@IMDEA_Agua) May 11, 2020
El coronavirus ha vuelto a plantear la importancia de la seguridad hídrica. Apunta Caballero que la gestión del agua y los desafíos de la enfermedad tienen “un enfoque reactivo, basado en la remediar impactos”.
Delacámara considera que esta manera de actuar lleva permanentemente a políticas que miran al pasado y no al futuro. Y que sería preferible hacerlo al revés: «Si esperamos a la llegada de una crisis para intervenir, la gama de alternativas de solución es mucho más limitada y con un coste mucho más alto».
Lee también:
Progreso y medio ambiente, en el equilibrio de la balanza