La crisis del coronavirus ha puesto en la mira la calidad de la industria sanitaria china. No solo España ha recibido equipos que no cumplen los estándares de calidad exigidos para hacer frente a la pandemia del COVID-19. Turquía, República Checa, Países Bajos y más recientemente Reino Unido han denunciado fallas, lo que ha llevado al gobierno de Xi Jinping a anunciar una investigación de lo que ocurre.
Aunque el primer ministro Boris Johnson, actualmente en una Unidad de Cuidados Intensivos, decidió tomar medidas drásticas contra el coronavirus mucho después que otros vecinos europeos, una de sus últimas estrategias tenía que ver con la realización masiva de los test de detección para aislar a los positivos, lo que abriría las puertas para en forma gradual levantar el confinamiento domiciliario.
Para ello se hizo una millonaria compra a China, pero lamentablemente las pruebas se validaron en el gigante asiático con pacientes que enfrentaron síntomas graves del coronavirus. Generaron muchos anticuerpos por haber sido infectados con una gran carga viral.
“Nosotros necesitamos realizar estas pruebas a un elenco de población muy amplio, que incluya a personas con síntomas leves. Y con ese propósito, necesitamos test que funcionen mejor que los adquiridos”, dijo el científico John Newton, al frente del Servicio Nacional de Salud (NHS, por su sigla en inglés).
Cae fiabilidad de industria sanitaria china
Se estima a que al menos 3,5 millones de esos kits no tienen la fiabilidad suficiente, lo que agrava la situación del país, que tiene al menos un 8% del personal sanitario del NHS en aislamiento domiciliario sin saber si han sido o no infectados por el virus. La prioridad de Downing Street es acelerar las pruebas en los profesionales que integran la primera línea de batalla contra la COVID-19.
El Gobierno británico tenía inicialmente previsto colocar los kits en los hogares e incluso en farmacias. Johnson llegó a cifrar el número de test diarios en 250.000, número que después fue ajustado a 100.000 por el ministro de Sanidad Matt Hancock.
Ante lo ocurrido con los kits adquiridos a la industria sanitaria china se decidió avanzar ahora en el desarrollo de pruebas propias. Para ello se impulsa la creación de tres megalaboratorios y la cooperación con otros nueve grandes laboratorios. Sin embargo, el resultado no será tan expedito, por lo que siguen negociaciones en el exterior para adquirir los test de detección rápida.
Y España exportando kits
Antes de Reino Unido, España pasó por una situación similar con el mismo proveedor como país. Los test que compraron a la empresa Bioeasy no pasaron los controles de calidad. Se cuantificó en 640.000 los kits defectuosos. Pekín se excusó en que la compañía no tenía la licencia específica para vender esos productos.
Antes de confirmar la devolución del total de la compra, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, expresó: “Es verdad que este producto venía con todas las garantías, como el certificado necesario para operar en la UE, y tenía unos catálogos y especificaciones que daban con los estándares de calidad, pero nosotros evidentemente hicimos las comprobaciones cuando llegó y se comprobó que no tenía el nivel de fiabilidad requerido”.
En el caso de España todo se agravó, porque en medio de la pandemia y ya con el llamamiento de la OMS (Organización Mundial de la Salud) desde febrero para que los países se prepararan para hacer test en forma masiva, el gobierno seguía exportando los test en vez de destinarlo al consumo interno, reveló una investigación de El Mundo. El país cuenta con empresas de primera línea en ese sector para la fabricación de kits como Certest Biotec, Genetic Analysis Strategies o Genomica.
1.330 millones colocados en marzo por China
Y lo mismo le pasó también a Países Bajos, que a finales de marzo devolvió a China un cargamento de 1,6 millones de mascarillas al no cumplir los estándares de seguridad. Permitían que un 95% de las partículas se filtraran.
El gobierno del primer ministro Mark Rutte señaló que Sanidad debió accionar todos los mecanismos para recoger las mascarillas, una vez que los centros asistenciales dieron la voz de alarma porque no cumplían con la fiabilidad exigida.
Lo ocurrido a Reino Unido, España y Países bajos también lo experimentó la República Checa, que devolvió 150.000 kits y test de detección rápidos, al comprobar que el 80% estaba defectuoso. Lo mismo hizo Turquía con 350.000 kits de material sanitario.
Este martes, medios periodísticos señalan que a pesar del “timo” de las mascarillas y los defectos de los test, China sigue comercializando material sanitario, prácticamente sin ningún tipo de competencia.
El diario El Español, citando los números del responsable de los servicios aduaneros, Jin Hai, refiere que China desde el 1 de marzo exportó a unos 50 países unos 1.330 millones de euros. Desagrega la cifra en 37,5 millones de trajes de protección, 16.000 respiradores y 2,84 millones de kits de detección de la COVID-19.
Para más información visite Cambio16
Lee también:
El FMI y la OMS niegan que haya que escoger entre salvar vidas o empleos
https://www.cambio16.com/fmi-y-oms-no-hay-que-escoger-entre-salvar-vidas-o-salvar-empleos/