Los oxímetros de pulso se están convirtiendo en un implemento fundamental para combatir la COVID-19, al menos en la India. Especialistas de otros países consideran que es un instrumento fiable para el control del oxígeno en la sangre, clave en el caso del nuevo coronavirus. Sin embargo, advierten que no puede usarse como una prueba de detección.
En mayo, el Gobierno indio empezó a usar el oxímetro de pulso masivamente, pues empezaron a aumentar los contagios. La idea era controlar los niveles de oxígeno en la sangre de los pacientes. La consideran una buena decisión. Entre otras razones, porque ayuda a evitar el congestionamiento en los hospitales y más contagios.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la India es el tercer país con más casos de COVID-19, después de Estados Unidos y Brasil. Para este martes había 3.691.166 casos confirmados y 65.288 fallecimientos en la India.
La misma OMS y la Organización Panamericana de la Salud recomiendan el oxímetro de pulso como uno de los instrumentos para el tratamiento de la COVID-19.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios publicó en agosto una lista de productos sanitarios, usados, sobre todo, para la prevención y el tratamiento de la COVID-19, pero que no cumplen con la legislación y que pueden implicar un riesgo de salud pública. Entre estos productos, están los guantes quirúrgicos y de examen, y las mascarillas quirúrgicas. También los test de diagnóstico de COVID-19. Asimismo, aparece un oxímetro de pulso hecho en China y al que se le atribuye un certificado falso.
El caso de la India
La trabajadora sanitaria Kamal Kumari, de Nueva Delhi, recibe dos veces al día una andanada de mensajes de WhatsApp de pacientes con la COVID-19. Estos mensajes contienen los resultados de cada oxímetro de pulso, una vez que los pacientes se lo ponen para saber cómo está el oxígeno en la sangre, informó Reuters.
Kumari revisa los resultados para asegurarse de que todos están sobre el umbral de 95, tomando en cuenta que se considera, como normal, entre 95% y 100%. Un indicador inferior puede ser visto como señal de alguna enfermedad.
Después de que Kumari recibe los resultados, los anota en un libro. El oxímetro de pulso cuesta, en promedio, 1.000 rupias, es decir, alrededor de 12 euros (más o menos 13 dólares). Sin embargo, a escala mundial se puede conseguir hasta en 6, 20, 30 y más de 100 euros; todo depende del modelo y la marca comercial.
“Cuando no teníamos esto, no sabíamos los niveles de oxígeno de los pacientes”, indicó Kumari. Por ende, había un rápido deterioro de las condiciones de salud de los pacientes. En ese momento Nueva Delhi afrontaba una fuerte escasez de camas hospitalarias. Ahora, dice, pueden mandar de manera asegura a los pacientes al hospital. Así, los centros de salud no se congestionan y se evitan más contagios, aunque los pacientes también pueden usar los servicios de telemedicina.
Hasta ahora, el gobierno de Nueva Delhi ha distribuido gratuitamente oxímetros de pulso para más de 32.000 personas. La medida forma parte de un plan que tiene como fin aislar a la mayoría de los pacientes asintomáticos o con síntomas leves de la COVID-19 en sus casas.
El programa fue ideado en mayo, cuando los casos de coronavirus empezaron a aumentar en la ciudad, que acoge a más de 20.000.000 de personas. La India es el segundo país más poblado del mundo (después de China), con 1.390 millones de habitantes.
“Si no hubiéramos hecho esto, no habría habido ni siquiera espacio para pararse en los hospitales”, advirtió el directivo de Sanidad de Delhi, Satyendar Jain. Este funcionario y otros también se contagiaron.
Entre bondades y alertas
Aunque varias provincias han implementado medidas para paliar la COVID-19, en Nueva Delhi los directivos de salud empezaron a ver lo que se conoce como “hipoxia feliz” o silenciosa. Es decir, bajos niveles de oxígeno en la sangre, sin dificultades respiratorias, que, sin embargo, conducían a complicaciones de pacientes aislados en sus casas, explicó Jain.
Para que los médicos pudieran hacer un seguimiento continuo, le dijeron al funcionario que los pacientes tenían que ir al hospital con asiduidad o usar monitores de oxígeno que fuesen económicos. Muchos de estos instrumentos los hacen en China.
En Delhi hay, para este 1 de septiembre, 174.748 casos confirmados de la COVID-19. A su vez, se presentaron 14.626 casos activos y 4.444 fallecimientos. Ahora muchas camas de hospitales están disponibles gracias al oxímetro
A algunos médicos les preocupa, no obstante, que los pacientes no sepan cómo usar el oxímetro de pulso. Hermant Kalra, neumólogo de la ciudad, afirmó que es muy importante enseñarles cómo se usan. También alertó de oxímetros baratos que no cumplen las normas y que inundan el mercado.
Sin embargo, Jain afirmó que el programa gubernamental ha funcionado. A su vez, que no ha habido fallecidos entre los pacientes aislados en sus casas en lo que va del último mes y medio.
Los oxímetros también han ayudado a reducir las costosas hospitalizaciones de casos leves. Por tanto, han ayudado a ahorrar más de diez veces el precio del aparato por cada día en el hospital.
Asimismo, Himanta Biswa Sarma, directivo de Sanidad de Assam, anunció que el Gobierno regional daría a los pacientes con COVID-19, y quienes prefieran estar en aislamiento domiciliario, un oxímetro de pulso y medicinas para la enfermedad.
Cómo sirve el oxímetro de pulso en el caso de la COVID-19
El oxímetro de pulso mide el oxígeno en la sangre y la frecuencia cardíaca. La concentración del oxígeno en la sangre puede ser baja en las infecciones pulmonares, el asma, los problemas cardiovasculares, las reacciones alérgicas, después de la anestesia y en otras afecciones. El oxímetro de pulso se usa en un dedo del pie, de la mano o en el lóbulo de la oreja.
Tim Connolly, neumólogo del Houston Methodist, también de Estados Unidos, explicó que los oxímetros de pulso miden la saturación de oxígeno en la sangre. El coronavirus entra a través del sistema respiratorio y afecta los pulmones. Por tanto, puede haber inflamación y neumonía. Esto puede repercutir en la transmisión del oxígeno al torrente sanguíneo. Indicó que la falta de oxígeno se puede presentar en muchos casos de la COVID-19 y no solo en pacientes muy delicados que necesitan ventilación.
Puede haber pacientes con unos niveles muy bajos de oxígeno, pero que aparentemente están bien. Eso es lo que llaman “hipoxia feliz”. Sin embargo, es engañoso, pues esos pacientes pueden ameritar mayor atención médica.
Aclaró que no todos los contagiados con COVID-19 tienen bajos niveles de oxígeno. Incluso, hay personas que pueden manifestar fiebre, dolores musculares y malestar gastrointestinal, y no bajos niveles de oxígeno.
“Pero la gente no debería pensar en un oxímetro de pulso como una prueba de detección de COVID-19″, alertó. «Tener un buen nivel de oxígeno no significa que esté libre de contagio. (…) Si una persona tiene un caso leve de COVID-19, y se trata por sí misma en la casa, un oxímetro puede ser una buena herramienta para controlar los niveles de oxígeno. En general, las personas que en teoría tienen un mayor riesgo de oxígeno son aquellas que tienen enfermedades pulmonares preexistentes, enfermedades cardiacas u obesidad, así como los fumadores”.
Estudio puso en duda versión oficial sobre la COVID-19 en la India
En julio se publicó que un estudio que se hizo en Delhi y arrojó resultados que ponen en duda la versión oficial sobre los verdaderos casos de coronavirus en la India. El Centro Nacional del Control de las Enfermedades hizo pruebas de sangre a 21.387 personas seleccionadas al azar. 23,48% tenían anticuerpos IgG, lo que indica que se contagiaron con el coronavirus. El estudio apunta, asimismo, que 4,7 millones de personas tuvieron la COVID-19; más de 40 veces las cifras oficiales de 125.000 infectados para aquel entonces.
El estudio se llevó a cabo entre el 27 de junio y el 10 de julio. Estableció que “un gran número de las personas contagiadas son asintomáticas”.
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