La humanidad ha estado usando un enorme reactor de fusión nuclear que genera en un minuto más energía de la que podemos utilizar en un año. Las reacciones en su núcleo producen plasma a 15,5 millones de grados centígrados de temperatura. Ha funcionado por miles de millones de años y lo seguirá haciendo unos cuantos más. Pero está a 150 millones de kilómetros de distancia de la Tierra y actúa por cuenta propia. Es el Sol.
En su interior se dan reacciones de fusión en las que el hidrógeno se transforma en helio, que genera la energía. Parte de esa energía llega a la Tierra y aquí da vida a las plantas, los vientos, los mares… al planeta entero.
Si tuviésemos un reactor de fusión como el Sol (mucho más pequeño, pero igualmente eficiente), podríamos dar un gran paso hacia una transición energética sostenible. Y ya estamos avanzando.
De Francia para el mundo
Hemos dado un paso al frente. El mayor proyecto para un reactor de fusión nuclear del mundo empezó su fase de ensamblaje que durará cinco años. Una vez armada, la instalación podrá comenzar a generar el «plasma» supercaliente que se requiere para la energía de fusión.
La instalación, con un coste estimado de 20 billones de euros, se ha estado construyendo en Saint-Paul-lez-Durance, en el sur de Francia. Los defensores dicen que la fusión podría ser una fuente de energía limpia e ilimitada que ayudaría a afrontar la crisis climática.
El proyecto fue bautizado como ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional). Es una colaboración entre China, la Unión Europea, India, Japón, Corea del Sur, Rusia y los Estados Unidos. Todos los miembros comparten el coste de la construcción.
Reactor de fusión o de fisión
La energía nuclear actual depende de la fisión, en la que un elemento químico pesado se divide para producir unos más ligeros. Este es el principio utilizado en la bomba atómica y aplicado en los reactores que conocemos actualmente.
Sin embargo, este proceso genera altos niveles de radiación. Para comprender los riesgos, bastan solo dos ejemplos: Fukushima y Chernobyl .
La fusión nuclear, en cambio, funciona combinando dos elementos ligeros para hacer uno más pesado. Esto libera grandes cantidades de energía con muy poca radiactividad. No obstante, los ensayos, hasta ahora, no han logrado resolver dos grandes obstáculos: su poca eficiencia y su fuerte inestabilidad.
ITER nos ayudará
Lo que ITER hará es confinar el plasma caliente dentro de una estructura llamada tokamak a fin de controlar las reacciones de fusión. El proyecto tendrá como objetivo ayudar a demostrar si la fusión puede ser comercialmente viable.
La instalación podría comenzar a generar plasma, un inicio teórico de las operaciones, poco después de que finalice la fase de ensamblaje en 2025.
Con fe en el futuro
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y dirigentes de la Unión Europea, China, India, Japón, Corea, Rusia y Estados Unidos declararon oficialmente este martes el comienzo de una nueva era energética con el inicio del ensamblaje.
Macron dijo que el esfuerzo uniría a los países en torno a un bien común. «ITER es claramente un acto de confianza en el futuro. Los principales avances de la historia siempre han sido producto de apuestas atrevidas, de viajes cargados de dificultades», afirmó el mandatario.
«Al principio siempre parece que los obstáculos serán mayores que la voluntad de crear y progresar. ITER pertenece a este espíritu de descubrimiento, de ambición, con la idea de que, gracias a la ciencia, el mañana puede ser mejor que ayer».
«Felicito sinceramente el Proyecto ITER», expresó Shinzo Abe, primer ministro de Japón. «Creo que la innovación disruptiva desempeñará un papel clave para abordar los problemas mundiales, incluyendo el cambio climático y la construcción de una sociedad sostenible y libre de carbono».
Tecnología más segura
Los científicos encargados del proyecto afirman que la fusión es segura, utiliza cantidades mínimas de combustible y no hay posibilidad de que ocurra una fuga que ocasione un accidente.
El lanzamiento de la fase de ensamblaje fue posible gracias a que llegaron componentes de todo el mundo en los últimos meses. El equipo encargado de la obra dijo que este hecho demuestra la voluntad de los 35 países socios del proyecto de investigación internacional ITER de unirse de manera duradera en su lucha común contra el cambio climático.
La planta en ITER producirá alrededor de 500 megavatios de energía térmica. Si se opera continuamente y se conecta a la red eléctrica, se traduciría en cerca de 200 megavatios de energía eléctrica, suficiente para alrededor de 200.000 hogares.
Se hará una planta de fusión comercial con una cámara de plasma un poco más grande, para 10 o 15 veces más energía eléctrica. Una planta de fusión de 2.000 megavatios, por ejemplo, suministraría electricidad a 2 millones de hogares.
Energía limpia
Un reactor de fusión no tiene carbono. No libera CO2. Pero el beneficio de la fusión para la lucha contra el cambio climático depende de qué tan rápido se instalen estas plantas generadoras de energía.
Más del 70% de las emisiones de carbono provienen del uso de energía, y más del 80% del consumo de energía, de combustibles fósiles.
«La mayor parte de nosotros nos fusionamos para cambiar el mundo, para hacer una gran diferencia sobre cómo proporcionamos energía limpia a las generaciones futuras», señaló el profesor Ian Chapman, director ejecutivo de la Autoridad de Energía Atómica del Reino Unido.
No obstante, el poder de fusión tiene sus escépticos. Hacerlo comercialmente viable ha sido difícil porque los científicos han luchado para obtener suficiente energía de las reacciones.
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