En el mensaje de Navidad Urbi et Orbi, el papa Francisco expresó: “Todos somos hermanos y las diferencias son una riqueza, no un peligro”.
Como de costumbre, el pontífice desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, envió su tradicional mensaje a los católicos.
Dedicó este martes su tradicional mensaje de Navidad a «la fraternidad».
En su discurso recorrió los principales conflictos que hay en el planeta. Hizo un llamado a la convivencia pacífica en todo el mundo.
Pronunció: “Todos somos hermanos”. Insistió que las diferencias son una riqueza y no un peligro.
En su mensaje de Navidad sugirió que sin una visión cristiana de la humanidad, «nuestros esfuerzos por un mundo más justo no llegarían muy lejos. Incluso los mejores proyectos corren el riesgo de convertirse en estructuras sin espíritu», precisó.
Francisco en su sexta Navidad
En el Vaticano, decenas de miles de feligreses siguieron este martes sus palabras. Esta fue su sexta Navidad desde que es jefe de la Iglesia católica.
El sumo pontífice expresó sus deseos de conseguir «fraternidad entre personas de toda nación y cultura. Entre personas con ideas diferentes. Pero capaces de respetarse y de escuchar al otro. Aún «entre personas de diversas religiones».
“¡Cristo ha nacido por nosotros…!”, dijo. “Vengan todos los que buscan el Rostro de Dios: aquí está, en ese Niño acostado en un pesebre”.
Rezó por el diálogo en Venezuela, Nicaragua, Israel y Palestina
Para estos países el papa Francisco invitó a la reconciliación. Y a que se reanuden los diálogos.
«Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia. Y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población», proclamó.
Además pidió para que «delante del niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos. Para que no prevalezcan las divisiones y las discordias. Sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación. Y por construir juntos el futuro del país».
Remarcó que «la salvación pasa a través del amor y el respeto de nuestra pobre humanidad. Que todos compartimos en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad».
“Nuestras diferencias no son un daño o un peligro. Son una riqueza. Como para un artista que quiere hacer un mosaico”.
Agregó: “Somos distintos unos de otros. Y no siempre estamos de acuerdo, Pero hay un vínculo indisoluble que nos une. Y el amor de los padres nos ayuda a querernos».
Deseó que en esta Navidad «redescubramos los nexos de fraternidad que nos unen como seres humanos y vinculan a todos los pueblos».
Otras oraciones incluyen a la Tierra Santa
Otros lugares con conflictos humanitarios nombrados por el Papa fueron los de Yemen («tantos niños y poblaciones, exhaustos por la guerra y el hambre»). La Tierra Santa, Siria, el continente africano («donde millones de personas permanecen refugiadas o desplazadas y necesitan asistencia humanitaria y seguridad alimentaria»). También la península coreana y Ucrania.
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