El impresionante Mekong es el río más largo del sudeste asiático. Atraviesa seis países por casi 5.000 kilómetros bordeando montañas, llanuras, caseríos y grandes poblados. Salpicando vida con sus potentes aguas que acogen a más de 20.000 especies de plantas y cerca de 1.148 peces, muchos de ellos infravalorados y en peligro de extinción.
El Mekong nace en la meseta tibetana y fluye en sentido ligeramente sureste a través de China, Birmania, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam, hasta desaguar en el mar de la China Meridional. Millones de personas están pendientes de su cauce y sus riquezas; muchos contribuyen a generarle problemas y otros a salvarlo para el bien de la inmensa región y su extraordinaria biodiversidad y del planeta.
Además, este colosal afluente es fundamental para la salud, la seguridad alimentaria y los medios de vida de más de 40 millones de personas en las comunidades de toda la cuenca. Pero una quinta parte de las especies de peces están en peligro de extinción, según un informe compilado por World Wildlife Fund y 25 grupos mundiales de conservación marina.
Las amenazas a sus peces incluyen la pérdida de hábitat, la conversión de humedales para la agricultura y la acuicultura, la extracción insostenible de arena. Así como la introducción de especies invasoras, el empeoramiento del cambio climático y las represas hidroeléctricas que fragmentan el flujo del río y sus afluentes.
«La mayor amenaza en este momento, y una amenaza que potencialmente todavía está ganando impulso, es el desarrollo de energía hidroeléctrica», señaló el biólogo especializado en peces Zeb Hogan. Director de las Maravillas del Mekong, uno de los grupos detrás del informe.
Al gran Río Mekong se le mueren sus peces
Las represas alteran el flujo del río Mekong cambian la calidad del agua y bloquean la migración de peces, afirmó el experto. La proliferación de centrales construidas por China río arriba ha bloqueado gran parte del sedimento que proporciona nutrientes al tercer río con mayor biodiversidad del mundo.
Richard Friend, académico de la Universidad de York y ex consultor de la Comisión del Río Mekong (MRC), coincide con el informe. En su opinión los formuladores de políticas del Mekong lamentablemente han pasado por alto y marginado la importancia de la pesca de agua dulce.
“A pesar de la evidencia científica sustancial sobre la importancia crítica de la pesca para la seguridad alimentaria, la actuación humana. Y el impacto devastador de las represas en la pesca, no ha habido ningún cambio en la política hidroeléctrica”, añadió.
El asombroso ecosistema del Mekong se ha visto sometido a una inmensa presión por parte de 12 represas construidas en China. Y una cascada de nueve represas que se están construyendo río abajo en Laos.
La narrativa de larga data del MRC de promover activamente la energía hidroeléctrica sostenible como motor del desarrollo económico contrasta con las investigaciones del propio Departamento de Pesca del MRC, que mostraron que las pesquerías del Mekong están en fuerte declive.
“De particular preocupación es la gran cantidad de especies migratorias amenazadas” según el monitoreo de peces entre 2018 y 2022. «Estas especies necesitan libre movimiento tanto en dirección ascendente como descendente para completar sus ciclos de vida», detalló el experto.
Peces raros y gigantes
World Wildlife Fund y 25 grupos mundiales de conservación marina advierten que el porcentaje de peces en peligro de extinción podría ser mayor, ya que se sabe demasiado poco del 38% de las especies como para calibrar su estado de conservación.
Entre las que se enfrentan a la extinción hay 18 especies catalogadas como «en peligro crítico» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Entre ellas dos de los mayores siluros del mundo, la carpa más grande del mundo y la raya gigante de agua dulce.
«En el río Mekong se encuentran algunos de los peces más grandes y raros del mundo», señaló Hogan. El agotamiento de los peces del Mekong -que representa más del 15% de las capturas continentales mundiales y genera más de 11.000 millones de dólares anuales- podría perjudicar la seguridad alimentaria regional y continental.
“Estos peces han nadado a través de civilizaciones y culturas durante milenios. Y millones de personas todavía dependen de ellos todos los días. Pero, ignorados por quienes toman las decisiones, están desapareciendo. Debemos actuar ahora para revertir esta desastrosa tendencia porque las comunidades y los países del Mekong no pueden darse el lujo de perderlos”, indicó Lan Mercado, Director Regional de WWF Asia-Pacífico.
En los últimos años, se ha confirmado que Camboya es el hogar de algunos ejemplos extremadamente raros de megaespecies del Mekong. Incluido el bagre y el bardo gigante del Mekong.
El informe recuerda una captura espectacular. La de la mantarraya gigante (Urogymnus polylepis), que batió récords, descubierta en la provincia de Stung Treng en junio de 2022. Con 3,98 m de largo y 2,2 m de ancho. Pesó 300 kg la más grande jamás medida por los investigadores.
La mantarraya fue reconocida por el Libro Guinness de los Récords y devuelta a las profundidades del Mekong.
Al rescate de las especies
Según la investigación, una combinación de amenazas está provocando una grave disminución de la población de peces del Mekong. Incluida la pérdida de hábitat, las represas hidroeléctricas, la conversión de humedales para la agricultura y la acuicultura y el cambio climático.
Pero 2024 ofrece una esperanza real de que la región pueda cambiar el rumbo. Y comenzar a revertir décadas de disminución de las poblaciones de peces del Mekong. Los países del Mekong deben unirse al Freshwater Challenge, la mayor iniciativa de restauración y protección del agua dulce de la historia. Se basa en los objetivos 30×30 para aguas continentales del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal.
«La buena noticia es que no es demasiado tarde para restaurar el Mekong y recuperar a sus peces del borde del abismo», destacó Hogan, también líder de Maravillas del Mekong, que financió el informe.
Además de proteger y restaurar los ecosistemas de agua dulce, los países del Mekong también deben implementar un Plan de Recuperación de Emergencia transfronterizo para la biodiversidad de agua dulce. Este plan integral de seis pilares, que incluye permitir que los ríos fluyan de forma más natural, mejorar la calidad del agua y poner fin a la explotación insostenible de los recursos.
Las comunidades locales ya han liderado el camino desarrollando una gama de soluciones exitosas. Como las Zonas de Conservación de Peces lideradas por la comunidad en la República Democrática Popular Lao. Han aumentado las poblaciones y la diversidad de peces. Y beneficiado a los pescadores locales.
“Juntos podemos ampliar sus soluciones. Podemos proteger y restaurar el Mekong, y utilizarlo de manera sostenible para el beneficio de las sociedades y economías ahora y en el futuro”, dijo Kathy Hughes, Líder de Biodiversidad de Agua Dulce de WWF Asia-Pacífico. Y autora del informe.