El gobierno de Boris Johnson está poniendo la lupa a los minoristas de energía en el Reino Unido que comercializan tarifas verdes para los consumidores. El propósito es observar si existe o no una oferta engañosa a los clientes.
Nueve millones de hogares británicos utilizan productos energéticos que se anuncian como «100% renovables» o «ecológicos». Sin embargo, algunas compañías del sector acusan a otras de «hacer un lavado verde». Es decir, de utilizar el marketing para hacer ver que la electricidad de combustibles f’ósiles «sucia» parezca limpia.
El Departamento de Negocios, Innovación y Habilidades británico está considerando si se debe exigir a los proveedores información más clara sobre las fuentes de energía utilizadas. Y sobre dónde y cuándo se produjo la electricidad.
También está buscando reunir pruebas sobre si los intermediarios externos en el mercado de la energía, deberían estar regulados. Como los sitios web de comparación de precios y los servicios de cambio automático, que actualmente operan fuera de las reglas del mercado minorista.
«Millones de hogares del Reino Unido están optando por hacer el cambio verde y cada vez más nuestra energía proviene de las energías renovables. Pero queremos que la gente sepa que cuando se suscriben a una tarifa verde, están invirtiendo en energías verdes. En empresas que toman una decisión conscientes para invertir en renovables», dijo la ministra de Clima y Energía.
Anne-Marie Trevelyan añadió que «parte de eso es garantizar que las empresas sean lo más transparentes posible sobre de dónde proviene su energía. De esa manera, todas las familias en Gran Bretaña pueden estar seguras de que sus elecciones están contribuyendo a nuestro objetivo líder mundial de eliminar nuestra contribución al cambio climático al 2050».
Reino Unido monitorea a minoristas de energía
Las autoridades del Reino Unido están haciendo un seguimiento del mercado de minoristas de energía, por varias denuncias recibidas.
Richard Neudegg, jefe de regulación de Uswitch.com, señaló a BBC News que «cada vez más personas están comprando tarifas verdes. Pero a los pagadores de facturas les ha resultado difícil saber exactamente qué se esconde detrás de estos acuerdos. Apoyamos cualquier medida que tenga como objetivo desmitificar las tarifas verdes para los hogares».
Una preocupación clave planteada sobre las tarifas de energía verde es que los proveedores hacen el reclamo después de pagar para obtener certificados que «compensan» los combustibles fósiles.
Cuando se genera una unidad renovable de electricidad, por ejemplo, mediante una turbina eólica. El regulador de energía Ofgem emite una Garantía de Origen de Energía Renovable (REGO) a la empresa propietaria de la turbina eólica, para demostrar que esta energía es verde. Luego, esa empresa puede vender tanto la electricidad como el certificado por separado.
Existe un mercado donde se comercializan los REGO sobrantes. Y hay suficientes de ellos «que se sobran» para permitir que los proveedores de energía cubran la proporción de combustibles fósiles que venden a los clientes en cada tarifa.
Cada certificado cuesta solo 1 o 2 libras esterlinas por cliente por año, lo que significa que un proveedor de energía puede hacer que la electricidad del mercado mayorista, que incluye combustibles fósiles, parezca completamente ecológica, a un precio asequible.
Millones de hogares fuera de la eficiencia energética
Mientras en el Reino Unido detallan las operaciones de estos minoristas de energía, un estudio revela que alrededor de 270.000 hogares en el norte de Inglaterra deben modernizarse anualmente durante los próximos 15 años. Si se quieren cumplir los objetivos de eficiencia energética del gobierno.
Por tanto, más de cuatro millones de hogares en esa región actualmente no cumplen con los estándares de eficiencia energética. Esto significa que hasta seis de cada 10 hogares en esa zona necesitarán mejoras ecológicas instaladas durante los próximos 15 años.
Una encuesta publicada por el Consorcio de Vivienda del Norte (NHC), afirma que aproximadamente 270.000 hogares del norte deberán ser mejorados cada año desde ahora hasta 2035. Con el objetivo de adelantar el camino correcto definido por el gobierno de hacer que el parque de viviendas del Reino Unido se ajuste a un futuro neto cero.
Tracy Harrison, directora ejecutiva del NHC, indicó que las cifras resaltan la «escala del desafío» que les espera a las regiones del norte de Inglaterra. Mientras tanto trabajan para alinear sus hogares con los objetivos climáticos del país. «Pero juntos podemos hacer esto», agregó.
Para poner en marcha el proceso, el NHC está pidiendo al canciller Rishi Sunak que cumpla con la financiación prometida de 3.800 millones de libras esterlinas para mejorar las viviendas de alquiler social del país. Y proporcione otras 2.500 millones de libras esterlinas en subvenciones para ayudar a los inquilinos privados de bajos ingresos. Y a los propietarios impulsar la eficiencia energética de sus hogares.
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