La mayoría de los estadounidenses cree que el agua que consumen de sus grifos es totalmente potable. Además, se lo recomiendan.
Cerca del 90% de la población de ese país obtiene agua por tuberías a través de un sistema público de abastecimiento de agua. Agua de lagos, ríos, acuíferos o embalses que recibe un tratamiento que descarta los contaminantes y, en algunos casos, se usa luz ultravioleta para eliminar bacterias. Sin embargo, en los últimos años han salido a la luz pública decenas de casos de comunidades afectadas por el agua contaminada.
Asociaciones científicas han publicado estudios en los que identifican las múltiples variedades de contaminantes en el agua. Algunos se asocian a enfermedades, incluso varios tipos de cáncer. La Agencia de Protección Ambiental se ha tomado mucho tiempo para actualizar las medidas de precaución para limitar la contaminación de las aguas con los nuevos tóxicos ni ha ampliado sus políticas de protección al consumidor. Mientras, a cada instante aparecen nuevos peligros ecológicos que terminan en el agua.
Sydney Evans, analista científica del Grupo de Trabajo Medioambiental, dijo que en Estados Unidos en materia de agua para consumo humano «hay un abismo entre lo que es legal y lo que es seguro». Muchas normativas se basan en datos científicos de hace décadas, que están desfasados que no se adaptan a nuevas realidades, a nuevos fenómenos de contaminación ni a la aparición de nuevas sustancias tóxicas. «Son regulaciones obsoletas e insuficientes», apuntó.
El Grupo de Trabajo Medioambiental mantiene su propia base de datos sobre el agua del grifo y establece límites mucho más estrictos que los de la Agencia de Protección Ambiental. Sus límites los determinan estudios revisados por expertos e investigaciones de organismos estatales y científicos de plantilla.
Más de 45% del agua «potable» es tóxica
Un estudio reciente del Servicio Geológico de Estados Unidos, determinó que casi la mitad del agua del grifo está contaminada con sustancias químicas conocidas como «productos químicos para siempre». Una nota de Jen Christensen para CNN señala que la cantidad de personas que consumen agua contaminada puede ser mayor de lo que dice el estudio. Los investigadores no pudieron analizar todas las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, o PFAS, que son consideradas peligrosas para la salud humana. Calculan que es posible detectar al menos una sustancia química PFAS en el 45% de las muestras de agua «potable».
Agua costosa y contaminada en Texas
La familia Palomino y otros residentes Brownsville, Texas, cansados de reclamarle a la empresa Military Highway Water Supply Corporation la mala calidad del agua que sale de sus grifos, decidieron demandar. Los Palomino y 450 vecinos más llevaran a los tribunales a la empresa que les suministra el agua por daños a la salud.
Les ofrece un costoso servicio de agua potable, pero ellos reciben agua contaminada. Tiene un color marrón, huele mal, mancha la ropa al lavarla y ya han tenido que reemplazar varios fregaderos por los daños del agua dura. Ella y su familia compran agua embotellada para beber, cepillarse los dientes y cocinar.
Algunos clientes de Military Highway Water Supply Corporation se acercan a las oficinas para mostrarles cómo el agua que les venden le daño las prendas de vestir al lavarlas. La respuesta de la empresa es entregarles porciones de detergente para que las laven otra vez.
Los vecinos de Brownsville denuncian que la empresa ignora todas las quejas acerca del mal servicio del agua, pero les cobraba hasta tres veces más por el servicio que los sistemas de agua públicos vecinos, incluidos los rurales. Además, advirtieron la Military Highway Water Supply abrió un mercado oportunista que se beneficia del problema: crearon compañías que ofrecen filtración y “ablandadores de agua”.
Michigan obligada a pagar demanda millonaria
En 2014 las autoridades del estado de Michigan decidieron desviar el agua a los hogares desde el río Flint, en lugar del lago Hurón, pero sin antes depurarla. En los hogares salía por los grifos agua contaminada con plomo. Hasta 2015, una población pobre y mayoritariamente negra consumió grandes cantidades de este tóxico. Se enfermaron seriamente. La mayoría fueron niños.
Tras 5 años de pleitos y 18 meses de negociaciones supervisadas por un tribunal, una juez federal dio la aprobación final a un acuerdo. El estado de Michigan tendrá que pagar casi 550 millones de euros a la población afectada por la contaminación del agua potable de Flint.
Nuevas sustancias cancerigenas en el agua
El sistema se servicios públicos de Smithwick Mills, en Texas, informó que en el sistema de agua que abastece a los residentes de la zona encontró altos niveles del químico sintético 1,2,3-tricloropropano. Un solvente, limpiador y desengrasante que también es un subproducto de la fabricación de pesticidas que se conoce comúnmente como TCP. La Agencia de Protección Ambiental lo ha etiquetado como posible sustancia cancerígena por más de 10 años.
Ha habido pocas fuentes activas de TCP desde los años noventa, pero puede continuar en el ambiente. Se descompone lentamente. Es un misterio cómo llegó este tóxico a las aguas de Smithwick Mills en nivele tan alarmantes. Se piensa que, a través del uso de pesticidas en las granjas de la zona.
Como ocurre con muchas sustancias químicas, existe información limitada sobre el efecto a largo plazo en la salud de los seres humanos. Las investigaciones con animales muestran evidencia de que aumenta los riesgos de cáncer en concentraciones más bajas que en otros cancerígenos conocidos como el arsénico.
En 2017, los reguladores del estado de California establecieron un nivel máximo permitido para TCP en agua de 5 partes por billón. Las pruebas de calidad del agua realizadas por la empresa de servicios públicos Smithwick Mills han revelado un nivel promedio de TCP de 410 partes por billón en los últimos 4 años. Más de 80 veces lo que se permitiría en California.
Es un tóxico, pero no entra en las regulaciones
La empresa de servicios públicos no ha tomado ninguna medida al respecto porque el químico no ha sido regulado en el agua potable por la EPA ni por la Comisión de Calidad Ambiental de Texas. No se ha establecido un nivel máximo permitido de TCP en el agua.
Los resultados de las pruebas de TCP aparecieron en el informe que la empresa de agua envió a los residentes después de que un reportero de ProPublica se comunicara con la compañía a principios de ese mismo año. Los residentes dijeron que no tienen información sobre los altos niveles de este tóxico en el agua. Contrariamente a lo que se cree, el agua puede estar tratada, pero está lejos de ser segura para el consumo humano.
Las PFAS o químicos de siempre
El último estudio las nuevas sustancias que contaminan el agua incluye las PFAS, una familia de sustancias químicas sintéticas omnipresentes que permanecen en el medio ambiente y en el cuerpo humano. Está relacionada con el cáncer, la obesidad, las enfermedades tiroideas, el colesterol alto, la disminución de la fertilidad, los daños hepáticos y la supresión hormonal.
En junio de 2022, basándose en los últimos datos científicos, la EPA emitió advertencias sanitarias en las que afirmaba que las sustancias químicas de la familia PFAS son mucho más peligrosas para la salud de lo que los científicos suponían inicialmente.
La EPA prepara las primeras normas para que el agua potable sea más segura. Si se aprueban, los sistemas de abastecimiento de agua tendrán que determinar si los niveles de PFAS o “químicos de siempre” suponen un riesgo potencial. También es posible que tengan que tomar otras medidas e instalar más tratamientos e incluso, buscar nuevas fuentes de agua en un planeta agobiado por los efectos del cambio climático y las expansión de las sequías
Si los PFAS están presentes en el 45% de los sistemas de abastecimiento de agua de Estados Unidos, el país tendrá mucho trabajo por hacer, dijo el Dr. Graham Peaslee, profesor concurrente de Química y Bioquímica que investiga los PFAS en la Universidad de Notre Dame.