En vista de que el reciclaje no logró reducir significativamente la cantidad de plástico que se desecha en EE UU, algunos estados buscan transferir esa responsabilidad a los fabricantes de productos. Las legislaturas de Maine, Oregón y Colorado aprobaron en los últimos doce meses, leyes de «responsabilidad extendida del productor» sobre empaques. Esta REP obliga a los productores de bienes de consumo a pagar por la eliminación de los paquetes y contenedores en los que vienen sus productos. Incluyen a fabricantes de bebidas, compañías de champú y corporaciones de alimentos, entre otros.
El proceso tiene como objetivo alentar a los fabricantes a usar materiales más fácilmente reciclables, compostables o menos envases.
Las leyes, que tienen una orientación común, emplazan a los fabricantes a convertirse en miembros de una organización de responsabilidad del productor (PRO). Posteriormente, el PRO deberá presentar un plan REP al Departamento de Calidad Ambiental de cada uno de los estados y comenzará a implementarse en forma gradual y en tiempos diferentes.
Los gobiernos locales podrán utilizar los fondos de los productores para mejoras. Tales como instalaciones de reciclaje de plásticos, mayores servicios de recolección, ciertas necesidades de transporte y programas de reducción de contaminación, según los textos legislativos.
El propósito de este programa es reducir el volumen y la toxicidad y aumentar el reciclaje de material de empaque. Y, brindar apoyo a los municipios en sus esfuerzos de reciclaje.
Ahora, la legislatura de Nueva York está deliberando sobre dos proyectos de ley de responsabilidad extendida del productor. El cabildeo por parte de grupos empresariales y ambientalistas ha sido particularmente intenso. En cuanto a qué objetivos de reciclaje deben cumplirse y quién los establece.
EE UU empieza a responsabilizar del reciclaje a fabricantes
Tanto la industria como los ambientalistas creen que cuando un estado tan grande como Nueva York adopta una ley, crea una plantilla o estándar que otros estados también podrían adoptar. En ese caso, Maine, Oregón y Colorado se han adelantado con leyes pioneras en EE UU que endosan el proceso de reciclaje a los fabricantes.
«Estoy agotada», dijo Judith Enck, fundadora y presidenta del grupo de defensa Beyond Plastics, que ha estado presionando a los legisladores sobre el tema. «Si tienes un estado del tamaño de Nueva York que se equivoca en cuanto a la responsabilidad extendida del productor, tendría un efecto dominó en otros estados», recogió el portal Opb.
Muchos estados de EE UU tienen políticas de este tipo para los desechos electrónicos y los colchones. Pero su adopción para el empaque es bastante reciente y esos programas no estarán completamente operativos durante años. Si bien la legislación de cada estado varía, el sistema operaría de manera similar.
En Nueva York y como una contribución al medio ambiente, se aplica desde 2020 una norma que prohíbe las bolsas de plástico.
En el caso de las empresas de bebidas, los fabricantes de champú, los fabricantes de alimentos y otros productores llevarán un registro de la cantidad de cada tipo de envase que utilizan.
A manera de incentivo, las tarifas serán más bajas para las empresas que utilicen envases fácilmente reciclables, compostables o incluso reutilizables.
«Creemos que las corporaciones producirán menos materiales vírgenes porque les cobran por la cantidad que ponen. Y esto beneficiará al medio ambiente», señaló el senador del estado de Nueva York, Todd Kaminsky.
Para los consumidores, el sistema de reciclaje seguiría siendo prácticamente el mismo. Pero el empaque probablemente se vería diferente. Si los incentivos funcionaran, habría menos empaque en general.
Cargas compartidas, aunque con resistencias
Las tasas de reciclaje en EE UU se han estancado durante la última década en alrededor del 30 % al 35 % en todos los materiales en el flujo de desechos. La tasa de reciclaje de plásticos, una forma creciente de embalaje, es mucho menor. La Agencia de Protección Ambiental estimó en 2018 que solo el 8,5% de los desechos plásticos se recuperaron para producir nuevos productos. Pero, dos grupos ambientalistas estimaron recientemente que la tasa real de reciclaje es aún más baja. Dado que no todos los plásticos recuperados terminan siendo reciclados.
La carga del reciclaje recae no solo en los consumidores para clasificar sus contenedores correctamente, sino también en las ciudades y condados. Donde los funcionarios alguna vez pensaron que el reciclaje podía pagarse solo. Pero ese no ha sido el caso, especialmente debido a las recientes decisiones de China y otros países asiáticos de negarse a aceptar importaciones de desechos plásticos. En 2021, WWF calculó que la gestión de los residuos plásticos cuesta alrededor de 32.000 millones de dólares al año en todo el mundo.
El Business Council of New York State, que representa a 3.500 empresas y cámaras de comercio, se opone a estas medidas.
«Tal cambio radical será costoso, conllevará sus propios riesgos de consecuencias no deseadas. Y simplemente no es necesario para mejorar los resultados de reciclaje y reducción de desechos del estado», indicó el grupo empresarial en una carta abierta.
Pero algunas corporaciones nacionales y fabricantes de plásticos de EE UU han brindado más apoyo al reciclaje, hasta cierto punto.
Todos en la mesa por el medio ambiente
The Recycling Partnership es un grupo financiado por corporaciones como General Mills, Coca-Cola y Exxon Mobil que ha respaldado la idea. Siempre que los productores mantengan cierto control sobre las tarifas y objetivos en el nuevo sistema.
«¿Cómo podría ejecutar un sistema de esta escala y lograr que las empresas finalmente cambien el diseño de sus empaques? ¿Cómo podríamos hacer eso sin su participación?» dijo Michael Washburn, asesor principal de políticas de la organización.
La cuestión de cómo o si las empresas pueden regularse a sí mismas es el mayor punto de discusión en la legislatura de Nueva York en este momento. El proyecto de ley de Kaminsky, que apoya Recycling Partnership, pide a los fabricantes es de ese estado de EE UU que establezcan sus propios objetivos en el proceso de reciclaje. Tanto sobre la cantidad de material reciclable que se usará en sus empaques como sobre la cantidad de sus empaques que se reciclará.
Esos objetivos luego serían revisados por una junta asesora de representantes de grupos ambientalistas y agencias de reciclaje. En última instancia, estos planes serían aprobados por el Departamento de Conservación Ambiental del estado.
El proyecto de ley rival, patrocinado por el asambleísta Steven Englebright, también demócrata de Long Island, estipula esos objetivos directamente. Las empresas tendrían que disminuir la cantidad de sus envases no reutilizables en un 50 % durante los primeros 10 años. Ambos proyectos de ley hacen excepciones para las pequeñas empresas.
«Necesitamos requisitos específicos», indicó Enck. «Simplemente no le entregas las llaves del auto a la industria del plástico. No esperaríamos que la industria del tabaco resuelva el problema del tabaquismo. ¿Por qué esperaríamos que la industria del empaque resuelva el problema del sobreempaque?».
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