Por Cambio16
27/11/2016
Con la premisa de ponerse al lado de los más necesitados, en el año 2008 la Obra Social “la Caixa” lanzó su Programa para la Atención de Personas con Enfermedades Avanzadas con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades avanzadas y de sus familiares, mediante una atención que integra aspectos psicológicos, sociales y espirituales, y que pretende ser un complemento del actual modelo de sanidad pública. “La salud es el bien más preciado y en la Obra Social ”la Caixa” estamos firmemente comprometidos en garantizar la atención sanitaria de las personas que atraviesan situaciones difíciles. Queremos estar al lado de todos ellos, desde la infancia hospitalizada hasta las personas que padecen una enfermedad avanzada y se encuentran en la fase final de su vida”, asegura Isidro Fainé, presidente de la Fundación Bancaria “la Caixa”. Según el Instituto Nacional de Estadística, 390.000 personas mueren anualmente en España y 242.000 de las cuales tienen necesidades de atención paliativa.
A día de hoy y desde su puesta en marcha, se implementa a 115 hospitales de toda España y a 129 unidades de soporte domiciliario, a través de 42 equipos de atención psicosocial (EAPS) formados por psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, médicos, agentes pastorales y voluntarios. Ha atendido a 98.465 pacientes y 143.346 familiares de toda España.
El programa se enmarca en la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud y a través de él la entidad pretende complementar su modelo actual centrado en personas con enfermedades avanzadas con el fin de alcanzar una atención integral que tenga en cuenta los aspectos psicosociales: tanto el apoyo social y emocional, como el espiritual al paciente y a sus familiares, además de la atención al duelo, el apoyo a profesionales de cuidados paliativos, así como el acompañamiento por parte de los voluntarios.
Los pacientes se ven beneficiados por este programa en tres facetas diferentes: la psicológica, la social y la espiritual. La primera evaluación científica realizada en 2014, concluye que la atención psicosocial que ofrece, y que contempla las tres dimensiones, responde a las necesidades y mejora en el 90% de los síntomas provocados por la enfermedad y que perjudican el estado anímico y psicológico de los enfermos atendidos. El estudio concluye que el 92% de las personas que están enfermas califican de excelente o muy buena la atención recibida, y cerca del 90 % asegura que ha podido resolver temas difíciles (la mayor parte, de comunicación y de relación con la familia y su entorno) gracias a este apoyo.
La efectividad de la atención espiritual
Sin embargo, la dimensión espiritual se considera un eje central de atención a las necesidades de los pacientes en situación de final de vida. Por ello, y desde su puesta en marcha, el programa de la Obra Social “la Caixa” ha impulsado una evaluación del dolor espiritual, basada en las entrevistas que los profesionales realizan a los pacientes. En estas conversaciones surgen cuestiones de carácter trascendente, como la necesidad de ser reconocido como persona; la necesidad de hacer una revisión de su vida y del pasado y encontrar sentido a la existencia; la necesidad de liberarse de la culpabilidad, de reconciliarse y sentirse en paz y perdonado; la necesidad de un más allá y de una auténtica esperanza; la necesidad de expresar emociones y vivencias religiosas, y la necesidad de amar y ser amado.
Los análisis realizados muestran que estas necesidades esenciales mejoran o se mantienen estables a pesar de la proximidad de la muerte en el 94% de las personas atendidas, tras la intervención de los EAPS. Además, los resultados muestran que cuanto más alto es el nivel de sufrimiento de los pacientes, mayor es la efectividad de la intervención de la atención psicosocial. A pesar de partir de una situación más severa, tras la intervención del equipo se alivia el sufrimiento hasta llegar a unos, niveles tolerables, similares al de los pacientes que partían de una situación mejor.
Al abordar las necesidades esenciales de los pacientes, se reduce el malestar emocional de estas personas, a la vez que mejoran otros componentes psicosociales y espirituales que están ligados a la situación, como la ansiedad, estado de ánimo, el sentido de la vida y la sensación de sentirse en paz con uno mismo y con los demás.
Otro punto que se destaca de la evaluación del dolor espiritual, es que la persona que tiene creencias, sean de tipo religiosas, sociales, científicas, filosóficas o míticas, y éstas le ayudan en la situación de enfermedad, presenta una mejora adicional en el conjunto de dimensiones evaluadas. Los profesionales de los EAPS ayudan a los pacientes a recuperar el valor que sus creencias le han proporcionado a lo largo de la vida