El debate de las ideas siempre ha estado en movimiento en los países libres. En regímenes represivos y hegemónicos como China, empieza a darse un vuelco gradual a su pensamiento unívoco en torno a Mao y su librito rojo. La discusión en sus universidades es más laxa que en los medios de comunicación y las redes en las que impera la censura. El mundo académico chino ha descubierto El ser y el tiempo del filósofo Martín Heidegger.
Las murallas que cercaban la penetración de «nuevos» planteamientos, tal vez más controvertidos que liberales, se han hecho a un lado en forma gradual. Mucho antes de la llegada al poder de Xi Jinping, la gran fábrica que es ahora China no dejaba de crecer e inundar al globo con sus productos, tecnologías y avances geopolíticos. Estaba dando un giro
Recordemos que en 1964 el Gobierno chino editó una compilación de discursos pronunciados por Mao Tse-tung, entonces el gran líder Partido Comunista. Lo llamaban el Gran Timonel. El Libro Rojo era de uso obligatorio en las escuelas y centros de trabajo. Los estudiantes y obreros dedicaban horas a su lectura. Más aún, a interpretarlo, memorizarlo y citarlo en sus actividades. Un libro de frases, refranes y supuestas enseñanzas
Se constituyó en un arma ideológica de las masas durante la época de la Revolución Cultural. El maoísmo fue ensalzado como evolución del marxismo-leninismo y como la culminación del pensamiento comunista. Aunque en realidad, era una versión orientalizada del estalinismo, la dictadura del proletariado y la ingeniería social a la fuerza.
Durante los años sesenta se convirtió en el icono más visible de la propaganda de la China comunista y el producto más exportado: se imprimió en todos los idiomas y en muchos dialectos . En las décadas siguientes, de apertura económica, y con los sucesores de Mao, el librito cayó en el olvido, como el autor y las ideas que pregonaba .El régimen e han abierto discretamente, pero sin separarse del estalinismo que inspiró al Gran Timonel. Ahí aparece el filósofo alemán que fue miembro del partido nazi desde 1943 hasta 1945, cuando fue derrotado por los aliados..
Heidegger y su acercamiento a China
El pensamiento de Heidegger ha tenido particular influencia en la filosofía europea contemporánea. También en la arquitectura, la crítica literaria, teología y las ciencias cognitivas. Algunos lo comparan con la Metafísica de Aristóteles.
Heidegger habría tomado como estímulo de su “otro comienzo” del pensar, más allá de la metafísica occidental, una serie de fuentes orientales sobre las que guardó completo silencio.
Desde su juventud Heidegger se familiarizó con traducciones de textos filosóficos clásicos de China y Japón. Antonio Miguel Martín Morillas, doctor en Filosofía en la Facultad de Teología de Granada, dice que a nadie que conozca medianamente el pensamiento asiático se le escapa su manifiesta cercanía con el pensamiento heideggeriano. La duda al tratar de diferenciar si tal “cercanía” consiste en una verdadera “influencia”, en una suerte de “correspondencia, de armonía, o de una fecunda “convergencia” de dos mundos filosóficos distintos.
China, Heidegger y su lado oscuro y repudiado
El grado de implicación de Heidegger en el Tercer Reich y la influencia de las teorías nazis en su pensamiento son objeto de fuertes debates. Lo defienden diciendo que su antijudaísmo habría sido solo de carácter metafísico, ni racial ni biológico.
Heidegger montó su argumento para ganarse el perdón: ”Creía que Hitler se atrevería a romper con el partido y su doctrina. Y que todo se reuniría en el campo de la renovación y de la responsabilidad de Occidente. Esta convicción fue un error del que me percaté con los eventos del 30 de junio de 1934. En 1933 yo había intervenido para decir sí a lo nacional y social (no al nacionalismo). Y no a los fundamentos intelectuales y metafísicos en los que se basaba la biología de la doctrina del Partido”.
Para Emmanuel Faye, la visión humanista y existencialista de Heidegger habría contribuido a enmascarar su ideología política. Que, de manera críptica, estaría impregnando toda su filosofía.
Los Cuadernos Negros y sus líneas
En 2014 comenzaron a publicarse los cuadernos privados de Heidegger, llamados colectivamente Cuadernos Negros. Bajo este nombre escogido por el propio filósofo, se conoce a un conjunto de treinta y cuatro cuadernos manuscritos. Con cubierta de tela negra que contienen diversos textos escritos aproximadamente entre 1931 y 1976.
La publicación permitió arrojar nueva luz sobre el «antisemitismo de Heidegger» y su relación con el nazismo. Según France-Lanord, esta compilación contiene «una quincena de pasajes [···] en los que son evocados los judíos y el judaísmo de una manera chocante. A veces lamentable a la vista de la persecución que sufrían los judíos en los momentos en que estas líneas fueron escritas».
Donatella di Cesare señala en su libro Heidegger y los judíos. Los cuadernos negros que el filósofo pertenecía a una “corriente histórica alemana” de aversión al judío. En la que se inscriben Kant, Hegel, Schopenhauer y hasta Nietzsche con su postrer “anti-antisemitismo”.
Estos grandes filósofos albergaron prejuicios contra la “raza maldita”. Por ejemplo, que los judíos son hábiles mentirosos y se enmascaran para embaucar a los incautos. Heidegger elevó este prejuicio —entre otros— a escala metafísica. A su entender, los judíos eran culpables del “olvido del ser”. Con sus patrañas y mentiras filosóficas serían los abanderados de esa “metafísica” que ha ensombrecido al ser verdadero en su historia.
Los chinos y Heidegger se han entendido. Los libros y pensamientos del filósofo alemán se cuelan en China, donde han llegado a decir que Heidegger, podría superar a Marx. Mao quedó en el olvido como filósofo.
No importa el idioma en el que lea El ser y el tiempo, la obra de Heidegger es difícil de penetrar. Los temas son abstractos; la estructura es elíptica; y, lo más desafiante de todo: Heidegger inventa muchas palabras y esa es una manera de que florezcan discusiones entre sus discípulos, seguidores y estudiosos. Inventa palabras porque las normales no sirven para hablar de los que no se puede expresar. Es lo contrario de nombrar los inexistente, pero a la inversa. Coby Goldberg, un investigador de China radicado en Nueva York publicó en Los Ángeles Review of Books una crónica sobre un panel de discusión entre seis expertos de Heidegger en la Universidad de Pekín.
Cuenta que cuando llegó al auditorio ya había unas 100 personas que esperaban de pie fuera del edificio y cientos más estaban dentro. Un gran letrero colocado sobre la fachada del edificio anunciaba el evento: Heidegger y China.
Goldberg dice que Heidegger disfruta de un estatus de estrella de rock en las universidades chinas. Y los dos nombres más importantes en el debate eran considerados celebridades: los profesores Chen Jiaying y Wang Qingjie. Ambos, en 1987, siendo estudiantes de posgrados, ayudaron a traducir al chino el Ser y tiempo. Entonces en el mundo académico agonizaba la fiebre del existencialismo, se diluía el estrecho vínculo entre Jean Paul Sartre y el maoísmo. La turbulencia de los días maoístas había desaparecido, con la Revolución Cultural y los filósofos occidentales de mediados del siglo XX lo aceptaban.
“En la década de los ochenta, después de años de tener sus vidas definidas por lo que sucedía en el país, en la comunidad, el colectivo, a la gente le gustó una filosofía que giraba en torno al individuo. Muchos deseaban hablar sobre asuntos relacionados con la existencia personal y la libertad, no con la sociedad y sus complejidades”, reflexionó Chen.
Sun Zhouxing, uno de los eruditos más jóvenes en el escenario, estuvo de acuerdo. «Heidegger es el nombre número uno en la investigación filosófica, superando incluso a Marx, quizás», dijo.
La realidad es que en un país comunista, o que se califica como tal, estudiar a Marx es potencialmente más amenazador para el gobierno que estudiar a Heidegger. Marx se ocupa de las relaciones sociopolíticas y de la propiedad de los medios de producción, mientras que a Heidegger nada de eso le importa. Por tanto, para quienes tratan de mantenerse alejados de la política, Heidegger es el hombre.
La filosofía separada de la política está mal vista en la tradición intelectual china. En el librito rojo de Mao hasta las meriendas en el campo son políticas. Y un aspirante a literato o a bibliotecario debía pasar décadas estudiando obras clásicas de filosofía y poesía para prepararse para el examen de la función pública.
Cuando aprobaba el examen y le asignaban un cargo en el gobierno, ya había adquirido una visión de la ética que guiaría su trabajo. La filosofía era la base del servicio y el verdadero sabio intentaría guiar al emperador en función de lo mejor para la sociedad. Hay algunas historias de valientes funcionarios que le dijeron la verdad al poder y sufrieron las consecuencias. Los poderosos no habían pasado tantos años estudiando filosofía y ética, se entrenaban más en el uso de las armas y en las triquiñuelas políticas.
Así, Sima Qian, el mayor historiador de China, fue castrado por defender a un general acusado injustamente. Qu Yuan, el primer poeta en verso de China, contó con la confianza del rey de Chu en los primeros años de su carrera y ocupó el cargo de ministro y de viceprimer ministro. Sin embargo, sus ideas políticas, su capacidad y su empeño en una rigurosa aplicación de las leyes chocó con las fuerzas conservadoras de la nobleza. Debido a las intrigas, Qu Yuan cayó en desgracia y fue desterrado dos veces a tierras salvajes. En 278 a. C., viendo que el reino iba a ser conquistado por tropas de Qin y no podía hacer nada para impedirlo, cayó en profunda desesperación. Se suicidó arrojándose al río Miluo, de la provincia de Hunan.
La mayoría de los funcionarios académicos simplemente cumplieron con sus deberes como servidores del poder, no necesariamente se sacrificaron ni hicieron lo mejor para la sociedad. Pasar años estudiando los principios confucianos del bien y el mal no necesariamente capacita para distinguirlos en la práctica, ni hace que una persona sea inmune a las tentaciones del poder o al miedo de enfrentarlo.
Goldberg dice que la historia personal de Heidegger es relevante porque demuestra el impacto corruptor que un mal régimen puede tener en un pensador. Después de publicar El ser y el tiempo, en 1927, fue una de las estrellas emergentes de la filosofía alemana. Fue nombrado profesor en la Universidad de Friburgo, pero cuando su rector tuvo que dimitir en abril de 1933 por negarse a colocar carteles antijudíos, Heidegger lo sucedió de inmediato. Diez días después, se unió al Partido Nazi justo cuando la quema de libros alcanza su cumbre y los judíos eran despojados de sus puestos en las universidades.
Heidegger abrazó a Adolf Hitler con el celo de un converso. En un intento por convertirse en el filósofo personal del führer, Heidegger utilizó su puesto para respaldar y exponer la teoría del partido nazi. “No dejes que las teorías y las ‘ideas’ sean las reglas de tu ser. El propio führer y solo él es la realidad alemana y su ley, hoy y en el futuro”, les decía a los alumnos. Goldberg advierte que muchos intelectuales chinos están siguiendo los funestos pasos de Heidegger.
“A medida que el Partido Comunista Chino ha intensificado en los últimos años, sus esfuerzos y recompensas para cooptar a algunos de los principales académicos de China, algunos antiguos críticos se han convertido en aduladores. Un recorrido tan vergonzoso como el de Heidegger.
Con la agilidad de un saltimbanqui, el profesor Wang Hui, de la Universidad de Tsinghua, ex defensor de los derechos de los trabajadores, escribió un artículo en el que comparaba a Xi Jinping con un líder «mítico» que podía «crear la unidad del ‘monarca moderno’ y el pueblo».
En respuesta, Rong Jian, crítico abierto del PCCh, escribió el ensayo «¿El ‘Momento Heidegger’ de Wang Hui?». En el texto critica a Wang por hacer «un cálculo político claro»: Por el poder, sacrifica los valores independientes y el pensamiento.
“Después de que la filosofía, las creencias y la moral hayan perdido su dominio definitivo sobre los intelectuales, seguiremos siendo testigos de cómo el declive de los intelectuales ha ayudado a que la política vuelva a entrar en otro momento largo y oscuro”, escribió Rong.
El oscuro legado de Heidegger enseña que bajo un régimen autoritario, «la filosofía, las creencias y la moral» pueden perder su control sobre los intelectuales, que, como todos los demás, pueden ser impulsados por la política del miedo.
Mientras que Rong concluye que del legado de Heidegger los intelectuales deben permanecer firmes al decir la verdad al poder, el maestro Wang subraya la importancia, y ventaja, de mantenerse al margen de los asuntos que están más allá de su dominio y experiencia.
«No podemos confiar plenamente en Heidegger, por su conducta personal o política, como su antisemitismo. Es un pensador en el sentido occidental moderno, alguien a quien debemos entender dentro de su disciplina. Ese es el poder del sistema universitario moderno, con sus divisiones académicas. Heidegger ofrece una lección sobre el valor de ceñirse a la investigación filosófica dentro de los muros de la universidad, de ahondar en la verdad por el bien de la verdad sin las desordenadas zonas grises del mundo», dijo el maestro Wang.
Goldberg le preguntó a Wang qué opinaba del uso que hizo Rong del legado de Heidegger. Wang le respondió que “el ideal tradicional para un sabio chino, el académico-funcionario, es lograr la unidad de conocimiento y práctica, pero en la sociedad actual, eso no está destinado a ser». Un modismo que repetía un filósofo del siglo XV para desentenderse. Una manera ancestral de no ser salpicado por los desafueros autoritarios.
Revisión de la conferencia del profesor Sun Zhouxing: Heidegger y el futuro de la filosofía (versión oficial)
El profesor Sun explicó la filosofía del futuro retratada por Heidegger desde las tres dimensiones de la tecnología, la vida y el arte en combinación con las condiciones mundiales actuales, y le dio características distintivas de la época. El profesor Sun reflexionó sobre las características de la tecnología moderna, su dominio de la sociedad moderna y los principales riesgos que encierra.
En la era de la tecnología, la filosofía del futuro debe seguir siendo una filosofía de la tecnología por un lado, y por otro lado, la filosofía del futuro también debe asumir la responsabilidad de la vida y convertirse en una filosofía de vida, y como un equilibrio a la regla de la tecnología, construir una filosofía del arte. El propósito general de la filosofía del futuro es enfrentar la vida política de un ser humano globalizado.
El informe del profesor Sun corta la filosofía de Heidegger desde la perspectiva de la filosofía futura y presenta los temas centrales de la filosofía de Heidegger de una manera simple y profunda. Al mismo tiempo, examina la tecnología y la supervivencia que enfrenta el mundo de hoy al repensar los problemas de Heidegger. La pregunta esboza creativamente la forma posible de la filosofía futura en las dimensiones de tecnología-vida-arte.
Después del informe, el profesor Sun Zhouxing y los participantes en línea mantuvieron un animado intercambio y discusión sobre temas relacionados con la filosofía de Heidegger, el proceso de globalización en el contexto de la crisis y el dominio de la tecnología. La actividad de la conferencia terminó con éxito.
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