Laboratorios, universidades y centros de investigación de todo el mundo agudizan sus análisis y estudios para hallar pronto un tratamiento eficaz contra el coronavirus. En la mayoría de los casos utilizan medicamentos que se emplearon para combatir otros virus u otras enfermedades como la malaria, ébola o el VIH.
La Organización Mundial de la Salud insiste en dos asuntos. Uno, que alcanzar una vacuna tomará tiempo, hasta un año. Y dos, que “no hay atajos”.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, reiteró su alerta a los países para que se abstengan de utilizar terapias que no hayan demostrado su eficacia contra el COVID-19: «La historia de la medicina está plagada de ejemplos de fármacos que en el laboratorio funcionaban, pero fueron muy dañinos en los pacientes”.
Las pruebas deben incluir toxicidad, efectos secundarios, seguridad, inmunogenicidad y eficacia en la protección. Por eso, se habla de varios meses u años, pero algunos prototipos ya están en marcha.
En busca de un tratamiento eficaz
La OMS lidera un proyecto denominado ¨Solidaridad” que agrupa a científicos de Argentina, Bahréin, Canadá, Francia, Irán, Noruega, Sudáfrica, España, Suiza y Tailandia, hasta ahora. Este gran estudio internacional ha sido diseñado para generar los datos sólidos para demostrar qué tratamientos son más efectivos.
It’s been 40 days since the last #Ebola case was confirmed in #DRC and 25 days since the last person in treatment recovered and went home. If there are no new cases, the outbreak could be declared over by mid-April. We remain in active response mode in case of flare-ups. pic.twitter.com/GJlALJfiFG
— Tedros Adhanom Ghebreyesus (@DrTedros) March 29, 2020
La agencia sanitaria de Naciones Unidas ha puesto el foco en cuatro productos. El remdesivir, desarrollado por la compañía Gilead. Se probó durante el brote del ébola de 2014 y logró curaciones completas en algunos casos. También se ha ensayado contra el SARS y el MERS, coronavirus similares al actual, aunque aún no ha sido aprobado por ningún país por estar aún en investigación.
La hidroxicloroquina, basada en un medicamento contra la malaria, la artritis y el lupus, es otra de las grandes esperanzas contra el coronavirus. Hasta el presidente Trump se refirió a ella como el tratamiento que podría cambiar el curso de la pandemia. Se espera que pueda tener un uso como preventivo.
La hidroxicloroquina tiene efectos secundarios que no se pueden eludir, entre ellos daños al corazón. Y esto sería un problema porque las personas con enfermedades cardíacas son también las que más riesgo corren con el COVID-19.
Medicamentos en revisión
Entre los medicamentos sugeridos por la OMS para hacer seguimiento, están los antivirales ritonavir y lopinavir, que comercializados con el nombre de Kaletra mantienen a raya el VIH, el virus del sida. Se ha probado con éxito en monos infectados con SARS y MERS, coronavirus también similares al COVID-19. En China se utilizó con algunos grupos de pacientes, pero los resultados no se consideran concluyentes.
Estoy profundamente agradecido por los heroicos esfuerzos de todos los trabajadores de la salud al frente de la lucha mundial contra el #coronavirus.
Debemos asegurarnos de que reciban el apoyo necesario para seguir adelante con su tarea vital.
— @AntonioGuterres #COVID19 pic.twitter.com/dhQVLiSuvS
— Naciones Unidas (@ONU_es) March 30, 2020
El ensayo de la OMS también valoraincluir al antigripal favipiravir, de la japonesa Toyama Chemical. Igualmente en fase de exploración.
Ensayos sobre vacunas
Las investigaciones son muchas, unas más difundidas que otras. Unas en grandes laboratorios, con el apoyo de importantes recursos económicos e inclusive, con cotizaciones crecientes en Bolsa. Otras en pequeñas localidades y en solitario.
Ya se habla de varias vacunas. Por ejemplo, la mRNA-1273 de la empresa Moderna, citada por la BBC, consiste en un fragmento de RNA mensajero que codifica para una proteína derivada de glicoproteína S de la superficie del coronavirus. Esta compañía tiene prototipos similares para otros virus.
La estadounidense Inovio Pharmaceuticals anunció una vacuna sintética ADN para el nuevo coronavirus, INO-4800, basada también en el gen S de la superficie del virus. Por su parte, Sanofi, va a emplear su plataforma de expresión en baculovirus recombinantes para producir grandes cantidades del antígeno de superficie del nuevo coronavirus.
La Universidad de Queensland, en Australia, indicó que trabaja en una novedosa tecnología que consiste en crear moléculas quiméricas capaces de mantener la estructura tridimensional original del antígeno viral. Esto permitiría producir vacunas con el genoma del virus en un tiempo récord.
Adelantados otros proyectos de vacunas
Novavax es otra empresa biotecnológica de Estados Unidos que trabaja con el coronavirus. Posee una tecnología para producir proteínas recombinantes que se ensamblan en nanopartículas y que, con un adyuvante propio, son potentes inmunógenos.
#COVID19
¿Es normal sentirse triste 😕, estresado, confundido, asustado 😳 o enojado 😠 durante una crisis?
¿Qué puedes hacer? 🤔Recuerda, lávate las 🤚🏼✋🏿 con 💦 y 🧼.
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— OPS/OMS (@opsoms) March 30, 2020
En España, el grupo de Luis Enjuanes e Isabel Sola del CNB-CSIC están trabajando en vacunas contra los coronavirus desde hace años.
La Universidad de Oxford y el Instituto Jenner trabajan en una vacuna recombinante que emplea como vector el adenovirus y que ya fue probada en modelos para MERS, gripe, Chikunguña, malaria y tuberculosis.
Mientras que el Instituto Pasteur (Francia) trabaja en conjunto con la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos) y la biotecnológica austríaca Themis Bioscience en una vacuna recombinante que utiliza el virus de sarampión.
Crecen las publicaciones científicas
En poco más de un mes se pueden consultar 164 artículos en PubMed sobre COVID19 o SARSCov2. Son trabajos preliminares sobre vacunas, tratamientos, epidemiología, genética y filogenia, diagnóstico y aspectos clínicos.
Estos artículos están elaborados por cerca de 700 autores repartidos por todo el planeta. En 2003, cuando el brote del SARS, se tardó más de un año en obtener menos de la mitad de artículos.
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