Por Ores Lario
17/01/2016
Las hélices del helicóptero comienzan a rugir. Un leve balanceo y despega de su base en la localidad leridana de Vielha para sobrevolar por el nevado paisaje pirenaico. Debajo, las montañas se yerguen majestuosas, cubiertas por un enorme manto de nieve polvo recién caída. El aparato aterriza en una de las cumbres y deja al aventurero rodeado de cimas blancas, en medio de un territorio virgen, fuera del alcance de otros esquiadores. Es el escenario perfecto para los que quieren huir de las aglomeraciones de las pistas de esquí y buscan disfrutar en soledad sobre nieve impoluta con unas vistas privilegiadas. En este paisaje inmaculado, el silencio sobrecoge, sólo se escucha el roce de las tablas deslizándose.
Para un amante de la montaña, en invierno existen pocas experiencias tan adrenalínicas como el heliesquí, un deporte que comenzó a practicarse en Canadá en la década de los 60 y que también puede experimentarse en España, de la mano de la empresa Pyrenees Heliski, fundada en 2008. Opera en el Valle de Arán y opera en un dominio esquiable de 400 kilómetros cuadrados, “una extensión equivalente a 15 veces Baqueira Beret, que es la estación de esquí más grande de España”, detalla Sergi Gasa, socio y director técnico de esta empresa constituida mayoritariamente por capital suizo y que ofrece a sus clientes un catálogo de 200 descensos por las blancas laderas pirenaicas.
“Practicar heliesquí proporciona una sensación de libertad, así como el hecho de esquiar en un entorno rodeado de tus amigos y del guía”, dice este avezado deportista que es guía de alta montaña certificado y profesor de esquí alpino.
A esta llamada de experiencias fuertes acuden clientes suizos -“en el país helvético hay una agencia que funciona muy bien”-, ingleses, franceses “y de vez en cuando, algún ruso”, explica el guía que ofrece una de las experiencias más excitantes del momento. Hasta su sede del Valle de Arán se han desplazado Ernesto Bertarelli, propietario del Alinghi con el equipo de Copa de América, condes suizos y el explorador Mike Horn. De los clientes españoles prefiere no dar nombres. Impera la discreción, aunque son principalmente directivos y empresarios, “personas de clase media a altísima. El abanico es muy grande e incluye un 80% de hombres”.
¿Pueden los niños practicar el heliesquí? “Siempre que, por peso y altura, sean capaces de llevar la mochila provista de un airbag para evitar ser enterrados en una avalancha; en caso de que hubiera una, nos mantendría en la superficie. Obligamos a llevarla por cuestiones de seguridad”, explica Gasa. La mochila incluye una pala, una sonda, y un DVA (detector de víctimas en avalancha que el cliente lleva en el interior de su chaqueta).
Porque la seguridad, además de la diversión, forma parte del ADN de Pyrenees, que dedica el 60% de su actividad a la gestión de riesgo. “Todo nuestro personal está altamente cualificado y los pilotos están especializados en rescates y vuelos aéreos”. Así, de la mano de expertos y acompañados por un guía de alta montaña, salen los grupos de cuatro personas que pueden llegar a ser un máximo de 12. Previamente han pagado los 290 euros que cuesta hacer dos bajadas o los 1.750 euros por persona que cuesta tener el helicóptero en exclusiva. Si las condiciones son buenas se pueden realizar entre ocho y 16 bajadas de unos 20-30 minutos cada una.
La empresa tiene en su catálogo tres programas: Intro, para quienes quieran probar la experiencia del heliesquí, con un máximo de tres descensos (290 euros dos bajadas o 390 euros con tres); Classic, propone jornadas para un máximo de tres grupos de cuatro personas y está dirigido a aquellos que ya saben lo que quieren (790 euros por persona), y Privé es la oferta más exclusiva de todas, que contempla disponer del helicóptero para un solo grupo, el heliesquí a la carta.
Antes de las ascensiones aéreas, los deportistas comienzan la jornada con una información sobre la práctica del esquí helitransportado y de sus reglas de seguridad. Después, en grupos de cinco (cuatro esquiadores y un guía experimentado con titulación oficial y certificados por la UIAGM) suben al helicoptero Ecureuil B3 de la compañía española TAF Helicópteros, “las mejores aeronaves en operaciones y prestaciones en montaña. Además, los pilotos vuelan las montañas de Vielha durante todo el año realizando operaciones y rescates”, asegura Sergi. En sólo diez minutos de vuelo, el grupo aterriza en una cresta. Sólo queda deslizarse sobre interminables descensos de nieve virgen y disfrutar de las bondades del deporte. Al final de la bajada, espera el helicóptero que, al final de la jornada, vuelve a Vielha.
Esta temporada, en Pyrenees Heliski están listos para comenzar con su exclusiva actividad en las montañas. “Empezaremos cuando tengamos el suficiente grosor de nieve para esquiar fuera de pista. Contamos con la ventaja de que el terreno sobre el que operamos tiene mucha hierba, es poco pedregoso, sólo necesitamos que el manto blanco mida un metro y medio”, adelanta el guía. Dentro de poco comenzará la aventura.