En países de Oriente Medio la mujer ha permanecido relegada y, en ocasiones, invisibilizada. En Arabia Saudí las mujeres poco a poco se están incorporando al mercado laboral, lo que implica una mayor formación e independencia económica. E incluso, algunas se han quitado el velo. Un avance en la increíble e injusta discriminación de género, pero que no es del todo amplio y equilibrado. Muchas chicas se cortan el cabello para “masculinizar” sus rasgos y pasar inadvertidas a miradas indeseables.
La presencia íntegra de la mujer en todos los espacios de la sociedad, no solo en Arabia Saudí, ha llevado siglos de desigualdad. Impotencia, rebeldía, sacrificios, malestares y un sinfín de atropellos. Los cambios sociales en ese país han sido impulsados en los últimos cinco años por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
El dirigente de facto saudí, de 36 años, ha proporcionado a las mujeres un rol cada vez más activo. Sobre la base de una modernización y diversificación de la economía para hacerla menos dependiente del petróleo. Sin embargo, esta apertura es también la consecuencia de una presión social femenina, de movimientos y organizaciones en defensa de los derechos de la mujer. Por años, jóvenes y adolescentes se han escapado de sus familias, aprovechando vacaciones en el extranjero. Y han solicitado asilo en un éxodo que ha ensombrecido aún más la imagen internacional del reino de Bin Salman.
Hasta agosto de 2019, las mujeres sauditas no podían someterse a una intervención quirúrgica, casarse, alquilar un apartamento. Tampoco matricular a sus hijos en un colegio o abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un «mahram», de una tutela masculina.
A partir de esa fecha, en Arabia Saudí se produjo una transformación sustancial hacia esta otra mitad de la población marginada.
Las mujeres en Arabia Saudí se abren camino
Desde entonces, en Arabia Saudí se permite que las mujeres adultas puedan trabajar sin necesidad de contar con el permiso de su tutor varón. En una histórica relajación del sistema de tutela masculina que sojuzga a la población femenina del reino.
La modificación legal, acordada por el Ejecutivo saudí tras la recomendación de un comité, reseñó El Mundo, abre la puerta a que las mujeres saudíes mayores de 21 años puedan solicitar el pasaporte. Y viajar al extranjero sin el hasta ahora preceptivo plácet del «mahram», ya sea progenitor, cónyuge o hermano.
Además, los decretos aprobados por el Gabinete facultan a las mujeres para registrar nacimientos, defunciones, matrimonios o divorcios. Un derecho que había estado reservado a la población masculina. Las normas declaran también que «el trabajo es un derecho de los ciudadanos». Y subraya que los empleadores no pueden discriminar a su plantilla en razón de su sexo, edad o discapacidades. Uno de los objetivos del ambicioso plan del príncipe heredero Mohamed bin Salman para «acabar con la adicción al petróleo» del país es incrementar la tasa de empleo femenino del 22% actual al 33% en 2030.
En las calles de ese país se observa mayor número de mujeres incorporadas al mercado laboral, en distintas disciplinas. Es el caso de Safi (nombre ficticio para proteger su identidad), una doctora de 26 años que empezó sus labores en un hospital, estrenando corte de cabello. El que está de moda en las chicas de su edad, es estilo niño, algo inimaginable en Arabia Saudí. Contenta, dejó atrás su melena negra y ondulada.
Contó a AFP que este «look» la protege contra miradas masculinas indeseables. «A la gente le gusta ver la feminidad en una mujer. Este estilo es como un escudo que me protege de la gente y me da fuerza», añadió.
Presencia creciente de mujeres en el mercado laboral
El corte de «niño» en las mujeres de Arabia Saudí, en especial en Riad, gana popularidad. Casi un tercio de las clientes de las peluquerías lo piden.
«La demanda aumentó, sobre todo desde que las mujeres se incorporaron al mercado laboral», explica Lamis, una empleada que no desea revelar su apellido. Y «el hecho de que muchas mujeres no usen el velo elevó» esa preferencia en el corte de cabello. Lo que indica que persiste una autocensura o limitación impuesta por parte del sector femenino.
El gobierno esperaba inicialmente que las mujeres representaran 30% del mercado laboral para 2030. Pero la proporción ya alcanzó 36%, informó la princesa Haifa Al Saud, viceministra de Turismo, en el Foro Económico Mundial de Davos el mes pasado.
«Hoy vemos mujeres en todos los tipos de empleo», aseguró, señalando que 42% de las pequeñas y medianas empresas son propiedad de mujeres.
El informe anual del Banco Mundial «Women, Business and the Law» otorgó en 2021 a Arabia Saudí 80 puntos sobre 100, ligeramente por debajo de los Emiratos Árabes Unidos y a la par con Chile, por sus esfuerzos de impulsar los derechos de la mujer.
«Las microempresas son un segmento de la economía a menudo ignorado. Sin embargo, Arabia Saudí presta cada vez más atención a este segmento», dijo Ibrahim Al Rashid, director general del Banco de Desarrollo Social del Reino.
En lo que respecta a la canalización del talento, cada vez más jóvenes saudíes optan por estudiar ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. (STEM). El 38% de los graduados saudíes en STEM son mujeres.
En algunos campos esta proporción es mayor. Según la UNESCO, el 59% de los estudiantes matriculados en informática en Arabia Saudí son mujeres, frente al 14% y el 16% en Estados Unidos y el Reino Unido, respectivamente.
Discriminación en EE UU
En Estados Unidos en los últimos 50 años más mujeres se han incorporado a las carreras STEM, como se observa en Arabia Saudí en apenas cinco años. Gracias a la ley federal que prohíbe la discriminación de las mujeres en la educación, pero la cultura sigue siendo un gran obstáculo. Sobre todo, si además de mujer, se trata de miembros de las minorías raciales o étnicas.
La mayoría de las personas asocian el Título IX de la ley, con iniciativas contra la discriminación en el atletismo y esfuerzos para reducir el acoso sexual. Pero también se pretendía aumentar el acceso de las mujeres a la educación superior. Este «gran martillo», como lo llama la química Debra Rolison, podría usarse para poner en alerta a las universidades: si no aumentan la representación de las mujeres en STEM, el gobierno podría quitarles los fondos federales, reseña The Harvard Gazette.
“Ningún dinero de los federales es la muerte en la puerta”, dijo Rolison, quien ha estado luchando por la igualdad de las mujeres.
Rolison, quien es jefe de la sección de Materiales Electroquímicos Avanzados en el Laboratorio de Investigación Naval, ha dado charlas para crear conciencia sobre las inequidades de género en STEM.
Desde la promulgación de la ley, las mujeres han logrado avances en ciencia e ingeniería. Al pasar del 8% de los trabajadores de STEM en 1970 al 27% en 2019. Pero los hombres aún dominan, constituyendo la mitad de todos los empleados de la fuerza laboral STEM.
Un informe publicado en 2018 dejó en claro que el acoso sexual seguía siendo una realidad cotidiana para muchas mujeres en la ciencia. Además, de las mujeres científicas ganaban alrededor de 15.000 dólares menos que sus colegas masculinos.