El final de la década está cada vez más cerca y en el contexto de las acciones que han emprendido los gobiernos todo indica que el mundo de la energía será muy diferente. Viene un cambio significativo. La Agencia Internacional de Energía publicó el informe World Energy Outlook 2023 (WOE), en el que registra los avances de las energías limpias, sus retos y obstáculos pendientes. Prevé que el fin de la era del combustible fósil está cerca, pero no tanto como sería deseable.
Las energías limpias tendrán un papel más importante que en la actualidad. Circularán diez veces más coches eléctricos en las carreteras de todo el mundo y la energía solar fotovoltaica generará más electricidad que el actual el sistema eléctrico estadounidense. La participación de las energías renovables en la combinación eléctrica mundial se acerca al 50%. Asimismo, las bombas de calor y otros sistemas de calefacción eléctrica se venden más que las calderas de combustibles fósiles. Finalmente, se invierte tres veces más en proyectos eólicos marinos que en nuevas centrales eléctricas alimentadas por carbón o gas.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, afirma que la transición hacia la energía limpia es imparable. Está ocurriendo en todo el mundo, y cuanto antes mejor para todos. Insta a los gobiernos, las empresas y los inversores a respaldar las transiciones a la energía limpia en lugar de obstaculizarlas. «Son inmensos beneficios que ofrecen, teniendo en cuenta las tensiones y la volatilidad actuales en los mercados energéticos tradicionales”, afirmó.
Más cerca, pero aún lejos
Aunque el WOE indica que el balance positivo es producto de las políticas instrumentadas por los gobiernos, advierte que aún si los países cumplen sus promesas serán “necesarias medidas aún más enérgicas para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C”.
Anunció que la participación de los combustibles fósiles en el suministro mundial de energía, que ha estado estancada durante décadas en alrededor del 80%, disminuirá al 73% para 2030 y que las emisiones globales de dióxido de carbono relacionadas con la energía alcanzarán su punto máximo en 2025”.
Las proyecciones del WOE prevén que la demanda de combustibles fósiles seguirá siendo demasiado alta para alcanzar el objetivo clave del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global promedio a 1,5 °C. «Esto no solo empeora los impactos climáticos después de récords consecutivos de calor, sino que también pone en riesgo la seguridad de un sistema energético construido para un mundo más frío con eventos climáticos menos extremos. Es extremadamente difícil encaminar las emisiones hacia una trayectoria consistente con 1,5 °C, es posible. Los costos de la inacción pueden ser enormes.
A pesar del impresionante crecimiento de las energías renovables, las emisiones globales seguirán siendo tan altas como para elevar este siglo la temperatura media global aproximadamente 2,4 °C. Muy por encima del umbral clave establecido en el Acuerdo de París. El WEO propone una estrategia global con base en cinco pilares que pueden servir de base a la conferencia sobre el cambio climático COP28 y encaminar al mundo hacia el 2030
Los cinco pilares del WEO
- Triplicar la capacidad renovable global;
- Duplicar el ritmo de mejoras en la eficiencia energética;
- Reducir las emisiones de metano de las operaciones de combustibles fósiles en un 75%;
- Implementar mecanismos de financiación innovadores y a gran escala para triplicar las inversiones en energía limpia en las economías emergentes y en desarrollo;
- Habilitar medidas para garantizar una disminución ordenada en el uso de combustibles fósiles, incluido el fin de seguir aprobando centrales eléctricas de carbón.
Mejoran expectativas para el GNL
Un área clave de los mercados energéticos mundiales disminuirá la presión en los próximos años. Mientras las crecientes tensiones geopolíticas en Oriente Medio han vuelto a centrar la atención en la seguridad energética, los mercados de gas natural registrarán un aumento sin precedentes de nuevos proyectos. Agregarán 250.000 millones de metros cúbicos anuales para 2030, equivalente al 45% del suministro actual. Se aliviarán los precios y las preocupaciones sobre el suministro. Podría haber un exceso de oferta dado que la demanda mundial de gas se ha desacelerado y Rusia tendrá muy pocas oportunidades para ampliar su cartera de clientes. Su participación se reducirá a 15% para 2030.
China, con enorme influencia en las tendencias energéticas mundiales, experimenta un cambio importante. Su economía se desacelera y cambia estructuralmente. Su demanda total de energía alcanzará el punto máximo a mediados de la década. En los últimos 10 años, China representó casi 2/3 del aumento mundial en la demanda de petróleo, 1/3 en gas natural y lideró mercados de carbón. Sin embargo, los dirigentes chinos reconocen que la economía está alcanzando un punto de inflexión. Con menos margen para nueva infraestructura física.
El impulso detrás del crecimiento económico chino se está desacelerando. Los escenarios proyectan un crecimiento del PIB inferior al 4% anual hasta 2030. En consecuencia, la demanda total de energía de China alcanzará su punto máximo a mediados de esta década. Con una sólida expansión de energías limpias. Disminuyendo la demanda general de combustibles fósiles y emisiones. Siendo China líder mundial en energías limpias, las adiciones proyectadas de energía solar fotovoltaica y eólica marina hasta 2030 son ahora tres veces mayores que en 2021.
Apuntar a las energías renovables
Si en el corto plazo el crecimiento económico de China se desacelera más, reduciría la demanda de carbón para 2030 en volumen casi igual al consumido actualmente en Europa. Las importaciones de petróleo disminuirían 5% e importaciones de GNL más de 20%.
El fin de la era del crecimiento de los combustibles fósiles no significa el fin de la inversión en combustibles fósiles. La inversión actual en petróleo y gas es casi el doble del nivel requerido en el escenario cero emisiones en 2030. Un riesgo claro de uso prolongado de combustibles fósiles que dejaría fuera de alcance el objetivo de 1,5 °C.
Las políticas actuales, las energías renovables contribuyen con el 80% de nueva capacidad de generación eléctrica hasta 2030. Si el mundo alcanza 800 GW de nueva capacidad solar fotovoltaica, llevaría a una reducción adicional del 20% en generación eléctrica a carbón en China para 2030. La generación con carbón y gas natural sería una cuarta parte menor en Latinoamérica, África, Sudeste Asiático y Medio Oriente. Pero, no todas las tecnologías limpias prosperan. Algunas cadenas de suministro, especialmente eólica, están bajo presión.
Invertir en energías limpias
La clave para una transición energética ordenada es aumentar la inversión en todos los aspectos de un sistema de energías limpias. Puede reforzarse con políticas que faciliten la eliminación de activos contaminantes como viejas plantas de carbón. El desafío urgente es acelerar los proyectos de energías limpias, especialmente en economías emergentes fuera de China. Será vital un esfuerzo renovado con apoyo internacional para abordar obstáculos como costos de capital, limitado espacio fiscal y entornos comerciales desafiantes.
Los picos globales de combustibles fósiles enmascaran diferencias entre economías. Encontrar formas bajas en emisiones para satisfacer la creciente demanda energética es vital para eventualmente reducir el uso global de combustibles fósiles.
Apoyar las economías en desarrollo
Encontrar formas bajas en carbono para satisfacer la creciente demanda energética en economías en desarrollo es crucial para reducir el uso global de combustibles fósiles. La electrificación limpia, mejoras en eficiencia y cambio a combustibles de bajas/cero emisiones son clave. Lograr objetivos de energía y clima, incluidas metas de cero emisiones netas, tiene amplias implicaciones.
En la India significa 30% menos CO2 por dólar de valor agregado para 2030 y 25% menos CO2 por km en autos. Alrededor del 60% de vehículos de 2 y 3 ruedas vendidos en la India en 2030 serán eléctricos. En Indonesia, las renovables cubrirán más del 35% de generación eléctrica para 2030. Brasil, cubrirán 40% de demanda de transporte al final de la década con biocombustibles. En África subsahariana, 85% de nuevas plantas eléctricas hasta 2030 usarán renovables. Se espera que las energías renovables contribuyan con el 80% de nueva capacidad energética hasta 2030, con más del 50% generado por energía solar fotovoltaica.
«Cada país necesita encontrar su propio camino, pero la cooperación internacional es crucial para acelerar las transiciones a energías limpias. Todo esto apunta a la vital importancia de redoblar la colaboración y la cooperación, no retirarse de ellas», afirmó Birol. Subrayó que la velocidad a la que disminuyan las emisiones dependerá en gran medida de la capacidad para financiar soluciones sostenibles para satisfacer la creciente demanda de energía de las economías de rápido crecimiento del mundo.