El mundo del arte no logró escabullirse de las limitaciones que impone el virus. Mientras los artistas aquietaban su creación en lienzos o esculturas, las salas de exposición lucían desérticas. En ese arduo proceso de reinvención, los grandes museos apresuraron la digitalización de sus muestras y hoy se exhiben sin fronteras las grandes obras de todos los tiempos a través de Internet.
En el pico de la pandemia y su consecuente confinamiento, las pérdidas para el sector fueron cuantiosas. Ausencia de público y de ingresos. A cambio, egresos por nómina y mantenimiento. Para sobrevivir, los museos se adentraron a Internet y ofrecieron sus catálogos, portafolios, talleres y exposiciones. Se abrieron a un mundo ávido de expresiones ricas en arte, cultura, belleza, armonía, esplendor.
Muchos museos se vieron desbordados por la atención inusitada en esos tiempos de encierro. Durante el confinamiento el Museo del Prado, en Madrid, tuvo que contratar más servidores, de 2 a 10, para soportar las visitas a la web. Con la flexibilización parcial se han motivado a reanudar sus agendas presenciales a los nuevos aforos.
En su sitio en Internet tienen El Greco en Illescas. Así como El lugar del juego (un jardín de objetos), Una obra, un artista: los duques de Osuna y sus hijos, de Goya, Un siglo de estrellas fugaces, hasta inicios de 2021.
Asimismo, el Museo del Prado hizo retransmisiones en Instagram en las que los usuarios podían decir qué cuadro querían ver. Y las galerías madrileñas abrieron una incierta temporada con una réplica virtual, algo que nunca había pasado.
Museos abren sus puertas en Internet
También los museos Reina Sofía y el Thyssen tienen recursos multimedia en sus sitios de Internet que permiten acercarse a sus colecciones. En ese último centro se expone un ciclo de conferencias online dedicado al expresionismo alemán. Además, abrió un espacio en el videojuego «Animal Crossing«.
Las visitas presenciales pueden apreciar un belén napolitano del siglo XVIII que encuentra instalado en el hall del museo hasta el 10 de enero de 2021. El conjunto pertenece a la colección Isidro Brunete y ha sido cedido un año más para su exposición en estas fechas.
Otro de los grandes museos del mundo, el Louvre, en París, igualmente se ha adecuado a las visitas por Internet. De hecho, el 19 de marzo batió récord de visitas virtuales. Pasó de 40.000 a casi 400.000.
Es, sin dudas, uno de los museos más visitados del globo, con aproximadamente 10 millones personas visitan sus colecciones de antigüedades griegas, romanas, egipcias, además de pinturas y esculturas de renombrados autores de todas las épocas. Es el hogar de la famosa Gioconda de Leonardo Da Vinci.
Con la actual incertidumbre, el sector es consciente de que el proceso de digitalización que impulsó el confinamiento no es algo provisional. Las casas de subasta también se apresuran a encontrar su identidad en la web.
Los altibajos del mundo del arte
Después de unos meses contraídos y sombríos, el sector registra un repunte en su actividad económica y comercial. El pago de visitas online y las tiendas, y por supuesto, la reapertura al público en forma restringida, han dado un respiro a las cuentas.
Christie’s ideó en junio un modelo de subasta que retransmitió en directo y en cuatro ciudades a la vez: Hong Kong, París, Londres y Nueva York. Las ventas ascendieron a 420 millones de dólares, entre ellos un Lichtenstein por 46 millones. El resultado fue tan exitoso que repitió en otras 2 ocasiones la experiencia.
Por otra parte, el informe anual Hiscox reconoce que la crisis de la COVID-19 obligó al sector a «poner el turbo”. Ante la sorpresa de todos, la transformación fue más rápida y mejor de lo esperado. Los coleccionistas que compran arte en internet subieron del 44% al 67% del total de compradores, tras media década estancamiento.
El arte ha sido tradicionalmente uno de los más reticentes en sumarse a la digitalización, pero ahora es cuestión de supervivencia. El sector trata de salvar uno de los peores años que puede recordar.
El desplome de visitantes en los museos se traduce en pérdidas millonarias: el Metropolitan de Nueva York estima que perdió 150 millones de dólares en 2020. El Prado dejará de ingresar cerca de 20 millones de euros y, solo en un mes de cierre (abril), los Uffizi (Florencia) perdieron 10 millones.
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