Anticipándose a la reforma fiscal que el gobierno de Pedro Sánchez estima poner en marcha en 2022, los empresarios han ideado una propuesta que incluye, entre otros, bajar impuestos y reforzar la lucha contra el fraude. Consideran que su aplicación permitirá la recuperación de la economía con celeridad y firmeza, tras el crítico impacto de la pandemia.
El Instituto de Estudios Económicos (IEE), centro de estudios de la patronal CEOE, elaboró un abanico de sugerencias orientado a consolidar «sistemas fiscales más razonables». Conformes a la situación poscovid y a rescatar a sectores fundamentales de la economía y con alta incidencia en el PIB.
Afirma el instituto que «una de las peores decisiones que puede tomar el Gobierno, en un momento como el actual, es subir los impuestos». Ello, adiciona, «supondría retardar, cuando no imposibilitar, las posibilidades de recuperación de nuestro país» en el corto plazo.
Las propuestas surgen en paralelo a la difusión de un informe de TaxFoundation de Estados Unidos sobre el Índice de Competitividad Fiscal (ICF). Allí se pone en perspectiva la fiscalidad de los diferentes países de la OCDE midiendo la competitividad de sus respectivos sistemas tributarios.
Tras analizar a 37 economías desarrolladas en función de su «competitividad fiscal», se advierte que el sistema tributario español «ya resulta más gravoso para los contribuyentes que el de la media de los países más avanzados». Y, además, «cada año lo es más».
El presidente y el director general del IEE, Íñigo Fernández de Mesa y Gregorio Izquierdo, divulgaron el informe.
Empresarios sugieren ir a la baja de los impuestos
Señalan los directivos que “en 2021 España se situó en el puesto 30 del total de los 37 países. Cuatro escaños más abajo que la posición 26 que ocupaba en 2020. Esto muestra una pérdida de competitividad fiscal en el país, que ya se encontraba en posiciones rezagadas en el entorno internacional. Posición que va a peor y seguirá empeorando si se continúa con continuadas subidas de impuestos”.
Creen los empresarios que la reducción de la recaudación tributaria debido al descenso en la actividad económica, pretende ser compensada mediante nuevos impuestos o la reforma de los existentes. Con especial hincapié en la tributación empresarial. Al contrario de las medidas que están tomando algunas economías de la OCDE que consideran que los ajustes basados en incrementos de ingresos tienden a prolongar las crisis.
Incluso, a ralentizar la vuelta al crecimiento y a la senda de reducción y sostenibilidad de la deuda pública, por lo que han procedido a bajar impuestos. En ese sentido, indican que “deberíamos mirar a nuestro entorno. Al encontrarnos en una economía globalizada, cualquier reforma tributaria, podría deslocalizar inversiones. Se podría producir una fuga de contribuyentes o situar en desventaja competitiva a nuestros residentes”.
Entonces el IEE propone que el incremento de la recaudación tributaria debe basarse en el aumento de las bases imponibles, fomentando el crecimiento económico, y en la lucha contra el fraude fiscal. Más que en incrementar la presión sobre unos contribuyentes que ya soportan una carga tributaria comparable, o superior, a la de los países del entorno, principalmente en lo relativo a tributación empresarial.
Además, sugiere evitar reformas fiscales apresuradas y coyunturales con el fin de lograr un código tributario coherente, flexible y bien estructurado que minimice las distorsiones de los impuestos sobre el crecimiento y el desarrollo económico.
Otras propuestas fiscales
Los empresarios sostienen que el sistema tributario español «se ha convertido en un problema de primera magnitud». Por culpa de la combinación de «unos tipos crecientes y unas reglas cada vez más complejas» que limitan «el potencial de crecimiento y creación de empleo». Esta tendencia a «seguir aumentando la recaudación» convierte a España, en «una excepción entre las economías más desarrolladas de la eurozona», recoge 20minutos.
Además de un diagnóstico general de la situación, el informe difundido por los empresarios, plantea una serie de propuestas sobre los principales impuestos del sistema. Sobre el impuesto de sociedades, el IEE argumenta que la recaudación fiscal que procede de las empresas en España «es considerablemente superior a la media europea».
Por ello plantean «mejorar el tratamiento fiscal que afronta el sector productivo español». Y piden «un cambio de rumbo que reoriente la política económica aplicada en los últimos años».
Respecto a los tributos de Patrimonio y Sucesiones y Donaciones, el instituto destaca que España es el único país que aplica conjuntamente estos dos tributos. Y sostiene que las reglas impositivas relacionadas con el ahorro, el patrimonio, las propiedades o las herencias «figuran entre las más desfavorables de todo el mundo desarrollados». Los empresarios proponen que los impuestos de Sucesiones y Patrimonio sean «reducidos progresivamente hasta conseguir su eliminación».
En cuanto al IVA, el planteamiento empresarial es reducir los tipos con carácter general y crear una «tarifa plana» que fusione los tres tipos en vigor (superreducido, reducido y normal) en uno solo. El IVA es, en conjunto con el IRPF, el tributo que mayor cuantía genera en beneficios fiscales. Además, la Comisión Europea ha pedido limitar las bonificaciones a este tributo.
Recuperación y fiscalidad competitiva
El centro de estudios de la patronal sostiene también que en España el IRPF es un 12,8% más progresivo que el promedio de la UE. Estiman que ese factor «debería ser tenido en cuenta a la hora de modificar la estructura del IRPF». Por tanto, defienden que «incrementar los niveles de tributación sobre los tramos altos de renta podría infringir el principio constitucional de igualdad». Asimismo, afirman que «la discriminación fiscal que implica una progresividad desmedida significa penalizar a los individuos más productivos».
En definitiva, dicen en el IEE, la única forma de aumentar la recaudación impositiva pasa por favorecer la recuperación de la actividad teniendo una fiscalidad competitiva. Y a la vez, homologada con el entorno para favorecer la actividad, la inversión empresarial y el empleo. Por ello, proponen mitigar la excesiva tributación del capital y sobre la empresa. Es justo lo contrario de lo que algunos, equivocadamente plantean.
“En el futuro, hay que priorizar recuperar la credibilidad y sostenibilidad de nuestras finanzas públicas, acometiendo nuestra gran reforma estructural pendiente, la de optimizar la eficiencia del gasto público. Y nunca a través de subidas de impuestos que comprometen el crecimiento y, por lo tanto, la consolidación presupuestaria ulterior”, resaltaron los empresarios.