Por Andrés Tovar
16/11/2016
Las elecciones presidenciales de EE.UU siguen siendo motivo de análisis. Más allá que el elegido tenga expectante a todo el mundo y más allá de las bromas, preocupaciones y especulaciones, el resultado electoral de la primera potencia ha sido un escaparate para analizar, cada quién en sus países, quiénes podrían ser mejores opciones que las que tienen.
Una de las opiniones más populares es que existen empresarios que podrían dirigir el país mejor que cualquier otra persona, sin necesariamente vender el país a inversionistas extranjeros. El artículo de Financial Times, titulado “Which business people would make good world leaders?” -y que se expuso días antes de los comicios estadounidenses- muestra los resultados de distintas entrevistas hechas a graduados de un MBA, a quienes se les preguntó su opinión respecto a qué empresario sería un buen presidente.
La lista incluye nombres conocidos. En primer lugar, un graduado señaló que su candidato ideal sería Bill Gates. Esto se debe a que, además de haber armado su compañía desde cero, creó la fundación Bill & Melinda Gates, probando que tiene capacidad de gestión y conciencia social.
En segundo lugar, otro egresado del MBA afirmó que su candidato ideal sería Elon Musk, CEO de Tesla, el hombre cuyo sueño consiste en ayudar a la humanidad a colonizar Marte. Se trata de alguien que sueña y se proyecta hacia el futuro.
Luego, en tercer y cuarto lugar, el artículo sugiere a Michael Bloomberg y Richard Branson. El primero fue el alcalde de Nueva York y es el dueño de Bloomberg, lo cual significa que es capaz de dirigir grandes organizaciones y también entidades gubernamentales. Por otro lado, Sir Richard Branson construyó un negocio enorme desde cero, además de tener una apuesta personal por el cuidado del medio ambiente.
Entre todos los consultados, hubo una respuesta anónima que afirmaba que no le gustaría que ningún empresario sea líder del país porque la política es para los políticos y, de igual manera, “no le pediría a un fontanero que se encargue de apagar un incendio”.
Todo un desafío hacia futuro para los partidos políticos. Pero quizá lo más importante hubiera sido consultar sobre los valores que deben tener quienes aspiran a dirigir cualquier país, y más aun uno como los EE.UU.