Por Ores Lario
22/10/2016
Una constructora dedicada a realizar bloques que se ensamblan sin cemento ha ganado la edición 2016 de Chivas The Venture, una iniciativa que reconoce y apoya a emprendedores sociales de todo el mundo.
Imagine que puede construir su propia casa en cinco horas, ensamblando bloques como si estuviera montando un gran juguete de Lego. Así lo hace el arquitecto colombiano Óscar Méndez, que diseñó este sistema aprovechando el plástico que se desecha y con el propósito de reducir el déficit de vivienda de su país. “En el mundo, una de cada siete personas vive en pobreza extrema, sin acceso a agua ni a un refugio. El 40% de Latinoamérica se encuentra en esta situación. Las casas son caras y en el planeta hay más plástico que peces en el océano. Mi propuesta es transformar el plástico en piezas que se ensamblan y levantar viviendas sólidas que duran 500 años y tienen un precio que ronda los 6.000 dólares”, explica Méndez, fundador de la startup Conceptos plásticos.
Al contrario que los métodos de construcción tradicionales, este tipo de ladrillos no requiere materiales adicionales para pegarlos unos a otros. “Sólo hace falta unirlos con un martillo. Al hacerlo, las piezas quedan fijas”, asegura el arquitecto. Con su proyecto solidario, que vela por ayudar a las comunidades de escasos recursos, el colombiano recibió en el concurso internacional Chivas The Venture 300.000 dólares, que invertirá en la investigación y desarrollo de nuevos materiales de construcción y en llevar sus viviendas a más comunidades. El certamen es una convocatoria abierta a todas las startups de éxito capaces de generar no sólo valor financiero, sino también un impacto positivo en la vida de las personas.
En la primera edición del certamen resultaron premiadas propuestas pertenecientes a distintos sectores: desde un sistema inalámbrico que permitía monitorizar y hacer más eficiente el uso del agua en el campo hasta un dispositivo de origen colombiano que convertía materiales desechados en mobiliario de diseño. Este año, en su segunda edición, la competición ha buscado los emprendimientos más innovadores en 27 países. Organizado por Pernod Ricard, otorga una bolsa total de un millón de dólares, que se ha repartido entre los cinco finalistas. Todos impulsores de proyectos que generan, de manera sostenible, un impacto social contundente.
La final de esta iniciativa, que recibió cerca de 2.500 postulaciones, se celebró este mes de julio en Nueva York. Los jueces –Eva Longoria, Sonal Shah, Joe Huff y Alexandre Ricard– evaluaron cada proyecto en función a su habilidad para crear cambio social a través de un modelo de negocio escalable.
Una de las finalistas fue María Pacheco, fundadora de Wakami (Guatemala), que diseña y vende accesorios de moda, hechos a mano, producidos por mujeres guatemaltecas. La empresaria define su compañía como “un sistema que logra vincular a comunidades rurales con mercados globales, a través de la incubación de empresas productoras de pulseras, para transformar ciclos de pobreza en ciclos de prosperidad”. Wakami se enfoca en la formación de líderes empresariales proporcionándoles herramientas para mejorar la nutrición, educación y salud de sus familias.
Aunque no quedó entre los cinco finalistas, el diseñador portugués Miguel Neiva fue seleccionado entre los 27 aspirantes a serlo gracias a “un lenguaje universal para daltónicos. Está basado en la conjugación de colores primarios y este modelo lo puede utilizar compañías que comercializan artículos de diversos usos, como fabricantes de ropa, en las señales de metro, lapiceros, banderas de las playas, mapas…”, asegura el fundador de ColorADD, un código único y universal basado en tres símbolos monocromáticos que representan los colores primarios y que permite la interpretación del color. Neiva ha destinado ocho años a crear el lenguaje para ayudar a los daltónicos, que suman 350 millones en el mundo. “El diseño no sólo es hacer cosas bonitas, sino útiles que hagan del planeta un lugar mejor”.
Freno al Alzheimer
Ayudar a los demás es la premisa que siguieron los participantes del concurso, como el español Rafael Espinosa de los Monteros, fundador de AlzhUp, el primer servicio sociosanitario en la lucha contra el Alzheimer basado en terapias no farmacológicas. “Trabajamos siete personas en este proyecto, capaz de retrasar el deterioro cognitivo de los pacientes hasta tres años. Utilizar la aplicación es muy sencillo: el paciente se conecta a través de una tableta y va completando ejercicios que trabajan distintas áreas cognitivas del cerebro. La han probado 150 pacientes, entre Estados Unidos y España. La primera vez que la usan sienten miedo a la tablet, pero a los diez minutos los pacientes están encantados con el iPad. Es una terapia efectiva con un feedback inmediato. Está pensada para hacer sesiones de 45 minutos durante nueve meses”, asegura el fundador de esta empresa en la que lleva invertidos 400.000 euros y que tras su paso por The Venture ha adquirido más visibilidad. A partir de octubre, la aplicación se podrá adquirir en el App Store por 12 euros al mes.