El emperador japonés Akihito celebró el 30° aniversario de su coronación este domingo. El monarca aprovechó la ocasión para instar al país a abrirse y forjar «sinceros» lazos con el resto del mundo. También hizo hincapié en el deseo de sus compatriotas por la paz.
El monarca, de 85 años, se convirtió en un símbolo de paz y reconciliación después de la muerte de su padre Hirohito. Fue en nombre de este último que Japón luchó la Segunda Guerra Mundial.
A finales de abril, el emperador Akihito protagonizará la primera abdicación que ve la nación nipona en 200 años.
Un llamamiento a la apertura sincera
«Creo que a nuestro país (…) se le está pidiendo ahora que se abra más al exterior en un mundo globalizado, que establezca su propia posición con sabiduría y que construya relaciones con otros países con sinceridad», dijo Akihito.
A la ceremonia del domingo asistieron la emperatriz Michiko, el primer ministro Shinzo Abe y otros dignatarios.
El emperador Akihito renunciará el 30 de abril. Será sucedido al día siguiente por el príncipe heredero Naruhito, de 59 años. La ceremonia oficial tendrá lugar el 22 de octubre en el palacio imperial de Tokio, ante miles de invitados y delegaciones internacionales.
El monarca adujo el deterioro de su salud como causa para dejar el trono. Aunque sus actos oficiales se han reducido, sigue recibiendo a mandatarios, acude a ceremonias y hace visitas oficiales. Dentro del palacio también realiza rituales privados de sintoísmo, una religión local que se entrelaza con la familia imperial japonesa.
Difíciles relaciones con sus vecinos
Los vínculos de Japón con la vecina China y las dos Coreas han estado enturbiados durante mucho tiempo. Especialmente por el amargo legado de la guerra y la colonización de la península coreana en Tokio, de 1910 a 1945.
Las relaciones con Seúl, en particular, se han enfriado por disputas por los recuerdos de tiempos de guerra y las disputas militares.
El padre del emperador Akihito una vez fue considerado como un dios en la tierra. La Constitución de posguerra define a la figura del monarca como un símbolo de unidad. Carece de poder político, pero es ampliamente respetado.
Los recuerdos de la guerra
Akihito a menudo ha hablado de la necesidad de no olvidar los horrores de la guerra. Recordó que, después de la muerte Hirohito en 1989, la emperatriz Michiko escribió un poema tradicional sobre la paz. El texto decía: «El país está sembrado de palabras de todas las personas que esperan construir conjuntamente una era de paz».
«Pero incluso ahora, apreciamos en nuestros corazones las palabras tranquilas pero resueltas que nos llegaron de toda la tierra, diciendo: ‘Construiremos un Japón pacífico junto con la Casa Imperial'», agregó el monarca.
Emperador Akihito agradeció al pueblo
«Es una suerte que haya podido cumplir con mis deberes con la ayuda del pueblo«, dijo el emperador Akihito. Durante el evento mostró su gratitud «a la gente, de la que me enorgullezco y por la que me siento afortunado de ser ‘el símbolo del Estado'».
El monarca recordó a los damnificados por los desastres naturales acontecidos durante su reinado. Dijo que el apoyo y solidaridad mostradas entre los japoneses ante estas dificultades serán «un recuerdo inolvidable» para él.
El primer ministro, Shinzo Abe, elogió al emperador Akihito y su esposa, la emperatriz Michiko. Declaró que los japoneses nunca olvidarán como «siempre han apoyado al pueblo durante 30 años«.
Información en: Cambio16
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