A pesar de que informes señalaban que las emisiones globales del HFC-23, potente gas de efecto invernadero, casi se eliminaron en 2017, un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad de Bristol, descubrió que los niveles atmosféricos crecían a valores récord.
Durante las últimas dos décadas, los científicos han vigilado de cerca la concentración atmosférica de este gas.
El HFC-23 es un subproducto no deseado, resultante de la producción de HCFC-22.
Emissions of greenhouse gas HFC-23 have grown at record levels. 12,000 times worse than CO2 & stays in the atmosphere for 270 years – you should be worried.
Tell your politicians: no more empty words – it's time to act. It's on YOU! https://t.co/ECx7w0CWRp pic.twitter.com/1GfHXXSwcP— ClimateFile (@ClimateFile) January 21, 2020
Potente efecto invernadero
Los gases fluorados comenzaron a utilizarse a principios de los años 90, y son empleados como refrigerantes, agentes extintores de incendios y para la fabricación de espumas aislantes. A día de hoy, está demostrado que estos poseen un alto potencial de calentamiento de la atmósfera.
Si bien los HCFC se están eliminando gradualmente, su uso como materia prima ha crecido significativamente en los últimos años.
El grupo más común de gases fluorados son los hidrofluorocarburos (HFC). Son gases químicos que se emplean en varios sectores como sustancias refrigerantes. Principalmente podemos encontrarlos en sistemas de refrigeración y aire acondicionado, bombas de calor o extintores de incendios, entre otros.
El hidrofluorocarbono-23 (HFC-23) también es conocido como CHF3, trifluorometano y fluoroformo. Es un gas de efecto invernadero (GEI) potente y de larga vida. Según el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) tiene un potencial de calentamiento global (GWP) de 12.000. Es decir, que una tonelada de sus emisiones equivale a la liberación de 12.000 toneladas de dióxido de carbono.
Llegó la esperada reducción
En 2013, la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), una organización sin fines de lucro en Estados Unidos, advirtió a China e India que estaban en el tope de las emisiones de HFC-23.
A partir de 2015, India y China anunciaron planes ambiciosos para reducir las emisiones en las fábricas que producen el gas. Como resultado informaron que habían eliminado casi por completo las emisiones de HFC-23 para 2017.
Un años antes, en 2016, las Partes en el Protocolo de Montreal firmaron la Enmienda Kigali, con el objetivo de reducir el impacto climático de los HFC, cuyas emisiones han aumentado en respuesta a su uso como sustitutos de las sustancias que agotan el ozono.
Los expertos en cambio climático esperaban que los niveles globales de HFC-23 atmosférico cayeran hasta un 90 por ciento en estos dos años.
Sin embargo, según el artículo publicado en la revista Nature Communications, ocurrió lo contrario. El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol, encontró que las concentraciones atmosféricas aumentaron a un ritmo récord en 2018.
A new @NatureComms paper finds emissions of potent greenhouse gas HFC-23 are higher than at any point in history. Meanwhile, emissions reported of the same substance are at the lowest in the past 17 years! More on this #climate scandal: https://t.co/FaROSj5gLo
— Environmental Investigation Agency U.S. (@EIAEnvironment) January 21, 2020
Esfuerzos adicionales
Este tipo de hallazgos refuerza la importancia de comprender la influencia de los esfuerzos de reducción de emisiones de HFC‐23. Un factor fundamental a tener en cuenta es el rápido crecimiento en la producción reciente de HCFC‐22 en los países en desarrollo.
La práctica ideal es destruir el gas. Pero en lugar de ello se está liberando a la atmósfera libremente, advirtió un informe reciente de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA). Y la práctica puede continuar, señaló el estudio, porque el incentivo económico para que las compañías destruyan el gas por incineración, ya no existe.
“La destrucción de las emisiones de subproductos de HFC-23 es una de las oportunidades de mitigación climática más rentables disponibles para los países. Es una pena que las emisiones de HFC-23 continúen creciendo a pesar de los miles de millones de dólares que las empresas (y a través de los impuestos, sus gobiernos) ya han recibido para lidiar con esto. Cualquier descarga de HFC-23 es un escándalo colosal y moralmente inaceptable dada la crisis climática actual ”, dijo Avipsa Mahapatra, líder de la Campaña Climática de la EIA.
Para más información visite Cambio16
Lea también:
Alemania aprueba plan para cerrar centrales eléctricas de carbón
Alemania aprueba plan para cerrar centrales eléctricas de carbón