Por Cambio16-Economía
26/04/2017
El PIB de China está creciendo un 6,9% interanual según los datos del primer trimestre de 2017 ofrecidos por la Oficina de Estadísitica China. No obstante, son muchos los economistas y expertos que creen que Pekín infla algunos de sus indicadores económicos para ‘esconder’ la ralentización real de su crecimiento. Sin embargo, un estudio de la Reserva Federal de Nueva York defiende que China dice la verdad, su crecimiento se aproxima mucho a los datos que publica.
Una nota de elEconomista.es explica que el análisis realizado por Hunter Clark, economista de la Reserva Federal de Nueva York, Maxim Pinkovskiy, economista en el Banco de Desarrollo, y Xavier Sala i Martin, profesor de la Universidad de Columbia, concluye que analizando el crecimiento con parámetros alternativos a los habituales, China está creciendo igual o más de lo que dicen las estadísticas oficiales.
La rumorología acerca de las estadísticas chinas no es algo nuevo. El hoy primer ministro Li Keqiang aseguró en 2007 al embajador de EEUU que la mayoría de los indicadores económicos del país, y en especial el PIB, se utilizaban «únicamente como una referencia». Es decir, que la oficina de estadística china no buscaba la perfección en sus mediciones, simplemente intenta acercarse a los datos reales a través de bastas metodologías.
La falta de confianza en los datos oficiales de Pekín ha llevado a que analistas y firmas de los países desarrollados, sobre todo en EEUU, creen sus propios modelos para medir el crecimiento de la economía del gigante asiático. Algunas de estas fórmulas usan la producción eléctrica, el transporte ferroviario de mercancías o el crecimiento del crédito para calcular la tasa de variación del PIB.
A la luz de la verdad
Sin embargo, las conclusiones del documento de estos expertos muestran que «desde 2012, nuestra estimación del crecimiento del PIB chino nunca has sido sensiblemente inferior a las estimaciones oficiales, es más, en varios años el crecimiento ha sido mayor del que se ha informado desde Pekín».
Para llegar a esta conclusión, los economistas que han realizado este trabajo focalizan la métrica en la intensidad de las emisiones de luz en varias provincias chinas. «La tarea de medir la relación entre la intensidad de la luz en la noche y el verdadero crecimiento económico es complejo por el tiempo y los cambios atmosféricos, lo que afecta a la forma en que se captura la luz con los satélites».
A pesar de las complejidades, este modelo basado en la luminosidad ha demostrado ser uno de los mejores métodos para medir el crecimiento económico cuando no se cuenta con las variables convencionales que forman la ecuación del PIB.
Las dos Coreas
Otros países que no ofrecen datos, como Corea del Norte, la intensidad de la luminosidad también pasa a ser la fórmula principal para medir el crecimiento de la producción desde el extranjero. Mediante este método se puede ver a simple vista las diferencias de desarrollo entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Estos países eran una sola nación antes de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, con el fin de la batalla EEUU y la Unión Soviética decidieron dividir a Corea en dos. Como destaca Gregory Mankiw, profesor de Economía en Harvard, en su manual de Macroeconomía, en Corea del Norte se establecieron instituciones basadas en el modelo comunista soviético, mientras que la parte del sur se establecieron instituciones del modelo estadounidense, basadas en el capitalismo democrático.
Hoy, la diferencia entre ambos países se puede ver desde el cielo. El PIB en Corea del Sur es más de diez veces superior al del Corea del Norte, «la diferencia se puede apreciar en las fotos tomadas por satélites durante la noche. En Corea del Sur el uso de electricidad se ha expandido, mientras que Corea del Norte se encuentra rodeada por la oscuridad».