Francesco Lanza /bonaona@bonaona.org
El embarazo es uno de los momentos más delicados del desarrollo de un niño: el embrión, primero, y el feto, después, viven en completa simbiosis con el cuerpo de la madre por nueve meses. No hay que extrañarse de que todo (o casi) lo que hace su mamá tenga un efecto directo sobre el futuro niño. Tanto las buenas costumbres como las malas tienen un efecto sobre el desarrollo del feto, y el estar sometido a elevadas dosis de radiaciones no ionizantes (RNI) no es excepción, como veremos en este artículo.
Las RNI (campos eléctricos y magnéticos y radiofrecuencias) son parte de una larga lista de peligros ambientales para el feto, especialmente para el correcto desarrollo del cerebro. Los principales problemas detectados en los estudios científicos que citaremos incluyen retraso en la capacidad comunicativa del niño, déficit de la memoria y en el aprendizaje, problemas cardíacos congénitos y trastornos del comportamiento asociados con la exposición prenatal a estas radiaciones.
Sí, como veremos, hay estudios científicos que relacionan este tipo de daño en el feto o en el niño con la exposición de la madre a niveles de radiaciones mucho más bajos de los permitidos. Cuesta creer como en este caso, igual que los anteriores efectos sobre la salud tratados en esta serie, el debate público sobre 5G no tenga mínimamente en cuenta la salud de las personas.
Pero el embarazo (en su acepción clásica) llega si se cumplen dos condiciones fundamentales necesarias, aunque no suficientes: que tanto el padre como la madre sean fértiles. Desafortunadamente, las RNI también afectan la fertilidad de hombres y mujeres, sin contar con que aumentan el riesgo de abortos espontáneos, causan niveles reducidos de estrógenos, progesterona y testosterona y reducen la libido.
Antes de adentrarnos en lo que dice la ciencia, en algunos lectores podría surgir la misma pregunta que me he hecho yo: ¿En serio se está desplegando de una tecnología que nos podría llevar alegremente e hiperconectados a la extinción?
Embarazo
Los médicos e investigadores de una de las mayores mutuas sin fines de lucro de Estados Unidos publicaron en 2017 [1] en la revista Nature un estudio de cohortes sobre el riesgo de aborto en caso de exposición a RNI.
En la investigación participaron 913 mujeres embarazadas. Las mujeres sometidas a elevada exposición de RNI (uso intenso de móvil, presencia de otros emisores, etc.) tenían un riesgo de 2,72 veces más altos con respecto con las mujeres sometidas a niveles bajos o normales de RNI.
Además de aumentar el riesgo de aborto, elevadas exposiciones a RNI en el embarazo causaban en el hijo un riesgo mayor de sufrir de TDAH (trastorno de atención e hiperactividad), obesidad y asma. En la conclusión se asevera que “el estudio provee evidencia reciente y directa en la población humana de que las RNI puede tener efectos biológicos adversos en la salud humana”.
En septiembre pasado, el Environmental Science and Pollution Research publicó un estudio [2] que examinaba la relación entre la exposición a aparatos electrónicos comunes a lo largo de los primeros meses de embarazo y el desarrollo de deformaciones cardíacas congénitas.
Se detectó que de las 2339 mujeres tomadas en cuenta en este estudio durante tres años las más expuestas a radiaciones tenían un riesgo mayor de dar a luz un niño con problemas congénitos al corazón.
Las mujeres que hacían uso de ordenadores y portátiles en el embarazo tenían un riesgo 1,33 veces más alto que las que no lo hacían; quienes empleaban cocinas de inducción tenían un riesgo 2,79 veces mayor y quienes empleaban microondas aumentaban su riesgo en 1,53 veces.
En cambio, quienes se ponía ropa apantallante tenían un riesgo de 0,67 veces (o sea un 33% menos de la media) de parir un niño con problemas cardíacos. En las conclusiones de la publicación, se puede leer:
“Este estudio confirma que la exposición a determinados aparatos electrónicos está asociada con un mayor riesgo de cardiopatías congénitas, y que ponerse ropa apantallante se asocia con un riesgo menor de cardiopatías congénitas. Las mujeres deberían reducir el uso de aparatos electrónicos antes y durante el embarazo”.
Si en las cajas de los móviles pusieran bien claro los riesgos para la salud que su uso conlleva, al estilo de los daños del tabaco ¿cuántas mujeres se plantearían reducir su uso al estrictamente necesario durante el embarazo?
Solo porque haya detrás un mercado impresionante y de alcance mundial, ¿no tenemos derecho a estar informados de las caras ocultas del consumo? Como hemos dicho muchas veces, en los últimos 40 años se han multiplicado los estudios sobre los daños de las RNI ¿hasta cuándo permitiremos al lobby de las telecomunicaciones ocultar estos hechos?
Seguimos con más estudios, escogidos entre la multitud que tratan los efectos biológicos de las RNI en general, y sobre el embarazo y la fertilidad en particular.
En 2012, la División de Infertilidad y Endocrinología Reproductiva del Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción de la Escuela de Medicina de Yale publicó un estudio [3] en ratones que demostraba que el uso intensivo de teléfonos móviles a lo largo del embarazo afecta al desarrollo del cerebro de la cría y lo lleva potencialmente a hiperactividad.
“Presentamos la primera evidencia experimental de neuropatología debido a radiación in-utero de un teléfono móvil… La exposición fetal a radiación de radiofrecuencia de teléfonos móviles afecta claramente el comportamiento adulto”.
El doctor Hugh Taylor, jefe de la división de la Yale School, asevera: “Hemos demostrado una clara relación causa-efecto en los ratones, y ya tenemos estudios que muestran que las mujeres que usan teléfonos móviles [durante el embarazo] dan a luz niños con más problemas de comportamiento, como la TDAH”.
En una revisión bibliográfica publicada en 2013 [4], el doctor Suleiman Kaplan, profesor del Departamento de Histología y Embriología de la Universidad de Samsun, revisa media docena de estudios que prueban la relación causa-efecto de la exposición a radiaciones de móviles con daños cerebrales en ratones y ratoncitos.
Además de estudios de laboratorio, varias investigaciones epidemiológicas han encontrado que una elevada exposición a radiación de móvil durante el embarazo está asociada con problemas de comportamiento en el niño.
En dos estudios diferentes (2008 [5] y 2012 [6]), investigadores de la Universidad de California realizaron un seguimiento a decenas de miles de niño y las conclusiones indican que los niños expuestos a radiaciones de los móviles, tanto antes como después del nacimiento, tienen más probabilidades de desarrollar problemas emocionales o comportamentales que los niños no expuestos (los estudios sobre los efectos de las RNI sobre trastornos del comportamiento son tantos que próximamente le dedicaremos un artículo específico).
Sobre los problemas del embarazo causados por las radiaciones, en 2017 se publicó un amplio estudio financiado por el National Institute of Environmental Health Sciences de Estados Unidos [7] en el que se observó a 913 mujeres embarazadas. Se encontró que las sometidas a campos magnéticos más elevados tenía un riesgo de 2,72 veces más alto de abortar.
“Este estudio provee evidencia epidemiológica de que las RNI de campo magnético pueden tener un efecto biológico adverso en la salud humana”, asevera el doctor De-Kun Li, investigador jefe del estudio.
El profesor Li, ante de la Federal Communications Commission (FCC) de Estados Unidos aclara:
“Se ha demostrado que la comunicación entre células se basa en radiofrecuencias, probablemente a una intensidad muy baja. Fuentes externas de radiofrecuencias pueden interferir con la normal comunicación entre células, interrumpiendo de esta manera la normal diferenciación y proliferación de las mismas” [8].
Otro estudio publicado en 2020 en el Journal of Gynecology Obstetrics and Human Reproduction [9] encontró que los recién nacidos cuyas madres usaban el móvil durante más de 30 minutos al día, tenían una puntuación de desarrollo fetal significativamente más bajo que los de madres con un uso de móvil más reducido.
Fertilidad
Hay un creciente cuerpo de publicaciones científicas que muestran alarmantes impactos sobre la calidad del esperma y la fertilidad debido a las radiaciones de los móviles. El más amplio y antiguo estudio sobre efectos de RNI fue publicado por U.S. Office of Naval Medical Research Study (Glaser, 1971) [10] y reporta, entre otros efectos, los siguientes cambios relacionados con los testículos o los espermatozoides:
- Disminución de los niveles de testosterona que lleva a un tamaño reducido de los testículos
- Cambios histológicos en la estructura epitelial testicular
- Cambios histológicos testiculares
- Disminución de la espermatogénesis
En otro estudio publicado en Fertility and Sterility en 2008 [11], los valores de laboratorio de conteo de espermatozoides en una clínica de infertilidad disminuían con el aumento de la duración de la exposición diaria a las radiaciones móviles.
En el grupo de mayor exposición, un tercio del conteo de espermatozoides se perdía con un uso superior de 4 horas diarias de uso de móvil, y el 50% de los restantes espermatozoides mostraba anormalidades físicas: no se movían bien o no eran aptos para la función reproductiva. Impactos documentados en los espermatozoides incluyen: reducido conteo de espermatozoides, motilidad, viabilidad y morfología normal.
Y hay muchos más estudios sobre el tema, pero creo que con lo expuesto aquí tenemos una idea bastante clara de los riesgos asociados con la RNI, la fertilidad y al embarazo. Como hemos dicho en otras ocasiones, también hay estudios que no detectan relación alguna entre estos factores. Justamente, por la falta de consenso científico nuestra asociación sigue apelando al principio de precaución y seguimos pidiendo una moratoria al despliegue del 5G y más estudios sobre el peligro de las radiaciones no ionizantes.
Terminamos con un decálogo redactado por The BabySafe Proyect [12] para las mujeres embarazadas o que quieren ser madres:
- Evita llevar el móvil en tu cuerpo (por ejemplo, en el bolsillo o en el sujetador);
- Evita tener cualquier aparato inalámbrico cerca del cuerpo cuando encendiddo;
- Usa tu móvil con la función manos libres o con unos cascos “air tube” [13];
- Evita usar tus aparatos inalámbricos en el coche, tren o ascensor;
- Evita el uso de teléfonos inalámbricos (“cordless”), sobre todo mientras duermes;
- Siempre cuando puedas, conéctate a Internet con cable;
- Cuando usas el WiFi, conéctate solo para descargar, luego desconéctate y apaga el WiFi;
- Evita una exposición prolongada o directa a routers WiFi;
- Desenchufa tu WiFi doméstico cuando no lo usas (por ejemplo, en las horas de sueño);
- Duerme lo más lejos posible de aparatos emisores inteligentes que no puedes desenchufar (como los contadores inteligentes)
“Cualquier afirmación de que las radiaciones no ionizantes son seguras, es ignorante o engañosa”
Dr. De Kun Li, 2013
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