Orlando Viera Blanco/@ovierablanco
Embajador de Venezuela en Canadá
Ya lo decía Gandhi. «La vida es un todo invisible. Hacer bien en un espacio de tu ella hará bien en el otro. Y buscando la bondad en sus semejantes, los Artigas recibieron lo propio».
“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro». Platón
(…) En una madrugada gélida en Montreal la calidez de estas sentencias nos atrapan y nos llevan a buscar bondades. Y me topo con una maravillosa historia. Había oído de ella pero sin detalles. Como dice su relator y protagonista (escritor argentino) “es la historia de ficción más real que he escrito…y lo digo porque lo viví” ¿Quieren conocerla? Son tiempos de contrición. Se las comparto, bondadosamente. Disfrútenla…
!La bondad no es ficción es vida!
Hernán Casciari es un escritor argentino (45) que en el año 2015 fue a pasar sus vacaciones de Navidad a Uruguay. Se hospedó en una pequeña casita anexa vía Airbnb de la familia Artigas (Javier y Alejandra, su esposa). Al día siguiente (7D/2015), Casciari sufrió un infarto. Rápidamente su pareja Julita pide auxilio, y sus anfitriones (Javier y Alejandra) lo llevan al Hospital de Montevideo, hacen lo necesario para que sea atendido, y logran que su huésped sobreviva. Al salir del hospital Casciari -aturdido- decidió regresar a Argentina. Días después se casa con su novia Julita y más tarde se enteran que serán padres de una niña…
Agradecidos con Javier Artigas y su esposa, Casciari y Julita deciden regresar a Uruguay al mismo lugar donde volvió a nacer, para contarle a los Artigas la buena nueva […] Casciari intuye que algo no está bien. Ya en casa con los Artigas, nota que ellos se alegran pero se emocionan y conmueven más de lo normal. Fue cuando Javier -su ángel salvador- decide contarle otra hermosa historia…
El señor Artigas al rompe de saber que los Casciari serán padres -lloroso- le comenta que a partir de aquel «infortuno infarto» todo cambió. Llevaban dos años de mala racha. Artigas decidió (2013) dejar su anterior empleo por aceptar una mejor oferta de la competencia. Pero días antes de comenzar lo llama su médico y le dice que encontró en sus exámenes una terrible patología. Javier Artigas padecía de una insuficiencia renal crónica que le obliga hacerse diálisis tres veces por semana. Artigas ahora estaba enfermo, desempleado, impedido de trabajar, con una carga de gastos insostenible y desesperanzado. Después de dos años consumiendo sus ahorros decide alquilar su casa de huéspedes en su mansión del Prado de Montevideo. Necesitaba dinero para desarrollar una aplicación que había inventado: una plataforma de hospedaje para enfermos de diálisis con locaciones cerca de clínicas y los pacientes pudiesen disfrutar de sus vacaciones. Cuando ya se quedaban sin un peso, llegó el desinfartado Casciaris…
El milagro de los milagros
Después de su infarto, Casciari publicó una nota en Airbnb, comentando lo acontecido en Uruguay. Y días más tarde el milenia más rico de EEUU, Joe Gebbia -fundador y co-dueño del portal Airbnb (valorado en 30 billones de dólares), llamó personalmente a los Artigas para hospedarse en su misma casa. Javier Artiga no lo creía. Hablaba molesto con Gebbia (no buscaba más huéspedes), y decide darle su celular a su esposa. Alejandra con un sexto sentido muy fémino trata a Gebbia con amabilidad y le dice que claro que podía venir a Montevideo. Era un 31D (2016). Esto le valió una discusión con Javier, quien refunfuñando le replicó: «Me acabas de j…las vacaciones…”
Joe Gebbia, tomaba un avión el 31D de SF a Montevideo. Los Artigas aún pensaban que era broma. Pero Gebbia sí llegó y se hospedó en aquel pequeño rincón en la misma casa de huéspedes del desinfartado Hernán Casciari. No sólo revivió in situ la experiencia del escritor argentino, sino que también se entera del proyecto de Javier Artigas al que llamó Connectus medical… El billonario milenia Gebbia había quedado impresionado con el concepto de alojamiento para inhabilitados, y decidió invertir y financiarlo en el marco de Airbnb. !Sería la Startup más importante que ha tenido Uruguay!
Días más tarde a Javier le llaman del Hospital de Uruguay para notificarle que tienen un riñón para su trasplante… Se completaba un ciclo de milagros: Un infartado volvía a la vida y sería padre; una pareja en retiro forzoso, arruinados, él enfermo y sin dinero reciben la visita de un billonario, financian su proyecto y ahora, un donante de riñón…
Ya lo decía Gandhi. “La vida es un todo indivisible. Hacer bien en un espacio de tu ella hará bien en el otro«. Y buscando la bondad en sus semejantes, los Artigas recibieron lo propio.
Esa extraña la ligereza de obrar con maldad
Víctor Hugo alertaba de esa “extraña ligereza de los malvados que creen que todo les saldrá bien», y Mandela nos recordaba que la maldad no es innata. Que es algo que la circunstancias inculcan a los hombres, por lo que decía: «la gente tiene que aprender a odiar, y si aprenden a odiar, también se les puede enseñar a amar porque el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario«.
La historia de los Artigas es historia de bondad, amor y vida. Hoy Javier y Alejandra pueden decir, «No les juzguéis por sus éxitos, sino juzgarles por las veces que cayeron y volvieron a levantarse». Y los Casciari son padres de una dulce niña que de no ser como fueron las bondades, no hubiese venido al mundo…
No es ficción. Es una trepidante y hermosa cadena de milagros…
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