Por Orlando Viera-Blanco/@ovierablanco
Embajador de Venezuela en Canadá
«¿Cuándo salimos de esto embajador? ¿Cuánto sufrimiento? Yo sigo creyendo en Juan Guaidó pero lo que no comprendo es ¿por qué se nos rompe la unidad? Divididos no saldremos de esa gente…»
Me encuentro con otro compatriota que le tocó marcharse de Venezuela. Economista, aspiracional y emprendedor. Al tiempo que su padre recibió su jubilación en Maracaibo, decidieron invertir y establecieron un par de barberías. Mientras cumplía como funcionario de la banca, su negocio marchaba a buen paso. Pero una vida de ilusiones se vio truncada y le tocó hacer maletas, llevando en su alforja sus tijeras, brillantinas y navajas para reemprender faena en tierras gélidas y muy lejanas.
De Maracaibo al congelador
Sale de Venezuela con su esposa y su hija. Pronto se ve impedido de mantener a toda la familia por lo que se queda solo en Estados Unidos. El trabajo siempre dignifica y a lo hecho pecho, por lo que nos dice ha bregado en la cocina, barberías o lo que le pongan.
“No se mueva embajador…”, me dice con afecto mientras me corta el cabello […] “Llegué pidiendo asilo hace 18 días”. Eso es Venezuela. Gente con gallardía y sin complejos, amable y fajadora, que cruza América buscando hacerse una vida digna. Lo mínimo que podía hacer es confiarle mi descuidada galería plenilunia…
-¿Dónde están su hija y su esposa?, pregunto.
-Están en Venezuela (…) Es duro. Aún no los puedo traer. Quiero trabajar y ahorrar dinero para que vengan. ¿Será que Ud. me orienta sobre el proceso de familiares entrando a Canadá Embajador?”. Venir a Canadá es posible por razones humanitarias/reunificación familiar… le ilustro.
Mi improviso barbero es perfeccionista. Me pregunta cómo quiere que arregle el desastre que tengo en mi azotea. Le comento que haga lo que pueda, porque no tiene remedio. Y llegó el tema inevitable. La política.
«La lucha sigue en todos los costados»
¿Cuándo salimos de esto embajador?. ¿Cuánto sufrimiento? Yo sigo creyendo en Juan Guaidó pero lo que no comprendo es ¿por qué se nos rompe la unidad?. Divididos no saldremos de esa gente…
Al rompe le comento que “claro que saldremos de esto ¡y más rápido de lo que creemos!. La lucha sigue en todos los costados. Pero es cierto. Falta un toque de repliegue y motivación unitaria para reemprender la movilización. El presidente Guaidó no suelta las barras. Su determinación es irrevocable…”. Seguidamente me comenta con orgullo y admiración haber conocido a muchos líderes políticos. Los nombra sin empacho y sin reproche. De otra tendencia opositora. Lanza compresión y gratitud por todos ellos… Cuanta sabiduría, le reconozco entre tijerazos…
-«Guaidó y quienes le acompañan están dejando la piel por nosotros. La mayoría son jóvenes valientes que no se amilanan ante la persecución, las amenazas, la tortura. ¡Qué duro es Requesens y que maravilla nuestras mujeres! Me quito el sombrero doctor. Dan firmeza a nuestra confianza. El solo hecho de creer en ellos ¡aporta!, ¿no cree Ud. Embajador?…”
-Cuidado y me corta la oreja”, le replico. No quiero dejar de escucharle…
La unidad, la libertad, entran por casa…
Hay temas que son comprendidos de forma más sencilla por el venezolano en la diáspora o en el caos interno.
-Yo a veces no entiendo Orlando [resiente mi rapabarbas con franqueza] ¿por qué si tenemos un gobierno criminal la comunidad internacional no interviene? ¿Yo sólo tengo mi peine, mis cremas, mi título y mi decencia? ¿Con rótulos y pudor no salimos de ellos? Por otro lado le mandan una carta al Sr. Trump pidiendo intervención militar como si él se manda solo. Lo que he aprendido en estos países donde hay controles es que cualquier decisión que ponga a riesgo la vida de sus ciudadanos no se toma deshojando margaritas. Ahí un gentío tiene voz y voto. ¿En qué quedamos, me equivoco?.
Nuestro compatriota acaba de dar una cátedra sobre los postulados de la teoría de la modernidad reflexiva de ANTHONY GIDDENS. Es comprender que la modernidad no busca nada nuevo sino estandarizar/estructurar la historia y la cultura. Es anteponer la libertad, DDHH, democracia a pretensiones individuales. A partir de esa sana reflexión moderna sobre unidad de propósitos y estructuración política ¡se construye y dignifica la historia! Es cierto que la modernidad debería reflexionar sobre intervenciones supranacionales de legítima defensa. Cuando un pueblo indefenso es secuestrado por un tirano-usurpador, tal solución merece reglamentarse. Pero aún no lo está. Y esa es nuestra lucha y precedente para la humanidad…
No distinguir al enemigo real e incurrir en discusiones hirientes, normativas, expectantes sobre “la viabilidad de poner un portaviones en La Guaira”, nos ha dividido inoportunamente. Hoy todos quieren y creen saber de música, fotografía, letras o política. Y creerlo sin serlo o saberlo ha convertido la gesta libertaria en una delgada línea entre el sueño venezolano y la pesadilla venezolana.
Tras la libertad que merecemos
Al menos nuestro digno y sabio barbero, como ciudadano opina, pero con respeto y humildad.
Porque eso es libre pensamiento. Opinar con observancia, no una licencia para difamar, mancillar y retorcer la realidad. Y termina de rebajarme los años arrojando al piso el exceso de mis cenizas del tiempo, diciendo con mirada cálida y ojos vidriosos:
-Gracias por lo que hace por Venezuela Embajador. No me debe nada. Le debo yo a Ud…
-Pues no querido amigo”, le respondo. Nuestra misión es la libertad que Ud. y todos merecemos…Ni me dé las gracias, ni me exonere. Es nuestro deber.
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