Orlando Viera Blanco/@ovierablanco
Embajador de Venezuela en Canadá
«De esta manera Latinoamérica viste de centroderecha, conservando Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia, Brasil, y ahora Bolivia, una tendencia contraria al peronismo de Fernández en Argentina«.
Los uruguayos votaron. Se esperaba una victoria holgada de Lacalle. A última hora 180.000 uruguayos cruzan su voto y colocaron a Martínez (FA) y Lacalle (PN) en un cabeza a cabeza histórico en Uruguay. La diferencia 1,3%, no estaba en los cálculos de nadie. Escrutado casi el 100% de los sufragios, Lacalle Pou obtendría 1.165.345 votos (48,7%) contra 1.136.549 (47,5%) de Martínez.
Latinoamérica. De izquierda a derecha
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas del 27-O, Luis Lacalle, de 46 años, obtuvo 28,6% de los votos y Martínez el 39%. Pero la alianza que tejió a cuatro partidos de oposición, permitió que Uruguay diera un giro a la derecha. Unos 2,7 millones de uruguayos votaron este domingo 24N, favoreciendo la alianza del Partido Nacional y su habitual rival, el Partido Colorado de Julio María Sanguinetti (83), dos veces Presidente de Uruguay.
Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón, serían los nuevos presidente y vicepresidente de la República Oriental de Uruguay. El candidato del Frente Amplio -partido de Pepe Mujica que ha gobernado el país del sur los últimos 15 años- Daniel Martínez y Graciela Villar, serían los derrotados.
Colorados y Blancos se unieron tras la primera vuelta a otros tres partidos para intentar regresar a la Torre Ejecutiva, la sede del gobierno uruguayo. “Ganamos no importa lo que diga Martínez”, expresó Sanguinetti el domingo”. Luce muy difícil dar vuelta», admitió Yamandú Orsi, jefe de campaña de Martínez.
Un inoportuno distanciamiento
Martínez (FA) fue un candidato muy criticado por su propios militantes por la escasa energía durante la campaña, que se cerró según analistas con un inoportuno distanciamiento entre él y el ex presidente José Mujica (2010-2015).
De esta manera Latinoamérica viste de centroderecha, conservando Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia, Brasil y ahora Bolivia, una tendencia contraria al peronismo de Fernández en Argentina o la anarquía dictatorial Castro-Chavista en Venezuela.
Hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera (1990-1995), Luis Lacalle Pou representa un bloque político de corte liberal, que viene hacer leverage a la pretendida avanzada del Foro de Sao Paulo. Sin duda si a la victoria en ciernes de Lacalle le sumamos las tendencias de El Salvador, Honduras, Guatemala y Costa Rica en Centroamérica, más el centrismo de Perú y Ecuador, la correlación de fuerzas es favorable al retorno de la democracia en Venezuela y de una estabilidad de centro derecha en LATAM, desplazando una alianza a lo menos impropia, al régimen de Caracas.
Lacalle y el efecto Manini
Lacalle nos contaba su padre -el expresidente Lacalle Herrera- cuando coincidimos en la Asamblea General DE NNUU– que soñó con ser presidente a los 24 años. Y como hijo de gato caza ratón, hoy con la paciencia de un estadista y la perseverancia de un surfeador que espera su ola, pone al delfín con acento a una presencia conservadora que balancea el continente. Debemos acotar que su triunfo tiene explicación o al menos incidencia -según varios analistas locales- en el factor militar o «efecto Manini».
Guido Manini Ríos, jefe del Ejército, destituido por Tabaré Vázquez -por declaraciones en la que cuestionó violaciones a los DDHH- complicó la campaña en el tramo final. Manini Ríos obtuvo un 11% de los votos en la primera vuelta del 27º como candidato de «Cabildo Abierto». Pero recién la semana pasada, Manini Ríos difundió un vídeo en el que llamó a los soldados en filas del ejército uruguayo a «no votar» al Frente Amplio, en tanto que el Centro Militar pidió en un comunicado «extirpar el marxismo«.
La intervención de las FFAA en la escena política en un país que sufrió una dictadura militar entre 1973 y 1985 (tras la transición del Pacto del Club Naval), removilizó a las bases del Frente Amplio, pero no fue suficiente.
Que en Montevideo se instale un gobierno de centroderecha convierte al Río de la Plata en una línea divisoria ideológica entre el peronismo de Alberto Fernández, que gobernará en Argentina a partir del 10 de diciembre y un gobierno de Lacalle Pou que gobernaría Uruguay a partir de 2020.
Alianzas sólidas para las transiciones
Venezuela sigue su proceso aún asediada por un caos militarista del siglo XXI. La victoria de Lacalle en Uruguay se convertiría en otra “brisa” de contención restauradora de la democracia liberal y conservadora, que dará pulmón a los consensos necesarios en la OEA, inhabilitar alianzas como UNASUR y revertir la denuncia de Uruguay contra el Acuerdo TIAR, formulada el pasado mes de septiembre de 2019.
En definitiva un triunfo de Lacalle es muy importante en Latinoamérica. Existe una percepción incendiaria y de dominio de una izquierda anárquica, violenta y trasnochada que ha venido generando agitación en Chile, Colombia, Ecuador y Brasil.
Comienza una transición sensible en Uruguay tras 15 años del Frente Amplio. Otra prueba de cómo las elecciones acompañadas de alianzas sólidas y movilización ciudadana, logran las transiciones. Ya Uruguay lo había logrado con la firma del pacto del club naval el 3 de agosto de 1984, con Julio María Sanguinetti al frente, quien gobernaría Uruguay un par de veces después de 11 años de dictadura.
En todo caso, felicidades Uruguay. Un triunfo histórico de su ejemplar democracia.
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