Orlando Viera-Blanco/@ovierablanco
Embajador de Venezuela en Canadá
En un Estado secuestrado que no declina su vocación represiva y autoritaria, Juan Guaidó decide asumir el desafío de sacudirse «el encierro»…
La decisión del presidente Juan Guaidó Márquez de salir del país y asistir a la Cumbre Hemisférica sobre Terrorismo en Bogotá es un acto asertivo y desafiante que concede un mar de aliento y elevación moral a todos los venezolanos. En momentos que Venezuela sigue atravesando inmensos coletazos de incertidumbre y letargo, el presidente Guaidó asume una vez más su liderazgo y sale por el mundo a llevar un mensaje de denuncia, socorro humanitario y restauración democrática, cara a cara, foro a foro. Toda una épica de valor y liderazgo que reforzará la removilización y el repliegue de todas las fuerzas vivas de Venezuela y el mundo a nuestra causa libertaria.
Como los Santos de Francia: claros y sin vista
La salida del presidente Juan Guaidó fue desconcertante para el régimen que siente que lo controla todo en Venezuela. En un Estado secuestrado que no declina su vocación represiva y autoritaria, Juan Guaidó decide asumir el desafío de sacudirse “el encierro” y va a denunciar ante la comunidad internacional -personalmente- no solo las carencias humanitarias y democráticas de nuestro país, sino el peligro que significa la permanencia de Maduro, quien ha arreciado en el interés de suprimir el último vestigio de institucionalidad: la Asamblea Nacional.
Guaidó podrá decirle a la comunidad internacional, Venezuela no aguanta más. Intervengan de forma decidida y contundente en búsquedas salidas rápidas y eficaces a la grave crisis política, social y económica que atraviesa nuestro país. Los intereses que están en juego no son solo los nuestros sino también los del mundo libre, pacífico y demócrata. En Venezuela lo hemos hecho todo, lo hemos arriesgado todo y lo hemos dado todo… Su comparecencia a la Cumbre Hemisférica sobre terrorismo y la confección de una agenda internacional que tocará foros económicos, parlamentarios y de gobierno, será una oportunidad de oro para exponer a viva voz el peligro que significa la continuación de Maduro en el poder y sus alianzas con el mundo terrorista, radical, autoritario y mafioso.
En un mundo globalizado el compromiso debe ser superior a la retórica. Los mandatarios de las democracias más importantes y solventes del planeta tienen una excelente oportunidad para emplazar a sus gobiernos y parlamentos por la defensa del pueblo venezolano, en momentos que el régimen ha decidido radicalizar sus acciones represivas contra la resistencia, sus dignos diputados y los venezolanos. El presidente Juan Guaidó Márquez, en una clara demostración de valentía, gallardía y compromiso estadista, se levanta y deja con los ojos claros y sin vista a un poder fanfarrón que hace alarde y cabalga orgulloso la manera como sus guardias pretorianas y paramilitares disfrazados de colectivos, agreden al pueblo y sus representantes legítimos. Guaidó con carácter y determinación enrostra todos los cercos para romper cadenas. Recordemos que hace días la caravana presidencial fue destrozada no precisamente con granos de arroz, lo cual a todas luces fue un magnicidio en grado de tentativa. Por cierto, un acto ante el cual la Corte Penal Internacional se mantiene impávida e inerme y cuya pasividad será igualmente puesta en elocuencia.
Si la montaña no viene a Mahoma…
Esta nueva gira internacional del presidente Juan Guaidó la realiza a la víspera -decíamos- de arremetidas muy graves del régimen que ha llegado al punto de atentar contra la vida del presidente Guaidó y de diputados de la Asamblea Nacional. Es poner en evidencia una lucha muy desigual y salvaje, por el rescate de nuestros principios republicanos.
La posibilidad de sentarse uno a uno con el presidente Duque en Colombia, con el secretario de Estado Mike Pompeo, con el propio presidente Trump; de acudir a foros internacionales en Europa y en otras latitudes del orbe, elevará el costo político de las alianzas y de mantenerse muy diplomáticos ante la avanzada plutocrática, autoritaria y abusiva del régimen de Caracas. Se abre un nuevo compás de compromisos del mundo con la restauración democrática en Venezuela donde pasar de lo discursivo a la acción será un objetivo impostergable.
El impacto interno que tendrá esta gira internacional del presidente Guaidó es igualmente importante. Una cascada de aliento y refortalecimiento moral para una población sumamente cansada y embriagada de desesperanza que la atrapa asfixiantemente. Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. Y como dice el refrán, abrojos abren los ojos por lo que es hora de sembrar raíces gruesas y compuestas de frutos jugosos en medio de espinas y venenos…
Acelerando la transición
Toda transición política demanda actos realistas y simbólicos. No basta liderar una transición como lo hizo Adolfo Suárez en España, António Ramalho Eanes en Portugal, Aylwin en Chile, Betancourt en Venezuela, Sanguinetti en Uruguay o Neves en Brasil. Antes es necesario seducirla y protagonizarla. Es la dinámica de la voluntad constructiva promotora del cambio que no apela al «resuélvemelo tú”, a la externalidad, sino el aquí estoy espulgando la camisa con mis propias uñas… no con las de la vecina. Y eso inspira. Se acelera el cese de la usurpación. Se cataliza la transición. !Vamos bien!
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