Comunicarnos directamente con nuestras computadoras nos permitirá avanzar en el manejo de la inteligencia artificial. Estas son algunas de las bondades del neuralink. Al menos es lo que dice su creador, Elon Musk, quien prometió novedades sobre el ambicioso proyecto para el 28 de agosto. A la espera del día, el multimillonario empresario se ha dado a la tarea de responder interrogantes planteadas por sus seguidores en Twitter.
El propósito de Musk es crear una interfaz cerebro-computadora o brain-machine interfaces (BMIs) que permita a las personas enfrentar los avances de la inteligencia artificial. Pero las preocupaciones de los mortales comunes y corrientes son mucho más simples. Por ejemplo, quieren saber si este dispositivo permitirá escuchar música sin audífonos o si podrá ayudarnos a superar adicciones. La respuesta para ambas es “sí”.
“Si (nos) instalamos (el) neuralink, ¿podemos escuchar música directamente desde nuestros chips?”, peguntó un usuario de Twitter, a lo que Musk respondió “sí”.
Otro seguidor quiso saber si entre las bondades del neuralink está la liberación de sustancias como la oxitocina o la serotonina (conocida como la hormona de la felicidad). Y Musk nuevamente dijo “sí”, pero sin dar más detalles. Estos neurotransmisores inundan el cerebro de feniletilamina, una sustancia que produce sensaciones de placer y que segrega el cuerpo cuando estamos enamorados, por ejemplo.
Musk ha dicho también que el neuralink será capaz de curar la depresión y la adicción «adentrándose» en las partes del cerebro responsables de estas condiciones. También podrá reparar conexiones neuronales rotas en aquellos que sufren trastornos cerebrales, como el párkinson. O mejorar problemas asociados a la memoria, como el alzhéimer.
Pero habrá que esperar hasta el 28 de agosto para conocer los avances de Neuralink, la empresa que fundó Musk en 2016 con el propósito de crear la BMI.
Lo que se sabe hasta ahora
La interfaz cerebro-máquina (BCI por sus siglas en inglés) permitirá la conexión entre el cerebro y un ordenador de manera que se pueda escribir o mover el cursor con solo pensarlo. En el mundo ya existen antecedentes en el uso de esa tecnología. Por ejemplo, es la que usaba el físico inglés Stephen Hawking para comunicarse oralmente.
En la primera fase de construcción, Neuralink ya elaboró un conjunto de «hilos» de electrodos pequeños y flexibles.
También construyó un robot neuroquirúrgico capaz de insertar en el cerebro seis hilos (192 electrodos) por minuto. Cada hilo se puede insertar individualmente en el cerebro con absoluta precisión para evitar daños a los vasos sanguíneos.
Estos hilos son extremadamente minúsculos en cuanto a tamaño, miden entre 4 y 6 micrómetros (μm). Para hacerse una idea: el diámetro de un cabello humano mide entre 15 μm y 100 μm aproximadamente. Este tejido tecnológico es sumamente flexible, haciendo menos probable cualquier daño al cerebro.
La empresa sostiene que otra de las bondades del neuralink es que puede ayudar en la restauración de la función sensorial y motora y el tratamiento de trastornos neurológicos. El uso clínico de estos dispositivos ha sido limitado porque son pocos los electrodos que se pueden colocar actualmente en la cabeza de los pacientes. Neuralink afirma que puede colocar “hasta 3.072 electrodos por conjunto distribuidos en 96 subprocesos”.
Luego de que los hilos son implantados en la cabeza de las personas, la información recopilada se transmite a un aparato encargado de traducirla. Este aparato estaría ubicado presumiblemente encima o al lado del oído. La información recogida se enviaría posteriormente a un ordenador o cualquier otro dispositivo que se encargue de leer la data y ejecutar las acciones.
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