Nuestra mente podrá conectarse directamente a internet. Nuevos avances apuntan a que cada vez estamos más cerca de que el cerebro humano enlace directamente con el mundo digital. El proyecto Neuralink de Elon Musk diseña el hombre del futuro para competir con las máquinas. Sin embargo, esto podría tener consecuencias indeseables.
La tecnología en el mundo actual avanza a niveles insospechados. Robótica, automóviles inteligentes, nuevas energías y la altísima velocidad de conexión ya no son extrañas en nuestra vida cotidiana, pero… ¿es posible imaginar nuevas tecnologías para conectar nuestro cerebro directamente con el mundo exterior con tan solo pensarlo? Quizás pueda parecer que eso está muy lejos o que son meros inventos de ciencia ficción. Pues no, el futuro es ahora.
Neuralink, empresa de Elon Musk, tiene años de investigación y ya por fin se hicieron públicos sus objetivos el pasado mes de julio. La empresa se encuentra desarrollando un implante que hará posible la conexión entre el cerebro y un ordenador, es decir, que se pueda escribir, mover el cursor y conectarse con solo pensarlo.
Introducing Neuralink https://t.co/7EF34GGwN4
— Neuralink (@neuralink) July 26, 2019
Este nuevo emprendimiento se fundamenta en más de una década de investigaciones sobre las interfaces cerebro-computadoras o las BCI (brain-computer interface). BrainGate fue la compañía pionera en trabajar en un mecanismo que pudiera ayudar a aquellas personas que sufren de alguna discapacidad o enfermedad neurológica. Esta misma tecnología es la que usaba el físico Stephen Hawking para poder comunicarse, es decir, utilizar un medio tecnológico para ampliar la capacidad del cerebro.
Los defensores de los ‘neuroderechos’ advierten del peligro de proyectos, como Neuralink, que buscan conectar cerebros a máquinas.
Asimismo, salvando las diferencias, a principios del milenio se realizaron experimentos con ratas y cucarachas, denominados ‘RoboRat’ o ‘RoboRoach’, donde a través de pequeños implantes se podían controlar sus actividades motoras. Por supuesto, es infinitamente más difícil por su complejidad llevar estos conceptos a un cerebro humano.
¿Cómo funciona?
Neuralink espera que sus implantes funcionen conectándose a la corteza motora del cerebro. De esta manera, cuando el individuo piensa en moverse, este pensamiento se ve reflejado en el movimiento de un cursor o algún otro artefacto, como manos, piernas o implantes robóticos.
Los implantes cerebrales que trabaja Neuralink consisten en hilos casi microscópicos. Así es, la compañía literalmente piensa coser a lo largo y ancho de la superficie del cerebro. Estos hilos funcionarían como unos implantes, sensores y electrodos, pero de un tamaño ínfimo. De este modo se comunicarán hacia el exterior de forma directa, traduciendo en movimiento e información las señales cerebrales.
La compañía ya fabricó una “máquina de coser” y, según explica la empresa, ya se han probado hasta 1.500 electrodos en forma de hilos en un solo ratón. Asimismo, dicha máquina es capaz de implantar seis hilos, lo que equivale a 192 electrodos, por minuto. Y lo que es más importante, lo hace sin tocar los vasos sanguíneos ni ningún otro tejido que comprometa el estado natural del cerebro.
Estos finísimos hilos son extremadamente minúsculos en cuanto a tamaño, miden entre 4 y 6 micrómetros (μm). Para hacerse una idea: el diámetro de un cabello humano mide entre 15 μm y 100 μm aproximadamente. Este tejido tecnológico es sumamente flexible, haciendo menos probable cualquier daño al cerebro. Uno de los problemas más complejos es adaptar un material a los movimientos y desplazamientos que hace el órgano dentro de su cavidad craneal. Con este nuevo material altamente tecnológico, maleable y flexible, se evitaría cualquier problema.
Asimismo, Neuralink busca transmitir mucha más información y con mayor calidad. Hoy en día los estudios más avanzados han logrado colocar en la cabeza de los pacientes solo algunos pocos electrodos y sensores. La empresa afirma que puede conseguir “hasta 3.072 electrodos por conjunto distribuidos en 96 subprocesos”.
Luego de que los hilos sean implantados en la cabeza de las personas, toda la información recopilada será transmitida a un aparato que se encargará de traducirla. Este aparato estaría ubicado presumiblemente encima o al lado del oído. La información recogida se enviaría posteriormente a un ordenador o cualquier otro dispositivo que se encargue de leer la data y tomar acciones.
De momento la empresa pone los pies sobre la tierra y busca objetivos más cercanos y “sencillos”. Sin embargo, Elon Musk aspira a más. En un futuro, el objetivo real de Neuralink será el de interconectar nuestras mentes con la web y hacer del cerebro humano un órgano con el que se pueda catalizar nuestra concepción de inteligencia artificial y avanzar hacia nuevos conceptos de complementación cibernética y órganica.
El increíble avance de estos implantes, y lo que propone la empresa de Musk pone sobre la mesa algo que hasta hace poco no imaginábamos: el avance de la inteligencia artificial. Lo que algunas películas predijeron, como Matrix, Blade Runner, Terminator o Ex Machina, es hoy en día una realidad.
“Somos un cerebro en una cubeta, y esa cubeta es nuestro cráneo”, dijo Elon Musk. El objetivo de todos estos esfuerzos, algo que ya venía anunciando desde algún tiempo, es de poder leer e interpretar el funcionamiento del cerebro con el fin de conseguir una “fusión con la inteligencia artificial”.
El millonario emprendedor ve muy cercano un escenario apocalíptico, como en la trama de algunos de los mejores filmes de ciencia ficción, ya que cree imposible detener la inteligencia artificial al paso que va en el presente. Teme que en algún punto llegue a superar a la inteligencia humana. Su solución es que progresivamente haya una simbiosis entre ambos, entre lo orgánico y lo artificial.
Inteligencia artificial
“Creo que con el tiempo probablemente veamos una fusión más y más clara de la inteligencia biológica y la digital”, agregó el CEO de Neuralink. Además, reitera que esa es la vía para que el hombre pueda mantener su relevancia ante la indetenible ola tecnológica. Todo esto ante la inminente explosión en la era de la inteligencia artificial.
Musk afirmó que el problema está en el “ancho de banda, en la velocidad de conexión entre tu cerebro y la versión digital de ti mismo”. Es por eso que las máquinas llevan la delantera y ese es el reto a vencer de su empresa. Mientras que los ordenadores se comunican, según él, a “trillones de bits por segundo, los seres humanos pueden hacerlo a unos 10 bits por segundo”.
Se necesita “una interfaz con un gran ancho de banda para poder facilitar la simbiosis”, dijo el magnate sudafricano en referencia a la relación entre la inteligencia humana y la máquina. Musk además puso en la palestra la cuestión de que las máquinas desplazarán a los hombres en líneas industriales de trabajo. Habló específicamente sobre su preocupación por cómo la inteligencia artificial aplicada a los coches autónomos puede hacer que desaparezcan trabajos, ya que prevé que la mayoría de los empleos dentro de este sector se transformará en los próximos 20 años, y tras ese periodo entre el 12 y el 15% de la mano de obra global se quedará sin trabajo.
Elon Musk’s Neuralink Says It’s Ready for Brain Surgery https://t.co/SuF9DgEWjJ
— Neuralink (@neuralink) July 17, 2019
Por esta razón, Musk cree firmemente en la simbiosis hombre-máquina para no ser relegados ante el poderío de lo artificial y tecnológico. Neuralink sería el primer paso hacia algo más grande, algo que “podría solucionar el problema de control y utilidad del ser humano”.
Esta búsqueda abre nuevos debates éticos y filosóficos, pero lo cierto es que quizás en estos momentos la idea es para nosotros muy inalcanzable e inverosímil, pero eso también se pensaba a principios de siglo con otros artefactos que hoy en día son normales en su uso médico, como los marcapasos, cateterismos, implantes de extremidades y trasplantes de órganos. Más allá de las cuestiones filosóficas, sigue latente la preocupación moderna en torno a la tecnología y la era digital: la cuestión de la privacidad y seguridad de datos.
La problemática de la privacidad
El hecho de que nuestros pensamientos puedan exteriorizarse a través de un ordenador suena futurista y sumamente interesante. Sin embargo, esto preocupa a muchos. Literalmente podrán leer nuestras mentes, lo que pensamos, nuestros deseos y secretos más profundos.
Las alarmas comenzaron a sonar en todo el mundo cuando nos enteramos de que Neuralink no es la única compañía que ha puesto en marcha el plan de dispositivos implantados en el cerebro, pues Facebook también apuesta por esta nueva tecnología. Hasta ahora se desconoce si ambas empresas trabajarán juntas, pero lo que sí es cierto es que la de Mark Zuckerberg también está desarrollando desde hace algún tiempo el ‘Building 8’, proyecto también dedicado a las interfaces entre cerebro y ordenador.
En sus primeras fases esta tecnología se enfocará hacia pacientes con miembros robóticos, pero se quiere acabar realizando interfaces que permitan manejar el móvil u ordenador tan solo con la mente.
El gigante tecnológico explicó que desea desarrollar en humanos la capacidad de “escribir con la mente y escuchar con la piel”, una experiencia que dejará de lado los idiomas y lenguajes. Al igual que con Neuralink, se espera que los primeros pasos de ‘Building 8’ vayan dirigidos hacia la optimización de las actividades cerebrales para su exteriorización. No obstante, Facebook ya dejó claro que quiere crear productos con diversos fines “sociales”, es decir, que con solo pensarlo ya podríamos estar conectados en la web para “fomentar conexiones más humanas” y unir el mundo físico con nuestro cerebro.
De esta manera, tanto Neuralink como Facebook apuntan al manejo de datos extraídos de nuestra cabeza. En pocas palabras: leer nuestra mente. Esto último ha despertado aún más suspicacia luego de escándalos sobre la privacidad, en donde ya datos e incluso conversaciones han sido utilizados para medir nuestros intereses, gustos y hasta opiniones políticas, como efectivamente sucedió con Facebook y Cambridge Analytica en las elecciones de Estados Unidos en el año 2016.
Sin duda alguna, estos nuevos y astronómicos avances nos dan esperanzas para ver una mejora en la calidad de vida de los seres humanos, pero también debemos preguntarnos qué costo tendrá para nuestras vidas todo el poder que otorgamos al mundo digital e inteligencia artificial.
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