Ana Hernando | SINC/Cambio16
La paleoclimatóloga Ellen Thomas, galardonada con el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA en la categoría de Cambio Climático, fue a una expedición de perforación oceánica en la Antártida en 1987 que le cambió la carrera. Su intención era investigar unos microorganismos llamados foraminíferos bentónicos, que habitan en el fondo del mar. Esperaba encontrar cambios menores en estos organismos en un hábitat estable como la profundidad marina.
Contrario a lo esperado, al analizar las muestras de la capa de la capa correspondiente al límite entre el Paleoceno y el Eoceno, halló “un calentamiento de entre 5 y 8 °C y una extinción que afectó a un tercio de las especies del océano”. La investigadora de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de Yale, a partir de los estudios que realizó con su colega James Zachos, llegó a la conclusión de que “ese calentamiento fue un fenómeno global producido por emisiones masivas de CO2, con la consiguiente subida de las temperaturas y la acidificación de los océanos”.
A este episodio se le ha denominado Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno y sus causas fueron naturales. Sin embargo, es similar al actual cambio climático provocado por la quema de combustibles fósiles y se utiliza como referente para predecir la evolución futura del clima.
Una de las propuestas que hicieron para la exploración que realizaron en 1987 al océano Antártico fue buscar evidencias sobre la formación de la capa de hielo de la Antártida y el enfriamiento de la Tierra hace unos 50 millones de años. En esa perforación de cerca de 300 metros de profundidad fue el calentamiento de hasta 8 °C y la extinción masivas de especies en los océanos. Sin duda era un fenómeno global.
¿Tenía alguna pista al respecto?
Antes de la expedición, tenía una teoría. Estaba segura de que los microorganismos que estudio [foraminíferos bentónicos], que habitan en las profundidades marinas, no podrían sufrir nunca una extinción real. Por ejemplo, no se extinguieron en el momento en que los dinosaurios desaparecieron hace unos 65 millones de años por el impacto del asteroide.
Pero durante la perforación, a medida que íbamos llegando a las zonas más profundas para recoger muestras y, por tanto, retrocediendo en el tiempo, llegó un momento en que noté grandes diferencias en los foraminíferos bentónicos. En la capa límite entre el Paleoceno y el Eoceno [hace unos 56 millones de años], observamos una gran extinción. Estimamos afectó un tercio de las especies del océano, mientras que en etapas anteriores comprobamos que hubo unas faunas muy ricas y diversas. No daba crédito, pero ahí estaban los datos. Si esto sucedió en el hábitat más grande de la Tierra, el océanos, lo que lo causó debió ser algo a escala global.
¿Cómo llegaron determinaron que el calentamiento fue por emisiones masivas de CO2?
Es la parte interesante. Aquí empiezo la colaboración con James Zachos. Yo estudiaba organismos obtenidos del fondo marino y él sedimentos terrestres en Wyoming. Pero trabajamos juntos en el análisis de las pequeñas conchas de los fósiles que obtuve en las profundidades del Ártico. Estos caparazones están compuestos de carbonato cálcico –calcio, carbono y oxígeno–.
El análisis químico del oxígeno de los sedimentos nos da información de la temperatura del agua en la que se formó el carbonato cálcico. El carbono indica que en el momento en el que subía la temperatura se estaba emitiendo CO2. Nuestros resultados indicaban que la gran extinción en los océanos coincidió con un calentamiento de entre 5 y 8 grados, con emisiones masivas de gases de efecto invernadero y con la acidificación de los océanos. Esa información ya se tenía, pero nosotros juntamos las piezas.
En sus investigaciones con sedimentos terrestres, Zachos descubrió una perturbación considerable en el isótopo del carbono-13 que indicaría que se habían liberado grandes cantidades de este elemento a la atmósfera en fases de tiempo muy breves a escala geológica. Una evidencia de que la emisión de grandes cantidades de CO2 en ese periodo causó el calentamiento al mismo tiempo ocasionaba la extinción de especies en los océanos.
En la tierra no se produjo una extinción como la de los mares, pero sí cambios y migraciones de animales y de asociaciones de plantas que se fueron desplazando hacia otras zonas del planeta. Todo esto cobró sentido: la aparición del calentamiento global como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Cuál fue la causa de estas emisiones?
Fue la gran interrogante y motivo grandes debates. Pasé algún tiempo trabajando en Cambridge con un científico muy famoso llamado Nick Shackleton, especialista en el análisis de estos sedimentos calizos. Cuando le comenté nuestros hallazgos me dijo: “Sabes que es imposible, ¿verdad?”. Y yo le contesté: “Parece inexplicable, pero mira los datos”.
Es difícil pensar en algún proceso con una gran emisión de CO2 que no sea producida por los humanos con la quema de combustibles fósiles. Se requiere una tasa de emisión a una velocidad determinada. Así que creemos que la causa más probable fue mucha actividad volcánica en el Atlántico Norte. En ese momento los continentes se estaban moviendo y Groenlandia se separaba de Noruega. Donde ahora está Islandia –que no existía– había una gran actividad volcánica y un enorme calor. Sin embargo, el CO2 de los volcanes no era suficiente, ni químicamente correcto para explicar esta gran emisión de estos gases.
Pero sabemos que en Atlántico Norte hay mucho petróleo, que todavía se sigue extrayendo. Si tienes una gran actividad volcánica, el material ardiente que sube a la superficie desde las profundidades de la tierra empieza a ‘cocer’ el petróleo y la materia orgánica de los sedimentos. En esencia, es un proceso natural de quema de combustibles fósiles, que luego forma gases de efecto invernadero. La idea fundamental es que el calentamiento global es global. No ocurrió de manera local, sino en todo el mundo.
¿Qué información de ese calentamiento global puede ser útil ahora?
El actual calentamiento global está aquí y ya lo sentimos. Está ocurriendo ahora. No podemos dar un paso atrás y analizarlo. Solo tenemos datos climáticos de los últimos 60 años. Podemos usarlos para modelar lo que ocurrirá en el futuro, pero si nos remontamos al pasado tenemos realmente los eventos que ocurrieron y cómo acabaron.
Una vez que se emiten gases de efecto invernadero podemos documantar cuánto tiempo tardan en disiparse y volver a la situación anterior. Si emitimos estos gases, el clima se alterará, pero volverá a un equilibrio.Lo grave es que ese tiempo de retorno a la normalidad es de unos 100.000 años. Lo hemos documentado. Lo terrible es que no podemos esperar 100.000 años a que el clima vuelva a la normalidad. Entretanto tenemos un clima cada vez más caluroso y extremo, y muchos problemas.
¿Cuáles son los paralelismos entre aquel calentamiento de hace 56 millones de años y la actual crisis climática?
Los efectos lo estamos sufriendo. Fases de calor extremo y sequía, a las que siguen grandes precipitaciones. El año pasado en España hubo episodios muy secos y luego mucha lluvia. Una alternancia de periodos con demasiada o poca agua la hubo hace 56 millones de año. Lo podemos ver no solo en los océanos, sino también en el material sedimentario de la tierra. Algunas de las mejores secciones geológicas para obtener pruebas del calentamiento global de hace 56 millones de años están en España. La playa de Zumaya [País Vasco] y la cuenca de Tremp-Graus, en los Pirineos meridionales, eran un océano de 1.000 metros de profundidad.
Nuestros colegas de la Universidad del País Vasco han documentado que al sur de los Pirineos durante el cambio climático de hace 56 millones de años se produjo el mismo fenómeno de sequías e inundaciones. Tenemos excelentes pruebas. hubo una enorme erosión como resultado de grandes inundaciones. Antes no había explicación para esos eventos que ocurrieron hace 56 millones de años, pero nosotros demostramos que hubo un calentamiento global que ocasionó sequías e inundaciones alternas.
¿Cree que con todas las evidencias que tenemos de un cambio climático por la quema de combustibles fósiles se ha hecho lo suficiente para frenarlo?
Debimos haber dejado de quemar combustibles fósiles hace 20 años, pero no lo hicimos. Creo que ya estamos resignados a una cierta cantidad de calentamiento que incluirá esta subida. Una de las cosas que tendremos que hacer es mostrar resistencia como sociedad para adaptarnos a vivir en un mundo más cálido. También a la subida del nivel del mar y otras muchas consecuencias.
Por ejemplo, en España el cambio climático supondrá que la agricultura tendrá que cambiar. Y puede ser que ya no seamos capaces si nos fijamos en la tendencia. Hemos visto que las zonas de vegetación se van desplazando del sur hacia el norte con el calentamiento. Si nos fijamos en Europa, eso significaría que tal vez el tipo de cultivo que los agricultores llevan siglos realizando en el Mediterráneo se tenga que empezar a hacer en Holanda.
¿Las cumbres sobre el clima sirven realmente para algo?
Lo verdaderamente triste es que los niveles de CO2 en la atmósfera no han parado de aumentar. Algo muy lamentable. Las cumbres, las reuniones y los comités, en realidad, no sirven para nada.
¿Qué les diría a los negacionistas del cambio climático?
Como paleontóloga, tuve que lidiar con los creacionistas. Siempre es lo mismo y, en algunos casos, la misma gente, la misma distorsión o negación de la evidencia. El cherry picking, es decir, seleccionar solo los datos que sustentan la creencia.
A principios de los ochenta, tuvimos un serio debate científico sobre el calentamiento global y algunos de los primeros informes del IPCC estaban realmente un paso por delante. Los científicos ya hemos aportado evidencias y dicho todo lo que teníamos que decir. Estamos en un cambio climático antropogénico y sufrimos las consecuencias. Lo que no está resuelto es cómo reaccionan las personas ante esto, eso es mucho más complejo y no es mi especialidad.
¿Continúa investigando?
Oficialmente estoy jubilada, pero sigo trabajando en varios proyectos de investigación. Zachos y yo hemos descubierto que el Máximo Térmico del Paleoceno es solo uno de una serie de episodios de calentamiento. Obviamente, fue uno muy extremo, probablemente, debido a la combinación de actividad volcánica y la combustión de materia orgánica que, como dije antes, aunque fuera un fenómeno natural, fue similar a la quema de combustibles fósiles.
¿Complejo y frustrante?
Sí, bueno y además los negacionistas una vez dicen una cosa y luego otra. Primero era que el clima no estaba cambiando, cuando es realmente obvio que lo está haciendo y la gente lo sabe. Ahora dicen que los humanos no son los responsables del cambio climático. Un ir y venir que muestra la debilidad de su posición.
Si están admitiendo finalmente que el calentamiento global se está produciendo, entonces, ¿qué diablos lo causa? Y está claro que es el CO2, que es su huella química –como demostramos también en el PETM–, causado por quema de combustibles fósiles y no otra cosa.