En momentos en que gobiernos, expertos e incluso, creadores de tecnología evalúan el avance de la IA hasta dimensionar sus alcances y controles, la jornada anual del Foro Económico Mundial, en Davos, la colocó en el centro del debate. Esta herramienta está determinando decisiones económicas, políticas, sociales en el mundo. Los consejos de administración de las empresas dan cada vez más prioridad a la inversión en Inteligencia Artificial y no quieren quedarse por fuera.
La élite que asiste al encuentro busca la manera de aprovechar sus perspectivas y minimizar sus riesgos. De allí que los organizadores de la cita global en Suiza, invitaron a Sam Altman, CEO de OpenAI -fabricante de ChatGPT– y, entre otros, al CEO de Microsoft, Satya Nadella.
La IA tiene una importancia geopolítica que supera la de casi todas las tecnologías anteriores. Los mandatarios mundiales prácticamente no hablaban de otra cosa en los pasillos, reseña Reuters, incluso en las recepciones posteriores a las conferencias.
Altman compartió su visión sobre la AI en su sugestiva ponencia: ‘Tecnología en un mundo turbulento’. Dijo que la expansión de la inteligencia artificial se trata de un arma muy poderosa, de la que «no podemos decir con certeza exactamente lo que va a pasar».
Una de las principales inquietudes planteadas fue el problema de desconfianza que genera la IA. En particular por su impacto en prácticamente todas las áreas de la vida, y la ausencia de principios que guíen su utilización. “Creo que no tener precaución, no sentir la gravedad de lo que está en juego, sería muy malo. Por eso me gusta que la gente esté nerviosa. Nosotros también lo estamos. Pero creemos que podemos superarlo”, afirmó Altman, quien semanas atrás fue despedido por el directorio de Open AI y luego reincorporado casi de inmediato.
Foro de Davos se vuelca sobre futuro de la IA
La presencia de Sam Altman causó revuelo en el Foro de Davos, todos querían escuchar sus perspectivas sobre la IA. Defendió que su empresa hace progresos con cada versión de GPT que lanza, y que los GPT3 y GPT4 han mostrado enormes progresos que muestran “lo bien que (esta tecnología) puede alinearse con un conjunto de valores”.
Recordó que, hace más de un cuarto de décadas, una computadora le ganó una partida al campeón de ajedrez Gary Kásparov. Esto llevó a un sentimiento general de que los días de este juego estaban contados.
“Todos los comentaristas decían que era el fin del ajedrez porque un ordenador podía vencer a los humanos allí, y que entonces nadie iba a molestarse en ver el ajedrez de nuevo. El ajedrez, creo, nunca ha sido más popular que ahora”, asentó.
Si bien para Altman la tecnología no es la parte difícil, reconoció que “la gran pregunta que todavía no tiene respuesta es quién decide cuáles son esos valores, cuáles son los valores por defecto, cuáles son los límites”. Y como eso va a diferir de un país a otro.
Consideró que la única manera de tomar un camino positivo es “poner la tecnología en manos de la gente”, recogió EFE. “Dejar que la sociedad y la tecnología evolucionen de la mano, paso a paso, con una retroalimentación muy ajustada”.
Altman, visto casi como una estrella de rock en Davos, también fue optimista al comentar el uso de ChatGPT. “Incluso con su capacidad actual muy limitada y sus defectos muy profundos, la gente está encontrando maneras de utilizarla”, dijo.
Y comentó que esta penetración social es lo que está desmitificando la inteligencia artificial: “Esa es siempre la mejor forma de hacer avanzar al mundo con una nueva tecnología”.
Valores y regulaciones
El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, se incorporó al debate sobre IA en el Foro de Davos. Manifestó tener «esperanzas» y «optimismo» sobre el futuro de la inteligencia artificial, pero indicó que los países deberían estar en la misma página cuando se trata de adoptar un conjunto de estándares industriales.
En una conversación con Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial, Nadella analizó hacia dónde cree que se dirige la industria de la IA. Y cómo se necesitan barreras de seguridad globales. También destacó algunos de los desarrollos más recientes de Microsoft en este espacio.
«La lección más importante que aprendimos quizás sea que tenemos que asumir las consecuencias no deseadas de cualquier nueva tecnología junto con todos los beneficios», dijo Nadella. «(Tenemos que) pensar en ellos simultáneamente. En lugar de esperar a que aparezcan las consecuencias no deseadas y luego abordarlas».
La IA tiene la capacidad de potenciar la productividad.Creando una nueva era de posiblemente mejores empleos, mejor educación y mejores tratamientos para las enfermedades. Pero también ha generado preocupaciones sobre el aumento del desempleo, el engaño a las personas y posiblemente el fin de la humanidad tal como la conocemos.
Muchos en Silicon Valley parecen tener ambos puntos de vista al mismo tiempo. En una entrevista con CNN, Bill Gates reconoció la preocupación de que el 40% de los empleos en el mundo podrían verse afectados por el auge de la IA. Sin embargo cree que la historia muestra que con cada nueva tecnología viene el miedo y luego una nueva oportunidad.
Estos comentarios se producen mientras las empresas de IA y los legisladores continúan pidiendo regulaciones para esta tecnología. Nadella señaló que un enfoque regulatorio global sería «muy deseable».
Adicionó que «estos son desafíos globales y requieren normas y estándares globales. De lo contrario, será muy difícil contenerlo, hacer cumplirlo y mover la aguja incluso en algunas de las investigaciones básicas que se necesitan».
Las empresas no quieren quedarse fuera
Lisa Heneghan, Jefa de Digital de KPMG participó en el Foro de Davos y resaltó que la IA es, sin duda, el momento «Internet» de nuestro tiempo. La velocidad a la que se debatirá, adoptará y mejorará sorprenderá a los partidarios más entusiastas.
En la encuesta Panorama de los CEO (CEO Outlook) de KPMG, el 70% de los altos ejecutivos dijeron que la IA generativa es su principal prioridad de inversión. Y que dará sus frutos en los próximos tres a cinco años. Está claro que, a pesar de la incertidumbre económica, los CEO están decididos y determinados a hacer que la IA funcione para ellos.
Sostuvo que para líderes corporativos, el peligro en estos momentos es el «miedo a quedarse afuera», que impulsa decisiones que podrían afectar a los beneficios a largo plazo. O crear nuevos retos éticos o de ciberseguridad. Se trata de un delicado equilibrio entre los adoptadores tardíos, que pueden perder oportunidades de crecimiento de oro. Y los adoptadores tempranos, que se arriesgan a tomar medidas impulsivas que podrían resultar contraproducentes.
Las empresas deberían empezar a invertir hoy, sugirió. La comprensión del argumento comercial no tendrá que ver con el ahorro, sino con experiencia y habilidades, que ayudarán a identificar las oportunidades.
“Hay que centrarse en sentar las bases y crear las plataformas tecnológicas adecuadas que sean lo suficientemente ágiles como para adaptarse a la rápida evolución del panorama de la IA”, advirtió. “Es mejor probar y aprender ahora que observar y perder la oportunidad de liderar el cambio. El tiempo de comercialización es más importante que la perfección”.
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