Elena García Armada es una ingeniera industrial española que lidera el grupo del CSIC que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal, enfermedad degenerativa que afecta a cerca de 2.000 menores en España. Investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y fundadora de Marsi Bionics, recibió el Premio Popular del European Inventor Award 2022 por su exoesqueleto adaptable para ayudar a caminar a los niños paralizados. El invento, inspirado por una joven llamada Daniela que quedó paralizada en un accidente de tráfico, recibió la mayor cantidad de votos del público en una encuesta en línea.
António Campinos, presidente de la Oficina Europea de Patentes, dijo el voto popular por Elena García Armada honraba la determinación, el ingenio y la contribución de una inventora excepcional, que ha aprovechado su experiencia y conocimientos en robótica y tecnología sanitaria para mejorar la vida de muchos niños. «Su invención –añadió– facilita la experiencia de caminar durante las sesiones de rehabilitación a los niños que de otra manera no podrían hacerlo, y ofrece esperanza a muchos otros que han estado esperando posibilidades de tratamiento durante años».
EUROPEAN INVENTOR
Es uno de los premios de innovación más prestigiosos de Europa. Creado por la OEP en 2006, el premio honra las soluciones a algunos de los mayores desafíos de nuestros tiempos.
El Premio Popular lo otorgó la Oficina Europea de Patentes en la ceremonia del European Inventor Award 2022, en la que también se honró a los ganadores en otras cinco categorías, así como a los young inventors (jóvenes inventores). Desde el 17 de mayo hasta el 21 de junio, se invitó al público a votar en línea por su inventor o equipo de inventores favorito de entre los 13 finalistas del Premio al Inventor Europeo 2022. La ingeniera Elena García Armada recibió la mayor cantidad de votos de entre los más de 23.000 emitidos.
ARTICULACIONES MECÁNICAS INTELIGENTES
Aunque los exoesqueletos adultos han existido desde la década de los sesenta, nadie había desarrollado uno para niños hasta que Elena García Armada comenzó a analizar el problema en 2009. Sin embargo, había una clara necesidad de un dispositivo de este tipo, ya que los usuarios jóvenes de sillas de ruedas corren el riesgo de deformidades de la columna vertebral, lo que puede acortar su vida.
Elena García Armada vio que el desafío era más grande que simplemente cambiar el tamaño de la robótica para adaptarse a un cuerpo más pequeño. Los niños a menudo no pueden caminar debido a afecciones neurológicas y tienen síntomas complejos en términos de movimientos articulares y un exoesqueleto pediátrico requiere ser adaptable y poder ajustar su función a los síntomas particulares de un niño.
Después de haberse centrado en la robótica industrial, Elena García Armada cambió su enfoque a la pediatría. Inventó un traje ajustable de titanio con una red de pequeños motores con sensores, software y maquinaria, conectado a una batería. Las articulaciones mecánicas se adaptan inteligentemente al movimiento de cada niño a medida que avanza su rehabilitación.
El exoesqueleto permite a los niños que usan sillas de ruedas caminar en las sesiones de rehabilitación. Lo que reduce la degradación muscular y las complicaciones médicas. También puede mejorar el bienestar mental y la sociabilidad.
LA SONRISA DE LOS NIÑOS
En 2013, Elena García Armada realizó sus primeras pruebas. También fundó una empresa, Marsi Bionics, para desarrollar aún más esa tecnología. En 2021, obtuvo la autorización médica para la invención y desde entonces ha vendido dispositivos a hospitales en España y México. Incluso a medida que la empresa crece, no olvida la inspiración original para el invento. «Yo y todo mi equipo obtenemos nuestra energía de las sonrisas de los niños», afirma.
Elena García Armada nació en Valladolid, e 1971. Su madre es doctora en Física y profesora universitaria; su padre era catedrático de Electromagnetismo. En el año 1986, fue uno de los fundadores de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Cantabria. Estudió en la Universidad Politécnica de Madrid, donde obtuvo su doctorado en robótica en 2002.
Dentro de la ingeniería, le atrajo la robótica porque esta supone crear algo de la nada y programarlo. Realizó investigaciones tempranas en el Leg Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts y desde entonces ha trabajado en el Centro de Automatización y Robótica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
En 1997, después de su incorporación en el Centro de Automática y Robótica, Elena García Armada comenzó a trabajar en su tesis doctoral. Obtuvo el título de doctora en Robótica, en el año 2002. Cinco años más tarde, ingresó en las escalas científicas del CSIC.
Comenzó su trayectoria profesional especializándose en el diseño de robots orientados a la industria, hasta que en 2009 conoció a Daniela, una niña que a raíz de un accidente de tráfico quedó en un estado severo de tetraplejia. A partir de ese momento su trabajo se centró en fabricar dispositivos orientados a mejorar las facultades físicas, contribuir a la rehabilitación y aumentar la movilidad de niños que sufren enfermedades neuromusculares degenerativas.
PATENTES. La OEP (Oficina Europea de Patentes) es una de las mayores instituciones de servicio público de Europa. Con sede en Múnich y oficinas en Berlín, Bruselas, La Haya y Viena, se fundó con el objetivo de fortalecer la cooperación en materia de patentes en Europa. La OEP es la principal autoridad mundial en información y búsqueda de patentes. A través del procedimiento centralizado, los inventores pueden obtener la protección de patentes de alta calidad en hasta 44 países, que cubre un mercado de unos 700 millones de personas.
UN MOVIMIENTO MÁS ÁGIL
Entonces era posible adquirir exoesqueletos para adultos parapléjicos, pero no para niños. Eso la animó a investigar para conseguir la movilidad de niños. A Daniela se le iluminó la cara al usar el primer exoesqueleto del mundo que permitía andar a niños con tetraplejia o con atrofia muscular. El prototipo ATLAS.
Hoy, en el campo de exoesqueletos para niños, el proyecto más destacado y premiado ha sido el ATLAS 2020. Fabricado con aluminio y un peso de doce kilos, está dotado de articulaciones inteligentes que interpretan los movimientos del niño. Detecta cuáles son deseados y cuáles no, y el movimiento es más ágil.
Actualmente trabajan en un nuevo proyecto, el ATLAS 2030, que ya salió de laboratorio y está industrializado. Falta finalizar una evaluación clínica multicéntrica entre el hospital Raymond Poincaré de París y el Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Elena García Armada ha sido reconocida por numerosos premios. Entre ellos, el Premio Innova en 2014, el premio CEPY en 2015 para proyectos emprendedores, el Premio ABC Health a la mejor tecnología sanitaria en 2016, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid en 2018, el Premio Fermina Orduña a la Innovación Tecnológica 2021 y el Premio Mujer Innovadora del Consejo Europeo de Innovación 2021.