Por Cambio16
22/04/2017
Un total de 45 millones de franceses están llamados este domingo, 23 de abril, a las urnas para decidir quién será el sucesor del presidente socialista, Francois Hollande, durante los próximos cinco años. En caso de que ninguno de los candidatos logre la mayoría absoluta, algo que se da ya por hecho, será necesaria una segunda vuelta entre las dos opciones más votadas, que se celebrará el 7 de mayo.
Las elecciones presidenciales francesas se llevan a cabo mediante un sistema de dos vueltas, introducido en 1962 por el entonces presidente Charles de Gaulle. Este método ha permitido que los partidos tradicionales hayan gobernado el país durante los últimos 50 años, acabando con cualquier opción de los partidos de extrema derecha y extrema izquierda en la segunda vuelta.
Sin embargo, los comicios que se celebran este domingo son los más impredecibles de la historia reciente de Francia y podrían poner fin al bipartidismo. En esta primera vuelta, once candidatos se presentan a las elecciones y los cuatro favoritos – Emmanuel Macron, Marine Le Pen, François Fillon y Jean-Luc Mélenchon – llegan a las urnas empatados técnicamente, según las encuestas. El candidato socialista, Benoît Hamon, no está entre ellos.
Un candidato, un modelo
- Emmanuel Macron. Partido: En Marche!
El ex ministro de Economía del Gobierno de Hollande es el gran favorito para alcanzar la Presidencia francesa. Macron, de 39 años, asegura que su programa es socioliberal, es decir, progresista en cuestiones sociales y liberal en lo referente al sector económico y empresarial. Por ello, defiende abiertamente el mercado único y la Unión Europea.
Entre sus propuestas más destacadas están una rebaja de las cotizaciones sociales a los asalariados y autónomos, así como una reducción en las cotizaciones empresariales para los nuevos contratos. Además, propone una reducción del impuesto sobre la vivienda y una reforma de la administración pública, que contempla multas menos gravosas y una evaluación de la calidad de los servicios públicos.
Asimismo, Macron se ha comprometido a reducir la tasa de empleo hasta el 7 por ciento (frente al 9,7 por ciento actual), no tocar la edad de jubilación y subir 100 euros al mes las pensiones y los salarios. Su programa contempla también un plan de inversiones de 50.000 millones de euros en el sector de la industria, la energía, el transporte, la ecología y la agricultura.
- Marine Le Pen. Partido: Frente Nacional
La hija del fundador del partido de extrema derecha Frente Nacional es otra de las grandes favoritas. Le Pen, de 48 años, defiende la política de «los franceses primero», un formato que ya utilizó el presidente estadounidense, Donald Trump, en campaña. Así, propone acabar con la libre circulación de personas, limitar la llegada de inmigrantes, erradicar el islamismo, abandonar el euro y un referéndum para la salida de Francia de la Unión Europa.
Además, Le Pen defiende un fuerte proteccionismo económico frente a la globalización, a la que culpa de la situación económica del país. En este sentido, contempla la creación de una tasa del 10 por ciento a las empresas instaladas en Francia que contraten trabajadores extranjeros – ya sean de la Unión Europea o extracomunitarios – y la imposición de un impuesto del 3 por ciento a la importación de bienes y servicios.
Otras de las propuestas de la candidata, que llega a las elecciones salpicada por un escándalo de empleos ficticios en el Parlamento Europeo, son recortar los precios regulados de gas y electricidad un 5 por ciento, bajar el impuesto sobre la renta un 10 por ciento, derogar la última reforma laboral y mantener la jornada de 35 horas semanales, así como bajar la edad de jubilación a los 60 años.
- François Fillon. Partido: Los Republicanos
El ex primer ministro de Nicolas Sarkozy durante cinco años se postulaba hace unos meses como el candidato preferido hasta que se destapó el caso sobre los supuestos empleos ficticios de su mujer y sus hijos, además de ser imputado por malversación de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales.
El candidato conservador, de 63 años, presenta un programa liberal en el que promete rebajas de impuestos por importe de 50.000 millones de euros. Fillon promete una reducción de un 25 por ciento de los impuestos empresariales y recortes en la fiscalidad de los hogares, así como un aumento del IVA y elevar la edad de jubilación más allá de los 65 años.
Una de sus propuestas más impopulares es la supresión de 500.000 puestos de funcionarios, además de proponer recortes en el gasto público, liberalizar las leyes laborales y combatir el poder sindical. También propone reducir el desempleo hasta el 7% y aumentar la jornada laboral a 39 horas.
- Jean-Luc Mélenchon. Partido: Francia Insumisa
La gran sorpresa de estas elecciones, ya que su candidatura se ha posicionado con fuerza en las últimas semanas y las encuestas lo sitúan entre los cuatro favoritos. Sus ideas de justicia tributaria, poner fin a la austeridad y crear un nuevo orden ecológico, que incluiría sacar a Francia de la energía nuclear, lo han convertido en el candidato preferido de los jóvenes.
Antiguo ministro socialista y eurodiputado en coalición con el Partido Comunista, Mélenchon, de 65 años, también ha propuesto un referéndum sobre la salida de Francia de la Unión Europea en caso de que fracasen las negociaciones con el bloque para la revisión de los tratados europeos, entre otros.
Por otro lado, propone un incremento del gasto público de 27.000 millones de euros y un plan de 100.000 millones en inversiones, que se financiarían principalmente a través de la lucha contra la evasión fiscal, el crecimiento económico y nuevos impuestos. Además, entre sus propuestas destacan el incremento del 15 por ciento en el salario mínimo francés, la reducción del paro hasta el 6 por ciento para 2022, una semana laboral de 32 horas y reducir la edad de jubilación a los 60 años.
Por qué son claves para toda Europa
Así, Francia llega a estas urnas con tres candidatos aspirando a la presidencia que no forman parte de los partidos tradicionales. Esta crisis política es la consecuencia directa de una situación económica en la que nada ha mejorado ni nada ha cambiado para los franceses en los últimos tiempos: uno de cuatro jóvenes franceses están desempleados y, de los que tienen un puesto de trabajo, pocos pueden gozar de la calidad de vida que disfrutaron sus padres.
A pesar de que muchos de los problemas que tiene Francia no son nuevos y llevan gestándose durante décadas, ni la derecha ni la izquierda tradicionales han sido capaces de enfrentarse a ellos. Además, los recientes atentados terroristas en suelo francés han alterando los nervios de los ciudadanos, que se han visto obligados a vivir bajo un estado de emergencia casi permanente.
Le Pen, Macron y Melenchon son fruto de esa inactividad política, ofreciendo sus particulares soluciones desde ideologías completamente antagónicas. Hay una crisis de los partidos tradicionales. La gente parece que está castigando a lo que han sido las élites políticas tradicionales, y eso podemos verlo claramente en estas elecciones.
La UE está muy pendiente de los resultados de estas elecciones. Después de que los británicos votaran en referéndum su salida del bloque, una victoria de Le Pen o Mélenchon, que contemplan la posibilidad de seguir esta misma senda, supondría un duro golpe para las instituciones europeas.
Un triunfo de Macron sería una gran noticia para los dirigentes europeos, después del voto proteccionista que dio la victoria en 2016 al Brexit y a Donald Trump. «Apuesta por una UE más integrada, apuesta por esa UE a varias velocidades y por una mayor integración económica y política de la UE. Claramente es el favorito de las instituciones europeas», asegura Benedicto.
En el lado contrario, Marine Le Pen y Melenchon, cuya victoria haría temblar de nuevo los cimientos de la UE, además de los mercados, ya que confirmaría el auge de los partidos ‘antiestablishment’. Además, los 27 difícilmente podría soportar otro referéndum para abandonar el bloque, cuando todavía tienen por delante la difícil tarea de negociar con Reino Unido su salida de la Unión.