Tras años de negociaciones, El Vaticano y China firmaron un acuerdo histórico que le da voz en el nombramiento de obispos en la gigante nación asiática.
La Santa Sede había relanzado hace más de tres años las interminables negociaciones iniciadas en los años ochenta para unificar a la Iglesia en China.
El acuerdo preliminar fue suscrito en Pekín entre los dos jefes negociadores, el subsecretario de Estado de la Santa Sede, Antoine Camilleri, y el viceministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Chao.
El anuncio se hizo en momentos en que el papa Francisco visitaba Lituania en un viaje de cuatro días a los países bálticos.
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«Este no es el fin del proceso. Es el comienzo», para «permitir a los creyentes tener obispos en comunión con Roma pero al mismo tiempo reconocidos por las autoridades chinas», dijo el portavoz del Vaticano, Greg Burke.
«El objetivo del acuerdo no es político sino pastoral«, precisó.
Acuerdo divide a católicos en China
Los 12 millones de católicos chinos, muy minoritarios en un país con 1.500 millones de habitantes, profesan su fe divididos desde hace décadas. En este caso entre una Iglesia «patriótica» controlada por el régimen comunista y otra clandestina que reconoce la autoridad del Papa, indicó AFP.
Las perspectivas del acuerdo han dividido a las comunidades de católicos en China. Algunos temen una mayor represión si el Vaticano cede más control a Pekín. Otros quieren ver un acercamiento y evitar un posible cisma.
«Están entregando el rebaño a las bocas de los lobos. Es una traición increíble», dijo el cardenal Joseph Zen, el combativo exarzobispo de Hong Kong, de 76 años, que dirigió la oposición al acuerdo.
«Las consecuencias serán trágicas y duraderas, no solo para la Iglesia en China sino para toda la Iglesia porque dañan la credibilidad. Quizás sea por eso que mantienen el acuerdo en secreto», dijo Zen a Reuters.
El Vaticano dijo que como parte del trato, el papa Francisco había reconocido la legitimidad de los siete obispos chinos designados por el Estado que habían sido nombrados sin la aprobación papal y que los había readmitido en la Iglesia.
«Hoy, por primera vez, todos los obispos en China están en comunión con el Obispo de Roma (el Papa)», dijo en un comunicado el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y uno de los principales arquitectos del histórico acuerdo.
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Taiwán espera más libertad religiosa en China
En el futuro, los nuevos obispos primero serán propuestos por los miembros de las comunidades católicas locales junto con las autoridades chinas. Los nombres de los candidatos serán enviados al Vaticano y el Papa tomará una decisión final, dijeron las fuentes.
El acuerdo se anuncia en un momento álgido de las tensiones comerciales del régimen chino con Estados Unidos. Visiblemente al corriente, el ministro de Relaciones Exteriores taiwanés había estimado la semana pasada que el acuerdo era inminente.
Las relaciones de la Santa Sede con China interesan en primer lugar a Taiwán. El sábado, el ministerio de Relaciones Exteriores taiwanés dijo esperar que el nuevo acuerdo allane el camino hacia las libertades religiosas en China. Añadió, sin embargo, que esperaba también que la Santa Sede se asegure que los católicos del continente «reciban la debida protección y no estén sujetos a la represión«.
La Santa Sede, único aliado diplomático de Taipéi en Europa, es uno de los 17 últimos Estados del mundo que reconoce al gobierno de Taiwán. La República Popular China reivindica su soberanía sobre la isla e intensifica actualmente sus esfuerzos para «recuperar» a aquellos pocos países que conservan relaciones diplomáticas con Taiwán.
Para Francesco Sisci, investigador italiano que trabaja en Pekín por cuenta del gobierno chino, la libertad religiosa no es comparable con la de Europa, pero «la normalización entre el Vaticano y China debería contribuir a mejorarla». Como mínimo, «ello no puede hacer daño», comentó subrayando que la Iglesia «clandestina» seguirá la decisión de Francisco.
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