Las estanterías de libros y la infinitud de internet muestran ensayos, propuestas, materiales didácticos y tips cuasi mágicos para alcanzar ese trabajo perfecto, al cual le dedicaríamos buena parte de nuestro tiempo. Reunir en un solo espacio laboral o proyecto de vida las prioridades personales-profesionales y expectativas, no es tarea fácil. Buscarlo podría agobiar y desgastar, dice Cal Newton, profesor asociado de informática en la Universidad de Georgetown. Cree mejor dejar no dejarse llevar por la pasión y dejar a un lado la añoranza por un trabajo soñado e ideal.
Newton ofrece una visión amplia del trabajo, los retos actuales y sus muchas alternativas. Dedicado a la teoría de los sistemas distribuidos y con un doctorado en ciencias de la computación del MIT se ha abierto paso como conferencista. Es fundador del blog ‘Study Hacks’ donde escribe sobre «cómo realizar un trabajo productivo, valioso y significativo en una era digital cada vez más distraída». Además, es autor de siete libros, entre ellos, ‘Deep Work’, ‘Digital Minimalism’ y ‘A World Without Email’.
Utilizó el término «trabajo profundo» referido a las reglas para el éxito y enfocado en un mundo disperso atrapado en correos electrónicos y redes sociales. En sus libros y artículos ha desmontado dos ideas que han calado en los últimos años -“sueños” y “pasión”- ambas relacionados con ese deseo interno de lograr un buen trabajo.
Cuenta que hace años recibió una oferta de empleo en Microsoft. “Era mucho dinero”, admite. “Pero no habría podido seguir escribiendo”. En el ínterin entre sus estudios en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y su actividad académica en la Georgetown, surgió la idea de otro libro: ‘Tan bueno que no pueden ignorarte: por qué las habilidades triunfan sobre la pasión en la búsqueda del trabajo que amas’ (2012).
Pasión, trabajo y algunas interpretaciones
El texto derivó de las preguntas que Newport se hizo cuando estaba a punto de “emprender un viaje profesional que podría durar el resto de (su) vida”. En sus páginas intenta convencer al lector de que dejarse guiar por la pasión a la hora de elegir un trabajo no es una buena idea.
Esto es contrario a lo que Steve Jobs comentó a los estudiantes de Stanford en un famoso discurso de graduación. «La única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces», les dijo. «Tienes que descubrir lo que te apasiona… La única forma de hacer un buen trabajo es amar lo que se hace. Si todavía no lo has descubierto, sigue buscando, y no te acomodes», agregó en su intervención aplaudida.
Aunque el discurso de Jobs contenía varias lecciones, su énfasis en hacer lo que a uno le apasiona fue lo más destacado. Poco después alguien colgó en YouTube el vídeo de su participación que se hizo viral y sumó más de 3,5 millones de visitas. Cuando la universidad emitió la grabación oficial, lo vieron 3 millones más. Los comentarios giraban en torno a la importancia de amar el trabajo soñado e ideal de cada uno.
Ahora Newport ha ponderado la percepción de Jobs con sus experiencias personales y documentación adicional que ha buscado. No le cuadran las afirmaciones del genio tecnológico. Para desmontar esa premisa repasó la biografía del fundador de Apple escrita por Jeffrey S. Young. En ‘Steve Jobs: The Journey is the Reward’ (‘El camino es la recompensa’), lo describen como “alguien que no parece apasionado por la tecnología y el emprendimiento, y aun así puso en marcha Apple”.
Golpes de suerte… pero también talento
En los meses previos al arranque de su compañía visionaria, Steve Jobs era una especie de joven conflictivo que buscaba la iluminación espiritual, escribió Young. Le apasionaba la historia occidental y la danza, y coqueteó con el misticismo oriental (Hare Krishna). Solo se enzarzaba con la electrónica cuando esta le prometía un retorno económico rápido.
Si cuento la historia de Steve Jobs es porque a la hora de encontrar un trabajo satisfactorio, los detalles importan, indicó Newport en un artículo para El Confidencial. “Si un joven Jobs hubiese seguido su propio consejo y se hubiese dedicado a perseguir solo el trabajo que amaba, lo más probable es que hoy fuese uno de los maestros más conocidos del centro zen de Los Altos. Pero no siguió ese consejo tan simplista. Desde luego, Apple no nació de la pasión, sino que fue el resultado de un golpe de suerte. Un plan a corto plazo que despegó de forma inesperada” escribió a propósito de la relación de Jobs con Alex Kamradt creador de una empresa para compartir ordenadores llamada Call-in-Computer.
“Amar aquello en lo que estás trabajando es mucho mejor que trabajar (en un campo) que te apasiona –argumenta Newport–. Sigue tu pasión es un consejo terrible. Si tu objetivo es acabar apasionado por lo que haces, seguir con tu pasión es un pésimo consejo.
Entonces, el primer malentendido fundamental es la idea de que todos tenemos una pasión preexistente que es relevante para una carrera o un trajo. Y si pudiéramos descubrirla, entonces estaríamos bien. Las investigaciones dicen que la mayoría de las personas no tienen uno.
Amar lo que haces
También hay un segundo problema y se basa en la creencia errónea de que combinar trabajo con algo que le interesa mucho o está cargado de pasión conducirá a una satisfacción y un compromiso a largo plazo. Parece obvio que debería ser así, sostiene. Pero esa no es en absoluto la realidad de cómo las personas terminan disfrutando y obteniendo una gran satisfacción y significado de su proyecto personal-profesional.
Si estudias a las personas que terminan amando lo que hacen, esto es lo que encuentras y si estudias la investigación al respecto, encuentras lo mismo, detalla Newport a Barking Up the Wrong Tree. La satisfacción y el mérito profesional a largo plazo requiere rasgos como un verdadero sentido de autonomía. Una sensación de dominio de que eres bueno en lo que haces y una sensación de conexión en relación con otras personas.
Lo que necesitas es un tipo de habilidad claramente identificada en la que estés trabajando. Necesitas alguna noción de retroalimentación. Por lo tanto, debes tener alguna noción de: «¿Qué tan bueno soy en esto ahora? ¿Soy mejor ahora que he hecho esto que si no lo hago?».
Cuando realmente trabajas, tienes que hacerlo profundamente. Lo que significa que tienes que trabajar en la habilidad con un enfoque persistente e ininterrumpido. Y tienes que intentar esforzarte un poco más allá de donde te sientes cómodo. Por lo tanto, sugiere, no deberías poder pasar fácilmente al siguiente paso de lo que estás haciendo. Al mismo tiempo, con suficiente esfuerzo deberías poder hacer algunos progresos.
Las redes sociales no son esenciales
En ‘Tan bueno que no pueden ignorarte’ Newport plantea la idea de convertirse en un experto y desarrollar habilidades «raras y valiosas» que le permitan acumular el llamado «capital profesional». Objetivo necesario para conseguir «un gran trabajo, el trabajo soñado e ideal», reseña El País. Newport aplicó esta fórmula en su propia vida. Así es como se convirtió en una mezcla poco común de tecnólogo y escritor. Y dedicado a hacer podcast y a elaborar un boletín con 100.000 suscriptores.
Además de esos aportes y percepciones sobre la pasión y/o el amor al trabajo, Newport ha ideado el concepto del “trabajo profundo”. No implica trabajar más horas sino realizar tus tareas con intensidad y sin distracciones. Como correo electrónico, noticias, redes sociales, explica. Esto permite que una persona termine antes y de una sola vez.
“Pensábamos que la tecnología nos haría más productivos… y no ha sido así”, suspira Newport. «Las innovaciones nos permiten hacer ciertas cosas, como obtener información mucho más rápido. Pero (la tecnología) ha añadido tanto ruido que en realidad producimos menos que nuestros abuelos». Más aún, asegura, “(las plataformas de redes sociales) parecían una especie de fuerza progresista, capaz de democratizar ideas y conectar al mundo. Las redes sociales también se consideraban esenciales para su carrera. Hoy ya nadie cree eso”.
Mentalidad de artesano
Newport es partidario además de la vuelta al trabajo no solo profundo, centrado, sin distracción, sino artesanal. “Como un artesano, encuentras satisfacción en el desarrollo de tu habilidad. Y luego aprovechas esa habilidad para tomar el control de tu vida laboral y construir algo que sea más significativo y a largo plazo. Entonces, alguien que tiene mentalidad de artesano está tratando de desarrollar sistemáticamente habilidades valiosas porque esa será su ventaja. Su capital para tomar el control de su carrera”.
Los artesanos no son los que revisan sus redes sociales cada cinco minutos, dice. No buscan la victoria fácil ni el estado de flujo. Son los muchachos que están ahí afuera durante tres horas, mejorando la habilidad. “Esto es difícil, pero voy a dominar este nuevo software. Voy a dominar este nuevo marco matemático”. Esa es la mentalidad, el hábito del artesano.