Por Andrés Moreno
14/06/2016
aber la hora está al alcance de todos. Basta con ver la pantalla de nuestro móvil o la del ordenador. Por eso muchas personas se sorprenden, y hasta escandalizan, al conocer los precios de ciertos relojes. No lo vamos a negar aquí: los relojes son caros y en algunos casos demasiado. Existen muchas razones para explicar el alto precio que tienen. Para empezar, la gran mayoría de ellos están fabricados en Suiza, país que, como todo el mundo sabe, no destaca precisamente por tener unos bajos salarios y terrenos baratos para construir fábricas. La creación artesanal, los materiales utilizados y la inversión tecnológica realizada en sus maquinarias también explican que un reloj normal automático pueda tener un precio que ronda entre los 2.000 y los 6.000 euros. No es barato, aunque tampoco mucho más caro que elegir la tapicería de cuero. En mi humilde opinión, un reloj siempre luce más que los asientos de un coche.
Pero hablamos de relojes, y de presupuestos. Si contamos con uno bastante ajustado, es importante señalar que hay un amplio abanico de marcas en el mercado que ofrecen referencias muy interesantes a precios bastante ajustados. La tecnología y el trabajo en grandes cantidades (algo que no se pueden permitir firmas más exclusivas) ha permitido rebajar considerablemente elementos hasta ahora considerados de lujo, ya sean los movimientos mecánicos, los cristales de zafiro o los tratamientos de color de las cajas. Además, algunas de estas firmas han encontrado modos muy atractivos para conseguir la atención del público, que en muchos casos se acerca por primera vez al mundo del reloj, ya sea a través de la implantación de tecnologías como el Bluetooth o con la posibilidad de hacer relojes personalizados, eligiendo los colores y materiales de fabricación. Aquí traemos algunas propuestas actuales que no supondrán un gran sacrificio para nuestros bolsillos.