Por Cambio16
09/05/2017
El 75% de los trabajadores que tienen hijos con discapacidad ven numerosas dificultades para conciliar la vida profesional con la familiar.En España, solo un 6,7% de los empleados ejerce el teletrabajo, según la OIT. A pesar de que fue una de las apuestas de la última reforma laboral, esta fórmula parece no cuajar en las empresas de nuestro país, donde aún prima la cultura del presentismo, es decir la necesidad de presencia física del trabajador en su puesto.
Estos son solo algunos de los datos del informe Discapacidad y Familia de Clima Laboral que elabora la Fundación Adecco en colaboración con Previsora Bilbaína. Según Francisco Mesonero, director general de la fundación, «la empresa española sigue mayoritariamente anclada en un modelo que prima la autoridad y la jerarquía: los superiores se sienten más seguros si pueden ejercer un control visual sobre sus empleados en lugar de valorar su rendimiento por objetivos».
Por eso él considera necesario «impulsar un cambio de mentalidad, pues está demostrado que la cultura del presentismo no funciona. De hecho, España es uno de los países donde trabajamos más horas, pero no somos de los más productivos”.
En esta línea, Mesonero recalca que “España se encuentra lejos de otros países de la UE, como Suecia o Finlandia, que sí cuentan con una cultura que favorece el teletrabajo, haciendo que éste sea por objetivos y prevaleciendo la confianza en el trabajador. No es sólo una cuestión de Responsabilidad Social, sino de competitividad, ya que teletrabajar ahorra costes, reduce la rotación y el absentismo y potencia el talento, al posibilitar la inserción laboral de los sectores más inactivos como las personas con discapacidad”.
Conciliar continúa siendo un reto para muchos españoles que, en ocasiones, se ven abocados a elegir entre su carrera profesional y el cuidado de los suyos. En este sentido, existen familias cuyas necesidades de conciliación son mayores, si cabe, como las que tienen hijos con discapacidad. “A menudo, éstos requieren un apoyo aún mayor, al necesitar acudir a terapias, tratamientos, revisiones médicas o precisar de ayuda para desempeñar funciones rutinarias”, comenta Mesonero.
Además, en el caso de estas familias, asistimos a una realidad innegable. Myriam Ganado, consultora de la Fundación Adecco experta en familias asegura que: “la futura inserción laboral de sus hijos con discapacidad no puede ser viable sin el apoyo y compromiso familiar. La familia es el actor crucial para que todos los menores, pero especialmente los que tienen discapacidad puedan ser autónomos el día de mañana y encontrar un empleo.
Necesitan pasar tiempo con sus padres, pues ellos son su primera referencia y los responsables de inculcarles valores como la igualdad de oportunidades, la autoestima, la confianza o la fortaleza. Privar a los menores con discapacidad de la compañía de sus padres es un retroceso; mientras que facilitársela es una apuesta de futuro. No se trata de que los progenitores descuiden sus responsabilidades laborales, sino que puedan flexibilizarlas para compartir momentos de calor, afecto y ocio con sus hijos”.