El telescopio espacial Hubble, en estos treinta años de su lanzamiento, se ha convertido en los ojos de científicos y aficionados, durante sus exploraciones inéditas e insospechadas del universo. Pequeños y grandes hallazgos han sido posibles gracias a este instrumento que revolucionó la astronomía. Y continúa sorprendiendo con sus descubrimientos.
En estas tres décadas ha encontrado nebulosas y galaxias, que eran desconocidas. A través de sus incesantes observaciones e imágenes, los astrónomos han visto el nacimiento de estrellas y la creación de agujeros negros. También ha capturado la famosa Gran Mancha Roja de Júpiter, lunas y objetos más allá del sistema solar.
Hubble ha realizado 1,4 millones de observaciones en su amplia trayectoria. Y ha proporcionado datos que los astrónomos del mundo han utilizado para escribir más de 17.000 publicaciones científicas. Se ha convertido en el observatorio espacial más prolífico de la historia.
El Hubble nació como un proyecto conjunto de la NASA y de la Agencia Espacial Europea. Fue puesto en órbita el 24 de abril de 1990 por el transbordador espacial Discovery, junto a una tripulación de cinco astronautas. Desde sus inicios hasta la fecha, el telescopio amplía la mirada y el conocimiento del cosmos. A diferencia de cualquier otro telescopio anterior, Hubble ha hecho que la astronomía sea relevante, atractiva y accesible para personas de todas las edades.
El largo viaje del telescopio Hubble
Diseñaron el telescopio para unos 15 años, pero lleva ya tres décadas orbitando la Tierra y enviando las imágenes más icónicas de nuestro universo. El 24 de abril de 1990, se lanzó el Hubble en el transbordador espacial Discovery, junto con una tripulación de cinco astronautas. Desplegado en la órbita terrestre, ausculta y revela secretos del cosmos.
Hubble ha permitido a los estudiosos cuantificar la edad del universo y entender un poco más la llamada energía oscura y la materia oscura.
En 2019, mostró en todo su esplendor a Saturno. Este es uno de los planetas más llamativos de nuestro sistema solar, por sus característicos anillos. También se pudieron apreciar algunas de sus 62 lunas heladas, mientras completan su traslación de 18 horas alrededor del planeta.
La imagen fue captada en un momento de mayor aproximación entre Saturno y la Tierra. Sus surcos y colores intensos, no solo quedan para el recuerdo, sino para investigaciones más detalladas.
Las tonalidades en ámbar del planeta, indicaron entonces en la NASA, provienen de neblina estivales producidas en reacciones fotoquímicas provocadas por la radiación ultravioleta del sol. Por debajo de esas neblinas se encontraron nubes de cristales de hielo de amoníaco. Así como nubes más profundas e invisibles de hidrosulfuro de amonio y agua.
Ese año, el Hubble también captó una curiosa imagen que parece el rostro de un ser alienígen. En realidad muestra el choque frontal entre dos galaxias. Los ojos, la nariz y la boca del “alien” están formados por discos de polvo y gas de las galaxias que están chocando.
Los “Pilares de la Creación”
El telescopio revisitó en 2014 los famosos «Pilares de la Creación», revelando una visión más nítida y amplia de las estructuras en esta imagen de luz visible. Los pilares son parte de una pequeña localidad de la Nebulosa del Águila, una vasta región de formación estelar a 6.500 años luz de la Tierra.
Los «Pilares de la Creación» muestran un material denso que aún no ha sido destruido por la radiación, lo cual permite ver todos los gases y el polvo que queda flotando en el espacio tras el nacimiento de un cuerpo celeste, como las estrellas.
Entre tantos hallazgos, Hubble ha desvelado con asombroso detalles, en una pequeña sección, los restos en expansión de una estrella masiva que explotó hace unos 8.000 años. Conocida como la nebulosa de La Vela, forma parte de uno de los restos de supernova. Su nombre deriva de las delicadas estructuras filamentosas que componen la nebulosa, la cual tiene unos 110 años luz de diámetro. Se encuentra a unos 2.100 años luz de distancia en la constelación de Cygnus, el Cisne.
Los agujeros negros
Los agujeros negros son los restos fríos de antiguas estrellas, tan densas que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, es capaz de escapar a su poderosa fuerza gravitatoria.
Mientras muchas estrellas acaban convertidas en enanas blancas o estrellas de neutrones, los agujeros negros representan la última fase en la evolución de enormes estrellas que fueron al menos de 10 a 15 veces más grandes que el Sol.
Con el Hubble se ha podido comprobar que prácticamente todas las galaxias tienen agujeros negros en su centro.
El telescopio logró mostrar las primeras imágenes de los gases que rodean a un agujero negro y a partir de ahí deducir su masa y entender mejor cómo se originan. También consiguió detectar un agujero negro de masa intermedio, un tipo muy difícil de encontrar.
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