Para animar la compra y asegurarse de que el cliente vaya confiado con su producto, la industria de alimentos ha llenado los supermercados de plástico. A los envases se une el sobreenvasado que realizan estos expendios a las frutas, hortalizas y productos perecederos, pasando una dura factura al medioambiente. Los productores y las grandes cadenas empiezan a ser conscientes del problema, pero los progresos son lentos.
Desde hace unos años, los alimentos se exhiben cada vez más en los anaqueles y estantes refrigerados en envases y envoltorios plastificados. Antes, bastaba con los dedos de la mano para contar productos envasados en nuestras neveras. Hoy hay supermercados que plastifican individualmente todas sus frutas. Incluso, llegan al extremo de envolver cada una de sus manzanas, cebollas o pepinos, obviando que la cáscara es el protector natural, y las colocan en bandejas del mismo material.
Además, hay presentaciones de frutas troceadas para aquellos que no tienen tiempo de pelar mandarinas o picar un melón. Se venden en tuppers de plástico, con un tenedorcito también de plástico, listo para comer. Las ensaladas embolsadas fueron el precedente. Este excesivo uso del plástico se traduce en un daño gigantesco al medioambiente.
En la bollería y repostería, por citar otros casos, igualmente van doblemente envueltos. Las magdalenas, palmeras, tortas u otros dulces van cubiertos de plástico y metidos en bolsas plásticas.
A los efectos del mercadeo de productos, está claro que los colores, el etiquetado y el envase tienen un papel importante para el consumidor. Pero a qué precio. Esos atractivos representan costes que se sienten en el bolsillo y en los grandes vertederos, convertidos en depositarios de inconsciencia masiva. Con un impacto destructor en la vida y en el planeta.
Sobreenvasado de productos, el peligro inminente
Greenpeace España con regularidad hace un seguimiento de los envases y sobreenvases de productos alimenticios. Señala que Asia es la región con mayor producción de plástico del mundo, el 51% del total mundial. China es el principal fabricante con un 30%, seguido por América del Norte con un 18%. Europa ha pasado a un tercer puesto con un 17%. Más de dos tercios de la demanda de plásticos en Europa se concentró en seis países. Alemania (24,6%), Italia (13,9%), Francia (9,4%), España (7,6%), el Reino Unido (7,3%), y Polonia (6.8%).
La mayor parte de los plásticos se emplean en la fabricación de envases, es decir, en productos de un solo uso. En concreto, en Europa la demanda de plásticos para envases fue del 39,9%. Posteriormente serán estos envases los objetos de plástico que encontramos con más frecuencia en el medio ambiente y que dañan los ecosistemas marinos.
Los podemos encontrar en playas, rocas, flotando en las costas e incluso en las zonas más profundas. Desde el Ártico hasta la Antártida, en zonas pobladas y en islas deshabitadas. Cada año, los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de esa basura.
Cadenas de supermecados y las toneladas de plástico
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición afirma que la proliferación de envases y sobreenvasado de productos con plásticos, contribuyen a una mayor higiene, aunque admiten que no es el resultado de una obligación de seguridad alimentaria. «Hay otras formas de garantizar esa higiene, como es el uso de guantes o pinzas para coger los productos a granel”, declararon a Diario Información.
Las grandes cadenas de supermercados de España generan todo los años una cantidad de plástico que aún no ha sido totalmente evaluada por la falta de datos.
Eroski, la cadena con mejor reputación en materia medioambiental, admite en una encuesta de Greenpeace en 2018, que generó 818 toneladas de residuos plásticos. Lidl declaró que solo en bolsas de plástico generaba 1.500 toneladas de residuos.
Mercadona cifra en 3.000 toneladas anuales el plástico procedente de los embalajes recuperados en sus tiendas que son luego reaprovechados. Son cifras astronómicas, y faltan las cantidades del plástico que el cliente se lleva a su casa con la compra. Pero estos grandes supermercados coinciden en su propósito por reducir el uso y abuso del plástico en sus establecimientos.
Prohibiciones por ley
Por primera vez la legislación española recoge limitaciones a determinados plásticos de un solo uso: envases y sobreenvasado de productos. Entre los productos de plástico sujetos a reducción están los vasos para bebidas y los recipientes para alimentos usados con el fin de contener alimentos que destinados al consumo inmediato o para llevar.
A partir del 3 de julio de 2021 quedará prohibida la introducción en el mercado de los siguientes productos: bastoncillos de algodón, cubiertos (tenedores, cuchillos, cucharas, palillos), platos, pajitas y agitadores de bebidas. Asimismo, los recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones. También se prohíbe cualquier producto fabricado con plástico oxodegradable y el uso de cosméticos y detergentes que contengan microplásticos añadidos intencionadamente.
En relación con las botellas de plástico se regulan objetivos de recolección en dos horizontes temporales: en 2025 se deben recoger separadamente el 77% en peso, respecto al introducido en el mercado y aumenta al 90% en 2029.
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