Cae la leyenda. El sistema de salud de España no es el mejor del mundo como han hecho creer los Gobiernos. Y quedó al descubierto con la aparición del SARS-CoV-2, el coronavirus que causa la COVID-19 y la declaración de la pandemia en marzo por la Organización Mundial de la Salud. Ya son más de 682.267 contagiados y 30.904 fallecidos en España.
El sector de la salud ha combatido el virus con los pocos recursos otorgados por el Gobierno central. La presidente de la Comunidad de Madrid hizo público el secreto a voces, luego de su reunión con el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. Las fallas son aún más evidentes en la atención médica primaria: falta de recursos humanos y de inversión sanitaria.
Aunque no se trata de cifras actualizadas, el Informe anual del Sistema Nacional de Salud, publicado por el Ministerio de Sanidad en 2018, lanzaba la alarma. La red asistencial del Sistema Nacional de Salud cuenta con 143.995 profesionales de medicina, de los cuales 56% son empleados por los hospitales. Mientras tanto, la atención primaria supone 25% del total, de los cuales 17% son especialistas en formación. 2% trabaja en los Servicios de Urgencias y Emergencias 112/061.
España y el desorden en el sector salud
Los últimos datos de Eurostat, del año 2018, sitúan a Portugal a la cabeza en cuanto a médicos de familia por habitante: 269 por cada 100.000. En segundo lugar, Irlanda (184) y por detrás Austria (170), Países Bajos (167) y Francia (142). En cambio, la media de médicos de familia por habitante de España es de las más bajas de Europa: 76,5 médicos de familia por cada 100.000 habitantes y le siguen Grecia (41), Montenegro (54), Turquía (60) y Bulgaria (62).
Médicos venezolanos, ahora inmigrantes y sin empleo
La Comunidad de Madrid se queja. Dice que hay un déficit en el sector salud. Sin embargo, miles de médicos venezolanos se encuentran en España de brazos cruzados. Algunos esperando homologar el título que los acredita como médicos. Otros son contratados por poco tiempo o, simplemente, están sin empleo o repartiendo pizzas.
La Asociación de Médicos Venezolanos en España asegura que en la actualidad hay cerca de 5.000 de ellos solo en la península. Solo la mitad de ellos está ejerciendo su profesión en centros públicos o privados. El vicepresidente del organismo, Giovani Provenza, explicó que la dificultad para lograr un estatus migratorio es un obstáculo importante. Detalla que, de los 2.646 miembros registrados, hay 148 condenados a la irregularidad migratoria, sobre todo por rechazo a su petición de asilo.
Ante la solicitud realizada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la organización venezolana emitió un comunicado. Los profesionales venezolanos se ponen a la orden para combatir juntos la pandemia del coronavirus y se ofrecen para trabajar en la atención médica primaria, que es donde más requieren personal capacitado.
El caso de la pediatra venezolana
El caso de la pediatra María José Delgado, de 35 años de edad, es uno de los tantos de médicos venezolanos en España. Abandonó Venezuela en 2017, como muchos, debido a la situación en su país. Pero la Ley de Extranjería le ha condenado a vivir como migrante irregular en los tres últimos años.
«Dicen que faltan médicos en España. Yo he pasado tres años trabajando sin cotizar a la Seguridad Social para sobrevivir y ayudar a mi familia en Venezuela», asegura Delgado a Público. Actualmente, reside en Calpe, Alicante.
«He pasado tres años haciendo de todo: limpiando casas, cuidando a niños, a abuelos (…). Ha sido muy duro que la ley me haya obligado a ser irregular, a no tener papeles. Pensé que la emergencia sanitaria del coronavirus facilitaría por pura necesidad la incorporación de especialistas extranjeros, pero no fue así”, dijo.
Asegura que, a diferencia de los más de 40.000 compatriotas que han solicitado protección internacional en España en los últimos cinco años, ella no ha podido recurrir a esta vía. Tampoco podía pedir la residencia mediante una visa de estudios ni por arraigo familiar. Su esposo es venezolano y no tiene parientes españoles.
Su único recurso es solicitar arraigo social, lo que le implica una estancia de tres años en el país. Además, un contrato de trabajo de un año como mínimo, a jornada completa. El reglamento europeo de Dublín sobre asilo y refugio establece que “solo se puede solicitar protección internacional en el país de entrada a la Unión Europea». La doctora Delgado aterrizó en Francia.
En la búsqueda de empleo le repetían que sin papeles no podían contratarla. Pero recientemente, para Delgado y su familia, la ansiada luz al final del camino llegó: ha conseguido un contrato de un año en el hospital público de Coria (Cáceres). Esta oportunidad le servirá para obtener su ansiado permiso de residencia. «Por supuesto, cuando Extranjería decida tramitarlo, pueden ser semanas o meses», apunta la pediatra.
Madrid quiere contratar médicos
La Comunidad de Madrid hará la petición formal. En la reunión prevista para este jueves del Grupo Covid solicitarán “apoyo logístico militar” urgente para la instalación de carpas. También la realización de test y desinfección en todas las zonas básicas que cuentan con nuevas restricciones.
Pero eso no es todo. El viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero, hizo un llamamiento al Ministerio de Sanidad para que le permita contratar médicos sin título homologado en España. Se trataría de 300 médicos extracomunitarios e insistió en que pondrán sobre la mesa una reforma exprés de la normativa vigente para hacer dichas contrataciones.
En esta reunión del Grupo Covid participan los ministros de Sanidad, Función Pública, el vicepresidente regional y el consejero madrileño de Sanidad.
Médicos internos residentes, mano de obra barata
Desde julio, los médicos internos residentes vienen denunciando las precarias condiciones laborales en las que se encuentran. El residente de medicina interna del Clínico San Carlos, Diego Boianelli, dijo que el contrato formativo es de 4 a 5 años de duración.
Detalla que los MIR trabajan “de lunes a domingo en jornada ordinaria de ocho a tres, aparte de la guardia complementaria de 24 horas. Estas suelen ser 6 al mes, aunque varía, lo que supone jornadas semanales de 60-80 horas y más. Lo peor es trabajar más de 24 horas seguidas”.
Tras una guardia, «no siempre respetan tu descanso: haces 24 horas y luego la jornada ordinaria de 8”. Otra de las exigencias son las retribuciones. Boianelli explica que en Madrid se paga la guardia a 10 euros la hora; Castilla-La Mancha paga 15 euros. Mientras que en Canarias, 9 euros. “Con 1.000 euros de sueldo, mucha gente se ve obligada a hacer muchas guardias para ‘poder alquilar un piso cerca del hospital, son carísimos. No nos pagan el abono transporte”, acotó.
Sobre un convenio laboral, explica: “Ninguna comunidad lo tiene. En toda España los residentes están igual de explotados. Se aprovechan de nosotros, de nuestra vocación y de nuestra responsabilidad ante la población. Nos explotan y no nos permiten reivindicar nuestros derechos”.
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