No hay vuelta atrás, Quim Torra ya no es el presidente de la Generalitat de Catalunya. Por ahora, han aparecido las previsibles manifestaciones, las opiniones en contra de la decisión y unas elecciones cuya celebración no quiso hacerse este año, pero que ahora se efectuarán sí o sí (salvo un causa de fuerza mayor) a principios de 2021. Para el ahora ex presidente y el sector más radical del separatismo es la ocasión para tratar de convertir los venideros comicios en un plebiscito simbólico, enarbolando la bandera independentista.
La jornada del lunes contó con algunos actos llenos de teatralidad. Primero cuando Torra se negó simbólicamente a firmar la notificación de su inhabilitación. Después, cuando se despidió de sus consejeros y de las bases independentistas, rodeado de su Govern. Al final, también contó con algunos manifestantes que le acompañaron a su salida del Palau de la Generalitat, aunque no eran muy numerosos, debido a las restricciones que evitan reuniones de más de seis personas.
La defensa pedirá al Tribunal Constitucional que suspenda la inhabilitación en el recurso de amparo que presente contra la sentencia del Supremo. Pero las cartas están echadas.
Visita a los presos, radicalismo al acecho
Torra visitó este martes a los presos del 1-O en la cárcel de Lledoners. Se mostró especialmente enérgico luego de ese encuentro. A la salida dijo que si el Gobierno quiere resolver el conflicto con Catalunya debe poner “por escrito” en el orden del día de la reunión de la mesa de diálogo “que se abordará el ejercicio del derecho autodeterminación”.
Para el expresidente de la Generalitat, todos los partidos catalanes, incluidos los no independentistas, deberían impulsar una ley de amnistía. Aseguró que es la única manera de solucionar la “represión”.
Reclamó que «el Gobierno más progresista de la historia” no haya hecho nada para resolver la cuestión catalana. “Que se dejen de otras historias y si realmente quiere abordar el problema político en Catalunya aborde la amnistía para los 2.800 represaliados”, apuntó.
Comparó el caso de España con el de otros países donde ha habido sentencias judiciales a favor de los independentistas. Se peguntó si “el problema está en Europa o en España”. “¡Ya está bien de que España sea la excepción en cuanto a los derechos fundamentales!”, concluyó.
Se calientan las calles
Se veía venir. La decisión del Supremo en el caso de Quim Torra abriría la puerta a una ola de protestas en Catalunya. De hecho, dado que la sentencia era esperada de un momento a otro, se especuló que la situación de calle que le seguiría ameritaba que el rey Felipe VI no acudiese a la entrega de despacho a la nueva promoción de jueces el viernes pasado.
El lunes, después de conocerse la sentencia, miles de personas se concentraron en los municipios catalanes para manifestarse contra la inhabilitación. La protesta de Barcelona convocada por los Comités de Defensa de la República dejó a cinco personas detenidas por desórdenes públicos. Hubo altercados en el centro de la capital de Catalunya.
Òmnium Cultural y l’Assemblea Nacional Catalana convocaron movilizaciones a las 19.00 horas frente a los ayuntamientos. En la mayoría de casos se respetó la distancia de seguridad.
La concentración principal fue la de la plaza Sant Jaume en Barcelona. En ese simbólico lugar se congregaron unas 400 personas. El propio Torra hizo acto de presencia, con la teatralidad que le ha caracterizado. Salió del Palau de la Generalitat enarbolando la pancarta con el lema ‘Llibertat presos polítics i exiliats’, la misma que motivó su inhabilitación. Cruzó la plaza acompañado de su mujer. Se produjeron aglomeraciones en torno a la pareja.
Tras varios minutos, los manifestantes convocados por los CDR en Barcelona lanzaron cabezas de cerdo, además de petardos y bolsas de basura, al cordón de los Mossos d’Esquadra que protegía la sede de la Delegación del Gobierno en Catalunya.
Tras el lanzamiento de petardos, los Mossos advirtieron por megafonía de que no se lanzaran objetos a la línea policial. Los manifestantes se fueron sin que la policía interviniera.
Las elecciones, un trampolín para los radicales
El advenimiento de proceso comicial abre la puerta a la campaña electoral. Para el sector más radical del movimiento independentista, Quim Torra y Carles Puigdemont entre ellos, la sentencia se presenta como un leit motiv para la campaña de Junts per Catalunya.
Torra anunció una primera reunión telemática para la tarde del martes desde el Palau Centelles, con los dirigentes independentista que huyeron al extranjero en 2017, incluyendo al expresidente catalán y líder de JxCat, Carles Puigdemont.
Este sector buscará convertir las elecciones en una suerte de plebiscito para escoger entre la independencia y la continuidad de la «subyugación» al Estado español. Y si hay alguna duda al respecto, ya lo dijo el propio Torra en su discurso de despedida. «Las elecciones tienen que ser un nuevo plebiscito que ratifique el referéndum del 1 de octubre», declaró.
Catalunya entra así en otra larga etapa de Gobierno interino. Serán por los menos cuatro meses. Y con ello viene una campaña electoral de similar duración. Desde ya, el dividido movimiento independentista deberá buscar acuerdos para tratar de continuar al frente de la Generlatitat.
El próximo episodio
El cese del presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, no apareció publicado este martes ni en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ni en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC). Una vez aparezca en ambos boletines, se activaría el calendario electoral en Catalunya como establece la Ley de Presidencia.
El líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, da por hecho de que las elecciones catalanas se celebrarán el próximo 7 de febrero. «No se trata de una opinión política, sino de matemáticas», aseguró.
Por su parte, el presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Albert Batet, ha explicado que la reunión de Govern, prevista para certificar que el vicepresidente Pere Aragonès asume la presidencia en funciones, está pendiente de que se publique en el BOE que Quim Torra cesa como presidente de la Generalitat.
A partir de ahora, lo que se avecina es una larga y tumultuosa campaña electoral. No será nada sencillo. Se vislumbra un enfrentamiento entre los llamamientos a la confrontación o un independentismo con planes a largo plazo, que pueda convivir con el Gobierno central y colaborar con su estabilidad.
Y para arrojar más leña al fuego, las facciones en pugna tendrán que convivir en el Govern, en medio de un interinato de al menos cuatro meses, al tiempo que deberán gestionar una emergencia sanitaria que ha mostrado su peor rostro en España.
Un recurso de amparo
La noche de este mismo lunes, la defensa de Quim Torra anunció que presentará un recurso de amparo al Tribunal Constitucional. Gonzalo Boye, abogado del ya ex presidente de la Generalitat, dijo en una entrevista a TV3 que la medida se basa en el argumento de que la condena ha vulnerado derechos fundamentales, en concreto el de la libertad de expresión.
Para poder llevar la sentencia de Torra ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, se debe haber agotado la vía judicial interna. De allí la necesidad de pasar primero por el recurso de amparo ante el Constitucional. Mientras se espera la respuesta a esta solicitud, el equipo legal pedirá la suspensión de la condena.
Las reacciones
La ratificación de la condena ha generado numerosas reacciones. Una de las más reciente ha sido de la de EH Bildu, que calificó la sentencia como «muy grave» y como una muestra de que «en el Estado español no existe una democracia plena».
«Una decisión como esta, con la enorme trascendencia que representa el dejar sin cargo a un presidente elegido democráticamente por la ciudadanía, supone un golpe democrático a la voluntad expresada por la ciudadanía, en este caso de Catalunya», expresó la formación en un comunicado.
El líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, y el presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, Albert Batet, coincidieron, durante una entrevista conjunta de Catalunya Ràdio, en el rechazo a la inhabilitación de Quim Torra y en la necesidad de negociar una estrategia unitaria pero, en cambio, discrepan en cuestiones importantes.
Suma por España celebró la inhabilitación de Quim Torra, ya que «no puede ejercer autoridad quien niega la autoridad».
Las Cámaras de Comercio catalanas mostraron su apoyo a Quim Torra. Señalaron que la inhabilitación en plena pandemia provoca una «incertidumbre» que puede afectar a la recuperación económica. En este sentido, hicieron un llamamiento al Parlament de Catalunya a nombrar a un nuevo presidente y, en ningún caso, pensar en posibles elecciones.
Los abogados catalanes, a través del Consell de l’Advocacia Catalana, criticaron la sentencia de inhabilitación por considerarla “desproporcionada” respecto a los hechos juzgados y sancionados. En un comunicado dijeron que la decisión “deslegitima la voluntad popular, libre y pacíficamente expresada en las urnas”.
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